El Pontevedra vuelve a ser de Primera Federación dos años después

nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Ramón Leiro

Cuatro goles al Laredo dejan a los granates líderes del grupo 1 de Segunda Federación a dos jornadas para el final del liga

21 abr 2025 . Actualizado a las 22:45 h.

Hicieron falta 32 jornadas para que el ascenso se consumase el Domingo de Resurrección. La procesión era granate. Y el santuario, Pasarón. Ofició Yago Iglesias, que dispuso sobre el terreno de juego su once habitual. No era día para sorpresas ni para pruebas. Con el capitán dominando la línea ofensiva junto a Dalisson y un Chiqui, Yelko y Brais Abelenda insistentes, al Pontevedra le bastaron cinco minutos para que Álex González hiciese saltar a unas gradas que rozaban el lleno. Era el primero para acercarse al sueño. Llegó tras un centro de Brais Abelenda, que entró por el lateral para ponérsela en bandeja al capitán, que puso en pie en Primera.

No hacía falta tener un ojo en Guijuelo, donde jugaba el Numancia. Bastaba con hacer lo que llevaban mostrando toda la temporada. La respuesta del colista tampoco tardó en llegar, con un Arruabarrena que se quedó solo desde la media luna para poner un empate transitorio. El partido era del Pontevedra, daba oportunidades al Laredo en alguna contra, pero los de Yago Iglesias templaron nervios tras las tablas en el marcador para arrancar la remontada. Antes de iniciarla, tuvieron media docena de ocasiones que hacían prever una goleada ante una defensa que abría huecos. Brais peleó un balón que quedó suelto y golpeó Álex, que volvía a recoger en rechace de Chiqui para amilanar al conjunto cántabro. Pero tuvo que ser Yelko quien desempatase casi desde el punto de penalti.

Con el 2-1, el Pontevedra mostró su cara más imparable. Pasarón botando en las gradas y con el ascenso encarrilado, las más de diez mil voces que arroparon el equipo se sumaron a la fiesta. El Numancia ya ganaba en Guijuelo, pero eso ya poco importaba si el resultado estaba de cara en casa.

Y si arriba las jugadas salían, bajo palos, Edu salvó las contras que acercaron al Laredo. Pocas, pero peligrosas. La fiesta todavía podía sumar más. El pichichi casi firma un gol que se firmó en propia puerta para Álex Alonso después de tocarla.

A partir de ahí, tocaba lucirse de cara a gol. Lo intentó Dalisson de tacón y llegarían hasta cuatro rechaces infructuosos de los granates. No había demasiadas lecturas para un partido fácil que se fue poniendo de cara en la segunda parte. Aún así, Yago Iglesias se revolvía en le banquillo. Pedía más.

Tras el descanso, ambos equipos salieron con el mismo esquema y los mismos hombres. Calentaban en la banda Rufo, Charly, Miguel Cuesta, Rares, mientras en el terreno de juego, el Laredo amenazaba con la presión más alta generando peligro. Y fue en uno de esos despistes cuando Arruabarrena remató de cabeza para recortar distancias. Enmudeció Pasarón.

Ramón Leiro

Era el momento de meter savia nueva en el campo para culminar la gesta. Tiró de artillería al sacar a Rufo y sentar a Héctor Hernández. Y continuó con Iago Novo y Miguel Cuesta en el sitio de Chiqui y Dalisson. Se acababan los minutos y la grada se desperezaba en una contra de Iago que centró a Rufo. Fue por arriba, pero Pasarón ya estaba de nuevo en el partido. Y fue Igor, quien recibió un balón atrás tras un rechace para anotar el cuarto. Era la sentencia de una temporada que pone al Pontevedra de nuevo en Primera Federación. Yago agotó lo cambios con Charly y Rares por Brais Abelenda y Samu Mayo.

Faltaban algo más de dos minutos y solo quedaba disfrutar de un partido que ponía un broche prematuro a una temporada en la que se lleva el premio a la regularidad. El liderato. Y el ascenso tras dos temporadas con un mismo objetivo. El Pontevedra ya es de Primera. Como su afición.