Consuelo García cumple 105 años disfrutando del paisaje de la ría de Pontevedra desde su casa en Sanxenxo

Marcos Gago Otero
Marcos Gago SANXENXO / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

El alcalde de Sanxenxo, Telmo Martín, y la edila de Servicios Sociales, Paz Lago, visitaron a Consuelo García para felicitarla por sus 105 años
El alcalde de Sanxenxo, Telmo Martín, y la edila de Servicios Sociales, Paz Lago, visitaron a Consuelo García para felicitarla por sus 105 años CONCELLO

Esta centenaria, que ha vivido en España, Argentina, Venezuela y Estados Unidos, no toma ninguna medicina y además aún lee con la ayuda de unas gafas

16 abr 2025 . Actualizado a las 19:44 h.

Consuelo García de Vicuña llegó este martes a los 105 años, una edad que la convierte en una de las vecinas más longevas del entorno de Pontevedra. Su hija María Jesús explica que esta anciana disfruta de los paisajes de la ría de Pontevedra que observa desde la ventana de su casa en Carabuxeira, en el casco urbano de Sanxenxo. Con una salud envidiable para su edad, no toma medicación más allá de algún paracetamol ocasional algún día que le duela la cabeza. Y entre sus costumbres diarias se encuentra, por ejemplo, tomar una cucharada de ajo cada mañana al desayunar.

Esta centenaria nació en Viana, en Navarra, el 15 de abril de 1920, pero en su larga trayectoria vital ha cruzado varias veces el Atlántico. Casada con Blas Azpillaga, tuvo cinco hijos, tres varones y dos mujeres. Su marido tenía una academia en Olot, en Gerona, pero la situación en 1951 no era buena en España y la familia se trasladó a Argentina, donde vivieron seis años. María Jesús explica que a su padre «no le terminó de gustar aquello, porque estaban en Comodoro Ribadavia, en la Patagonia». En aquel tiempo se hablaba mucho de las oportunidades que brindaba Venezuela y la familia hizo las maletas y se trasladaron hasta allá en 1956. En Venezuela, Consuelo tuvo una tienda de ropa infantil que atendió hasta que la edad le impidió seguir al frente del establecimiento. En Caracas, donde vivían tenía un pequeño terreno donde tenía una casa y sus perros y gatos. La familia de Consuelo vivió 50 años en el país sudamericano, aunque con el paso del tiempo ella volvió a hacer las maletas para una vez más cruzar el Atlántico para España. Después de una estancia breve en Valencia, en España, con un hijo que falleció, Consuelo volvió una vez más a América, esta vez al norte, para estar con una hija en Miami, en Estados Unidos. Ahora hace casi diez años que se estableció definitivamente en España, escogiendo para pasar el otoño de su vida la casa de la familia de su yerno, Waldo Gondar Otero, en Carabuxeira, en Sanxenxo, donde ella vive ahora con su hija María Jesús.

Consuelo, a sus 105 años, tiene una vida tranquila. María Jesús explica que la ubicación de Carabuxeira les permite observar unos paisajes privilegiados, de los que su madre disfruta mucho. «Tenemos la vista del faro, de toda la ría, los barcos...».

El día a día de esta anciana centenaria pasa sin sobresaltos. Para levantarse, según explica su hija, «tiene la ayuda de Servicios Sociales porque ella está muy mayor y yo ya tengo 82 años también y estoy entera, pero no tanto para hacerlo todo». Así que el personal del SAF la ayuda por las mañanas a lavarse y vestirse. «Le preparamos el desayuno, come muy bien al mediodía también». Su dieta matinal es, además de su cucharada de ajo, «avena, un café con leche, una magdalena y un kiwi picadito», apunta María Jesús. Al mediodía, toma puré de verduras y frutas y de pollo, con un plátano y un yogur como postre. «Le doy siempre uvas porque le gustan mucho». 

De la comida va para el sofá de la sala, ya que Consuelo no duerme la siesta. «Se queda viendo el paisaje que tiene de la ría de Pontevedra y ve cuando salen los veleritos, que le encantan, y se entretiene ahí», precisa su hija. A media tarde María Jesús le pone la televisión. Los 105 años no le impiden a Consuelo caminar sola por la casa, con la ayuda de su andador. De vista, su hija indica que Consuelo «está mejor que yo» porque «usa gafas para leer». Precisa María Jesús que a su madre le gusta mucho leer literatura religiosa católica y reza el rosario.

Y cuando le pregunta por cuál es su secreto para disfrutar de una vida tan larga, «ella dice: 'Bueno, Dios quiere que sea así y a ver si vosotros también cumplís, que todos vamos para viejos'», apunta su hija. Así que Consuelo mantiene el sentido del humor y «dentro de lo que es su edad está bastante lúcida».

Consuelo tuvo cinco hijos, y es cabeza de una gran familia, siete nietos, más de veinte bisnietos y también dos tataranietos.