Alfonso Leirós de la Peña, escritor: «Me fascina que en Pontevedra se le de más importancia a Ravachol que a Colón»

PONTEVEDRA CIUDAD

Natural de Santiago, pero asentado en Pontevedra, presentó su segundo libro, «Cristóbal Colón. La historia de un hombre»
23 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Al ejercer como médico estomatólogo en la ciudad de Pontevedra, Alfonso Leirós de la Peña (Santiago, 1950) tenía que pasar diariamente por delante de la estatua de Colón, «tan deteriorada» ubicada en la Alameda, circunstancia que le llevó a comprobar, con cierto grado de sorpresa, cómo llamaba más la imagen de Ravachol que la dedicada al descubridor de América. Este fue el germen de Cristóbal Colón. La historia de un hombre, un libro con el que busca reparar «la injusticia que se había cometido con este personaje histórico».
—¿Qué aborda en este libro?
—Aunque hay muchísimos libros, no siempre se fijan en las evidencias que el mismo Colón señaló y que muestran, sin lugar a dudas, su origen. En principio, no abordo su origen porque el libro es la historia del hombre, aunque creo que va todo unido. Tuvo un tuvo un sueño, sueño que quiso hacer realidad. Llegó a América, pero no llegó a Las Indias como pensaba. Fue capaz de llegar a sueño, aunque le costó doce años, cuatro viajes y luego se le olvidó. Luego vino el olvido, se le robó el nombre —señala apuntando que América fue bautizada en honor a Américo Vespucio—, pero fue todo por dejación. Se le robó el nombre, se le robo la dignidad al rodearse de una leyenda negra de genocida que no era tal... Hasta el origen le robaron.
—¿Todo cambió con Celso García de la Riega?
—Sí. Nadie se preocupó de esto hasta que Celso García de la Riega nos dio unas evidencias que son muy claras del posible origen en Pontevedra. Yo no digo que sea de aquí, que creo que sí, pero no lo afirmo. Cada persona, por sí misma, debe darse cuenta de si es verdad o no. El problema es que, hoy en día, no se conoce. Es un gran desconocido y el libro es eso, es dar a conocer a ese personaje tan maltratado por la historia, tan incomprendido, y que realmente fue una un gran personaje. Era un sabio, un navegante, algo científico y hasta poeta, si se lee el diario de a bordo. Pero es una persona totalmente desconocida y más en Pontevedra. Lo que más me fascina, que en Pontevedra se le da más importancia a Ravachol que a Colón habiendo unas evidencias tan importantes.
—¿Y cómo era el hombre detrás de esa leyenda?
—Era una persona que tuvo un sueño que forjó en los mares, Tras un naufragio llegó a Portugal y quiso hacerlo realidad. Él había leído mucho, porque también era un gran lector. Había leído a Tolomeo, a Marco Polo... Pero también tuvo una vida complicada. Llegó y tuvo que volver por un naufragio, después volvió en su segundo viaje, pero problemas con unos hermanos, le hicieron regresar otra vez. En el tercero también le fue mal, mandaron a Francisco de Bobadilla que lo encarceló y lo trajo, y en el cuarto naufragó y regresó ya enfermo para morir. Era un personaje con mucha tenacidad, religioso, sabio y científico, estudiaba mucho. Un personaje muy complejo y, por la propaganda, muy desconocido.

—¿Y a qué cree que se debe este desconocimiento?
—Pontevedra duerme. Creo que si Colón hubiera sido de otros sitio, hubiera sido de ese sitio. Y si es de Pontevedra, es de cualquier sitio. Esa es la diferencia. Aquí no se preocupan. En Génova, donde hay un Colombo que nunca se llama Colón, tienen el aeropuerto Cristóforo Colombo. Y aquí, donde no hay una evidencia, sino muchas, no se preocupan. No hay más que ver como está la estatua, como está la inscripción en Santa María, como está la Casa Museo...
—¿A quién se puede responsabilizar de esta situación?
—En realidad, a los políticos. La sociedad es verdad que duerme, pero no se le da. Los políticos tienen la obligación de dar. Está bien el carnaval, pero también el día de Colón en Combarro. Hay que explicar el porqué. En los colegios no se sabe nada de Colón. En el instituto hay una placa que pone «Cristóbal Colón. Chegou a América». Chegou? A onde é que chegou? De onde? Y la pusieron los políticos.
—Para escribir este libro, ¿cuanto tiempo le dedico?
—No sé. Lleva tiempo pensándolo. Es un libro muy pequeño, pero muy condensado. Trato de que no sea aburrido porque quiero dar a conocer a Colón. No es cuestión de poner muchas citas e informaciones, sino ir, más o menos, al grano, a las evidencias. ¿Cuanto tiempo? No sé, años. Escribí antes otro libro, Rumbo a Ítaca. Un viaje hacia el asombro, que es una búsqueda... Colón también buscaba su sueño, todos buscamos cosas.
—¿Qué fue lo más complejo en este tiempo?
—No se me ocurre. Hay libros en los que el autor trata de ir a lo que quiere, a su idea. En la solapa escribí una frase de Hernando Colón de Historia del almirante. En su tiempo, él ya veía que la gente desbarraba mucho, imagínate quinientos años después.
—Ha optado por la autoedición a través de Círculo Rojo, ¿no?
—Sí. Tiene el problema de que escribí esto sin pensar en la vorágine que viene después. Lo escribí como un deber, tengo que decirlo, no puedo quedarme callado. Levanto la voz. Y la autoedición es una cosa horrible porque tienes tú que llevarla a los sitios y todo lo de la propaganda, y realmente yo no sirvo para eso. Es horrible el tener que preocuparte de todo. Yo estoy un poco sobrepasado, la verdad.