El viaje en el tren regional nocturno de Pontevedra a Vilagarcía que se convirtió en un gag humorístico
PONTEVEDRA CIUDAD
A nadie le hubiese extrañado que se tratase de una cámara oculta, con la megafonía de Renfe volviéndose loca y una pasajera viajando con su propia silla en el pasillo
13 dic 2024 . Actualizado a las 08:54 h.Con puntualidad británica llegó este miércoles, a la estación de Pontevedra, el tren regional de Vigo a A Coruña que hace parada en la urbe del Lérez a las 21.01 horas de la noche. Se agradecía que no hubiese retraso en una de esas pocas noches en la que el frío se metía fácil en el cuerpo en las Rías Baixas y a una hora en la que la cara de cansancio hace mella ya en el pasaje. Llegaba el tren con los vagones descolocados, con el cuatro en cabeza y el uno en la cola, pero eso es habitual y lo único que provoca es alguna que otra carrera en el andén para coger el coche adecuado. El gag de humor en el que se convertiría el viaje, que por momentos parecía una cámara oculta, aún estaba por llegar.
Lo que primero sorprendió a los pasajeros fue que, entre el vagón dos y el tres, en el pasillo y disculpándose con todo el mundo por si molestaba, viajaba una joven cargada hasta los topes con bolsas de conocidas tiendas de menaje del hogar. La muchacha llevaba incluso una silla, lo que dejó fácil el chiste para muchos otros pasajeros: «Como nunca hay plazas es normal traerse el asiento de casa», comentaba con humor una pasajera vilagarciana ante el cuadro que estaba viendo en el pasillo del ferrocarril, que por cierto iba prácticamente lleno. La joven que portaba tantos bultos siguió ahí todo el trayecto, seguramente para evitar meterse con todos sus petates en un asiento.
El caso es que el tren, a esas horas de la noche, debía de tener más prisa que los propios pasajeros, pues casi diez minutos antes de la hora de llegada prevista a Vilagarcía ya anunció que estaba a punto de arribar en la capital arousana. Esto hizo que los viajeros más inquietos, esos que son incapaces de esperar sentados a que frene el ferrocarril, hiciesen cola para salir mucho antes de tiempo. Lo curioso es que cuando faltaban pocos minutos para que de verdad el tren pasase por Vilagarcía, la megafonía se volvió loca y empezó a decir que la próxima parada era Catoira. Por si alguien no lo había entendido bien lo repitió en gallego y en inglés. Cuando terminó, volvió a soltarlo de nuevo en castellano: «Próxima parada, Catoira», anunciaba una y otra vez el loco micrófono cuando en realidad el tren estaba a punto de llegar a la estación de Vilagarcía, aunque eso era casi imposible saberlo desde dentro del ferrocarril porque era noche cerrada. Así que hasta los pasajeros habituales llegaron a dudar ante tanto golpe de megáfono.
Únete a nuestro canal de WhatsApp
Y ahí viene el gag. La joven que iba cargada hasta los topes y con su propia silla en el tren, aunque ella iba sentada en las escaleras y utilizaba su asiento para transportar todo el equipaje que portaba, debía de ir a la estación de Catoira. Así que, engañada por la megafonía, hizo la maniobra de desembarque con todos sus bártulos en la estación vilagarciana. Afortunadamente, se dio cuenta en esos escasos minutos en los que el tren está parado en el andén. «¿Esto es Catoira? ¡Esto no es Catoira!», se preguntaba y respondía a ella misma.Vuelta al ferrocarril con la silla incluida y medio pasaje muerto de risa ante la escena.