El hombre que vigila que todo ruede

Nieves D. Amil
Nieves D. Amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

ADRIÁN BAÚLDE

Diego Besada es la cabeza visible de un equipo que trabaja todo el año para que el rali de Pontevedra sea un éxito

09 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Este fin de semana estará como voluntario en su última carrera. Será la número 22 de la temporada. Y le toca estar en Cangas de Narcea. Puede decirse que Diego Besada (Meaño, 1989) se pasa la mitad del año como voluntario y el resto metido de lleno en la organización del Rali de Pontevedra junto a su equipo. Su vida va sobre las ruedas del automovilismo, pero no es su profesión, solo es una devoción que le saca horas y más horas. Eso sí, las hace todas con gusto desde que con 16 años escribió un correo a la organización del Rali del Albariño para echarles una mano. «Pasaban al lado de mi casa y quería ayudar. El primer año estuve en un control stop y al siguiente, en salida», recuerda Diego, que en ese momento era un crío y tuvo que acercarlo su madre para que pudiese colaborar. Ahora tiene ya 34 y sigue derrochando la misma pasión por el automovilismo que desprendía cuando empezó.

El gusanillo no le entró solo al ver la carrera por la ventana. Que su padre lo llevase siendo un crío a ver las competiciones tuvo que ver en esa debilidad que tiene por los coches. Suma casi dos décadas junto a ellos. Nunca se puso al volante, pero sí estuvo una temporada como copiloto. «No me gusta conducir, me asusta, pero llegó un momento en el que tuve que decidir si me ponía de un lado o del otro», explica Besada González, que lo tuvo claro. Lo suyo es organizar. El reto que tiene por delante cada año es ambicioso. Y lo hace con gusto. «Conseguir que vengan 400 personas a la carrera cuesta, pero lo conseguimos», explica Diego.

Esta semana ya salieron las fechas para el Rali de Pontevedra del próximo año. Será el 7 y 8 de junio. A estas alturas, cuando en el calendario todavía está arrancando diciembre, está previsto que la empresa encargada de la seguridad del rali se reúna con ellos para recorrer los tramos y ver dónde y cómo instalar las protecciones. «Vienen con mucho antelación y ven los tramos en los que puede haber público, recorremos todo bien y en la semana del rali señalizan y al acabar recogen todo y limpian las carreteras. Hay que pensar que cuando acaba la carrera se restablece el tráfico y tiene que quedar todo como lo encontramos», explica González Besada, que espera quedar en unas semanas con ellos.

Organizar la prueba requiere de muchos meses. No cabe lugar a la improvisación. Después de celebrar el Rali de Pontevedra se toman un mes de descanso, «como mucho, dos», antes de volver a meterse en faena. «Si estamos más de un mes es porque tenemos que ir a ayudar a otras carreras», reconoce. El automovilismo se mueve, entre otras cuestiones, por la solidaridad de los colegas del sector. Lo explica muy bien Diego, que este fin de semana se va a Cangas de Narcea, pero sabe que siempre que necesita ayuda, la encuentra. «Hay mucho compañerismo, este año necesitábamos una carpa y se la pedimos a los de Cuntis. En nada, ya la teníamos», recuerda. Esto es solo un ejemplo de sus vivencias. Pero cuenta más. La Federación Galega de Automovilismo escogió este año al Rali de Pontevedra como el mejor valorado del circuito gallego con 5.003 puntos. Detrás de ellos está el histórico Rali do Cocido, que este 2025 llega a su vigésimo novena edición. «Tenemos muy buen rollo entre nosotros, llamo a Mateo y sé que puedo contar con él. Tenemos una batalla sana y siempre le digo que si alguien tiene que ganar, que sean ellos», dice con humor. 

Una aventura ilusionante

La aventura de poner en marcha de nuevo el rali arrancó en el 2021. Estaba metido en la Federación como responsable de seguridad y en ese momento le propusieron poner en marcha una prueba en Pontevedra. Y no lo dudó ni un minuto. Reto propuesto, reto cumplido. «Pensé ‘no creo que sea difícil’, pero sí lo era. Hacen falta cerca de 110.000 euros para ponerlo en marcha», asegura Besada, que se muestra satisfecho después de ver cómo todos los patrocinadores repiten cada año, además de contar con el apoyo de las tres Administraciones.

Cada año tiene un pensamiento el día que arranca la carrera. «A las ocho de la mañana pienso en que llegue cuando antes la doce de la noche y que todo haya ido bien», reconoce. En esa primera carrera no faltaron participantes. Cada vez suman más pilotos a un rali que se ha hecho grande sumando novedades año tras año. En esta corta trayectoria, Diego Besada recuerda un momento especialmente doloroso, que fue el accidente mortal del piloto Víctor Magariños cuando estaba reconociendo el trazado. «Asumes que el día de la carrera puede pasar algo, pero fue una desgracia muy grande», recuerda sin olvidarse de otro episodio peligroso, como fue la jornada en la que un conductor se empeñó en cruzar la carretera pese a la prohibición: «Avisamos con antelación y ponemos carteles, pero además de peligroso, afecta al trabajo de mucha gente que dedica sus días a esto».

Pese a todos lo contratiempos que surgen, Diego guarda un gran recuerdo del primer año, cuando vio que habían sido capaces de sacarlo adelante. Porque esta especie de director deportivo del Rali de Pontevedra habla en plural. «Somos un equipo de siete personas que trabajamos juntos a diario, hablando con concellos, buscando tramos y estando en contacto con las escuderías», apunta Besada. La pasión por el automovilismo de este hombre hace que cada año haya nuevos alicientes en el rali. Para este año se espera un nuevo tramo de 16 kilómetros «y alguna sorpresa para el sábado».