Acoso y derribo del Pontevedra CF para eliminar al Levante en Copa del Rey (4-1)

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

El equipo granate fue superior en todas las líneas de juego en el mejor encuentro de toda la temporada

20 nov 2024 . Actualizado a las 00:10 h.

Los partidos se ganan marcando goles. Parece una obviedad, pero a veces se le olvida a los equipos. Y el Pontevedra lo tenía ayer metido a fuego en su adn. Era un partido a todo o nada y lo dieron todo. Mucho más que todo. Llegaron y marcaron. No les valía un plan b. Sabían que Pasarón necesitaba fiesta y se la brindaron hasta el último minuto.

Tres acciones bastaron en la primera parte para demostrar que ese equipo no era el mismo que saltó al sábado contra el Bergantiños. Ejercieron de anfitriones con una banda que Chiqui y Héctor Hernández se encargaron de llevar a la excelencia y un director de orquesta en el centro del campo como Yelko Pino. Al Levante no le quedaba mucho más que intentar frenar las llegadas y una entrada sobre Pelayo en el borde del área los dejó con uno menos tras la expulsión de Navarro. El partido se le puso aún más cuesta arriba para el conjunto valenciano, que no se sintió cómodo en ningún tramo del encuentro. No habían pasado ni seis minutos cuando, Héctor Hernández corrió en largo para batir a Andrés Fernández y hacer soñar a Pasarón con la siguiente ronda.

Era un acoso y derribo sin opción para el rival. Al Pontevedra no le bastaba con esa ventaja y aunque hubo un momento de reacción del Levante, Manu Vizoso confirmó, como hace cada vez que tiene la oportunidad, que está a la altura de las grandes citas. Despejó un mano a mano con Espí metiéndose a Pasarón en el bolsillo. Fue la jugada clave de la primera parte para que se fuesen por delante al descanso. La fiesta solo había comenzado.

A la vuelta de vestuarios, ambos equipos mantuvieron la intensidad. Chiqui manejaba su banda y repetía el mismo esquema en buena parte de los ataques. Conduce, centra y pone en los pies a los delanteros para finalizar. Estaba en todas las jugadas, incluido el segundo gol, que fue al palo y Javi Fontán cogió el rebote para ampliar la ventaja. Dos tantos en el marcador parecían suficientes y tocaba dosificar esfuerzos sin perder hombres claves para la visita a Llanera. Álex González, Rufo y Dalisson dieron un respiro a Iago Novo, Charly y Héctor Fernández.

Julián Calero respondió al cambio de esquema con más agresividad al meter en el campo a Morales para intentar frenar a Chiqui y ganar virulencia en punta. No le hizo falta demasiado tiempo para demostrar que había salido para marcar la diferencia. Recibió un balón al segundo palo en un saque de córner y recortó distancias. Sacó la artillería que le quedaba en el banquillo al meter a Pablo Martínez. Ganaron intensidad y el partido se puso aún más vertical. Dalisson rozó el palo, lo intentaron Álex González y Rufo, al tiempo que Igor se tiraba al suelo por continuos calambres. Ya en tiempo de descuento, el esfuerzo tuvo una recompensa personal y conjunta para sentenciar. Chiqui condujo el balón al fondo de la malla y Pasarón se vino abajo como hacía tiempo que no se veía. Yelko Pino guardaba una sorpresa final al marcar el cuarto un una noche que brillaron con toda la luz que tenían apagada el domingo.

Han demostrado que se crecen ante los grandes, así que ahora esperan a un rival de Primera en Pasarón.

Yago Iglesias: «La palabra es espectacular, no se le puede pedir más a este equipo»

Yago Iglesias les pidió valentía en la víspera y el Pontevedra fue el equipo más valiente que saltó a Pasarón en toda la temporada. Una victoria contundente contra un equipo de Segunda con aspiraciones de Primera que ayer fue en Pasarón un juguete en manos de la maquinaria granate. «La palabra es espectacular, no se le puede pedir más a este equipo con la personalidad y la idea de juego que ha tenido. Fue un partido para enmarcar, no recuerdo uno en el que hayamos generado tanto y tuviésemos la sensación de tener tanta superioridad», decía el míster en la rueda de prensa posterior al encuentro. Feliz como casi nunca se le ve, el técnico solo podía extraer aspectos positivos de un partido arrollador. La primera y más importante para él, es que las rotaciones funcionaron. «Este es el Pontevedra que queremos», apuntó.

Reconoce que el equipo tiene derecho a seguir soñando y a disfrutar de una victoria épica. No solo por el triunfo, sino por el juego y las expectativas que se abren. «La imagen que hemos dado a toda España es espectacular. Ojalá con partidos como el de hoy haya más gente en Pasarón. Trabajaremos para dar mejores versiones que la de hoy aunque va a ser muy difícil», comentó con una sonrisa y entregando el mérito a todos los jugadores que ayer defendieron la camiseta granate. «Los entrenadores estamos para ayudar y sentirnos orgullos», concluyó Iglesias. No sabe qué equipos están en el bombo, pero si tuviera que pedir un deseo, le gustaría ver en Pasarón al Celta. «Sería un derbi preciosos de dos ciudades separadas por un puente».

Julián Calero: «La culpa de lo que ha pasado es mía»

El entrenador del Levante, Julián Calero estaba enfadado tras el encuentro. Se echó sobre sus hombros toda la responsabilidad de la derrota. «La culpa de lo que ha pasado hoy es mía, venimos de jugar hace 72 horas y de 20 días parados. No quedaba más que rotar y he metido a chavales que creía que podían hacerlo», explicó el míster, sin obviar que la expulsión de Navarro en la primera parte dejó al equipo tocado: «No hemos sido dignos del club al que representamos, un equipo de dos categorías inferiores nos ha marcado cuatro goles».