Atemoriza a una camarera, se deja el móvil en el bar y luego va a por él a la sede de la policía borracho y drogado

La fechoría protagonizada por un conductor en Pontevedra esta semana es de tal calibre que hay que contarla en varios capítulos. El resumen es que el hombre acabó denunciado por dar positivo en alcohol y drogas. Pero antes de eso, presuntamente, ya había hecho de las suyas y había atemorizado a una camarera.

Todo empezó sobre las once y cuarto de la noche en un bar de Pontevedra. Una trabajadora de este establecimiento se puso en contacto con la policía local. La camarera se quejaba de que un cliente no quería pagar y de que encima se estaba poniendo agresivo con ella, tal y como quedó recogido en el acta policial. Los agentes se desplazaron hasta el local, pero cuando llegaron la mujer ya había logrado zafarse de la situación. Se había encerrado en el local dejando fuera al individuo en cuestión.

Lo que hizo la policía fue recoger su testimonio y de paso llevarse a la jefatura el teléfono móvil que el hombre se había dejado en el bar en medio de todo el jaleo que había montado. Alrededor de la medianoche, no mucho después de protagonizar esta algarada, el hombre debió de suponer que su teléfono había ido a parar a la sede policial porque allí se plantó reclamando el móvil. Los agentes se percatan entonces de que este hombre permanecía en un estado lamentable y le preguntaron cómo había llegado hasta allí. Al ver que había llegado conduciendo le recomendaron no volver a coger el coche, ya que les parecía evidente que no estaba en condiciones para hacerlo. Pero el hombre no atendió a razones ni a consejos, hizo caso omiso a los agentes y se volvió a poner al volante del vehículo en el que había llegado.

La policía local procedió entonces a hacerle las pertinentes pruebas tanto de alcoholemia como de consumo de estupefacientes. Y los cálculos de los agentes no fallaron: el hombre dio positivo por alcohol y por drogas.

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