El camión con el que su padre repartía patatas por Pontevedra rueda como nuevo 60 años después
PONTEVEDRA CIUDAD
Tras la muerte de Jesús Saavedra, su hijo empleó seis años en rehabilitar el vehículo
04 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.En la exhibición de coches antiguos que se celebró el pasado domingo en Pontevedra había uno que llamaba la atención. Un camión verde, como recién salido de un concesionario fijaba las miradas de muchos. En la matrícula, unos números, PO-22016, confirman su edad. Hay que echar la vista atrás más de sesenta años para verlo rodar por las viejas carreteras de Pontevedra con Jesús Saavedra Balboa al volante. Su hijo, con el mismo nombre que él, lo acompañó en la última etapa en esos viajes infinitos hasta Xinzo o Lugo para regresar cargado de patatas para vender en las Rías Baixas. «El camión funcionó hasta 1994 y luego le dio la baja para modernizarse y seguir trabajando con otro vehículo», explica Saavedra Campos, que el domingo estaba como un niño con zapatos nuevos con un vehículo en el que empleó seis años de su vida para dejarlo como nuevo. «Mi padre falleció en el 2017 y un año después empecé a trabajar en el camión para recuperarlo», explica.
El viejo Ebro B-45 pasó sus últimos días en una finca de la familia. Después de haber sido parte importante de la economía familiar, se paró para siempre hasta que Jesús quiso homenajear a su padre e intentar devolverlo a la vida. Fue un trabajo laborioso, costoso y duro, que incluso le hizo desistir durante un par de años ante la dificultad para encontrar piezas y poner en orden la documentación. «Algunos repuestos tuvimos que ir a buscarlos a desguaces, otros llegaron de otras ciudades como Valencia o Granada», puntualiza Jesús, que insiste en el importante valor sentimental que tiene para él haber devuelto a la vida el camión con el que trabajaban su padre y su tío. «Eso motivó la recuperación», aclara.
Pero para ponerlo en marcha no solo bastó con traer piezas de lejos, sino que contó con el apoyo de Talleres Pérez Villas, en A Estrada, donde hicieron buena parte de la restauración. «Ellos, con Félix, su dueño, a la cabeza hicieron la parte más dura de los trabajos», señala Jesús Saavedra.
Recuerdos de su niñez
Ponerlo en marcha supuso mucho más que encender el motor y que rodase, fue volver a recuperar cientos de imágenes del pasado. «Recuerdo cuando iba con ellos siendo yo un crío a descargar las mercancías que venían en trenes. Hacíamos dos o tres viajes y vaciábamos el vagón. Luego vendíamos la carga», rememora Jesús Saavedra sobre las mil y una historías que esconde este viejo camión: «Íbamos a Xinzo a por patatas y no pasaba de los 30 kilómetros horas cuando iba cargado. Ir y volver era casi un día entero», explica sobre este camión de seis metros de largo y sesenta caballos.
Todos esos recuerdos vuelven ahora a estar vivos en la memoria de la familia. Su madre, Flora Campos Novoa, estaba encantada por volver a ver al Ebro B-45 como nuevo. «Estuvimos ocho meses para poder obtener el permiso de circulación. Se había perdido la documentación del vehículo y para poder ponerlo en marcha, necesitamos mucho tiempo y que lo acreditase un centro de homologación», añade Saavedra Campos.
Hasta tuvo que sacarse el carné de camión para poder conducir el viejo Ebro B-45. Además de salir a las exhibiciones, está habilitado para circular con él siempre que quiera. El pasado domingo toda su familia y buena parte de sus amigos lo acompañaron a la puesta de largo que fue la muestra de Pontevedra. Era uno de los vehículos más veteranos y el que más llamó la atención a quienes lo veían. Hace años que ya no circulan por la calle, como mucho, los seguidores de la serie televisiva Cuéntame los vieron en acción en algún capítulo. Ahora se podrá ver de nuevo por las carreteras de Pontevedra, pero su cuidado es el mismo que el de una joya muy valiosa. «Lo tenemos en una finca de Poio, pero lo tratamos con mucho mimo y cuidado», concluye Jesús Saavedra.