Y cinco años después, triunfo inaugural del Pontevedra en Pasarón

Pablo Penedo Vázquez
Pablo Penedo PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Mónica Irago

Un gol de penalti de Rufo en el arranque de la segunda parte le bastó a un Pontevedra de más a menos

02 sep 2024 . Actualizado a las 12:28 h.

«Non parar ata voltar». La plantilla del Pontevedra CF comenzó el primer domingo de septiembre en Pasarón a trabajar por materializar el lema con el que el club pretende exorcizar todo rastro del funesto desenlace de su, por lo demás, sobresaliente última temporada. Lo hizo con un triunfo por la mínima, 1-0, sobre un inocente Valladolid Promesas pero, sobre todo, con el suplemento anímico que proporciona el haber cerrado su primer partido de Liga en casa con victoria cinco años después. Un buen punto de partida, que no debe opacar la floja segunda parte ofrecida por el equipo de Yago Iglesias, una vez por delante con gol de Rufo de penalti en el minuto 53 y ante la aparente falta de recursos ofensivos de su rival.

Un once titular es, per se, una declaración de intenciones de su autor. En este caso, Yago Iglesias reafirmó en el estreno de su segunda temporada al frente del banquillo del Lérez su convencimiento de que el trabajo hecho la temporada pasada debe cimentar el camino hacia ese ascenso escurrido unos meses atrás entre los dedos. El técnico granate apostó ante el imberbe Real Valladolid Promesas por un equipo de partida prácticamente calcado al de la pasada temporada, con las únicas novedades de Héctor Hernández e Iago Novo, en el costado izquierdo, acompañando a nueve viejos conocidos: Edu Sousa en la portería, Garay, Churre y Mario Gómez en la zaga, Samu en funciones de pivote, con Chiqui, Dalisson y Yelko Pino en la sala de máquinas y el killer Rufo como afilada punta en la lanza de ataque del Pontevedra. 

Un robo de balón de Chiqui en zona de creación, aprovechando la impericia de un defensa al pretender salir de la presión local con un tímido pase en corto a un compañero, aportó ese primer chispazo con el que suele arrancar el guion de cualquier obra del género futbolístico; hasta las más anodinas. Como no tardó en volverse el duelo de Pasarón una vez Garay e Iago Novo volvieron a sus posiciones tras liarse en el punto de penalti sin llegar a rematar ninguno de los dos el centro del carterista Chiqui en el minuto 3.

Plagado de jóvenes canteranos, el filial vallisoletano se vio casi de inmediato constreñido en su primer tercio de campo, volcando prácticamente toda su energía en parapetar la portería defendida por Rafús de los intentos incesantes de los hombres de Yago Iglesias por abrir la lata a base de su paciente circulación de balón, made in Yago Iglesias. 

Nada sustancial sucedió hasta el minuto 24, más allá de ver a Dalisson probar suerte rematando un centro de banda con un potente disparo cruzado en el área en el 19, que se le fue demasiado alto por encima del larguero. Cinco minutos después, Frimpong, el pivote derecho en el 4-2-3-1 del equipo visitante, cortaba un balón en tres cuartos de campo propio y le servía al primer toque el cuero a la carrera a su compañero Sergi. Ya a la altura del borde del área, este completaba una maratoniana triangulación devolviéndosela a Frimpong, pero el remate del mediocentro, encimado por la defensa, llegó flojo a las manos de Edu Sousa. Tan poco y tanto a la vez. La mejor de las formas de recordarle al Pontevedra que, aunque sin colmillos, su joven rival podría, como cualquier otro equipo en este fútbol igualado por la preparación física, morder en el momento menos pensado de la manera más inesperada y, en un descuido, hacer sangre. Como a punto estuvo de hacer Rulo en la tercera ocasión que el Valladolid Promesas pisó los dominios de Edu Sousa, obligando al cancerbero local a una estirada prodigiosa para mandar el esférico a córner en una acción nacida de una asistencia de Delgado desde la banda derecha.

Un disparo de Iago Novo en la medialuna, alto, dio paso a una de las tres ocasiones en las que el Pontevedra rondó el gol en los últimos 20 minutos antes del descanso; en los tres casos, con Dalisson, el mejor de la primera parte, como espoleta: internada del mediapunta, que le cede el cuero a Yelko Pino para que este se lo entregue a un Rufo libre de marca; el killer granate se alió con el firme de Pasarón para dar efecto a su disparo, pero los reflejos felinos de Rafús evitaron el 1-0. 

En el 35, el ojo de Dalisson y la habilidad de Chiqui habilitaron a este último para armar un nuevo misil, encontrándose otra vez con la calidad del guardameta vallisoletano. Y ya en el tiempo de prolongación, nuevo servicio de Dalisson, pero su centro por banda derecha no encontró el pie de Rufo por un suspiro, libre de marca en el segundo palo con Rafús aparentemente escorado todavía hacia el inicio de la acción. El dominio atosigante del Pontevedra B marchaba sin premio al paso intermedio por vestuarios.

Gol y paso atrás

Arrancó el segundo tiempo sin cambios entre las 22 piezas del tablero verde de Pasarón. Y a los siete minutos, Ortuño, capitán del Valladolid Promesas y central izquierdo, derribaba a Dalisson en el corazón del área. Penalti de libro y ejecución de manual de Rufo, que engañó al hasta entonces infalible Rafús mandándolo al lado contrario del que enfiló el balón: 1-0, minuto 53. La paciencia, primer mandamiento del manual de instrucciones de Yago Iglesias y que tantas alegrías dio la temporada pasada, volvía a regalar el rico fruto madurado del gol.

Álvaro Rubio, técnico del filial castellano-leonés, movió el banquillo poco después cambiando a dos de sus hombres de ataque, mientras Yago Iglesias retiraba al debutante Iago Novo para dar entrada a Álex González, con Xabi debiendo suplir casi de inmediato a Héctor, que se fue dolorido. Un carrusel de cambios que prosiguió el técnico visitante con otros dos movimientos de piezas, supliendo a un Ortuño tocado anímicamente tras el penalti y relevando a Delgado en la punta de ataque por Mariano. Los minutos iban pasando y, sin saber muy bien cómo, el Valladolid Promesas se iba asentando cada vez más tiempo en los dominios de Edu Sousa. Sin colmillo, dijimos, pero con el resto de dientes en su sitio.

En el minuto 76, en el primer y único córner visitante del partido, un fallo garrafal de la zaga granate dejó muerto el balón en el balcón del área pequeña a los pies de Delgado. Sea por la sorpresa mayúscula del jugador, sea por su condición de central, su tiempo de reacción derivó en un disparo flojo y la opción a Edu Sousa de poner las manos en su trayectoria.

Ni con el susto tuvo a bien el Pontevedra de proponer un giro de guion y volver a tomar las riendas de la acción, más allá de un remate de Charly, recién entrado por Rufo, a centro, cómo no, de Dalisson, que se marchó por muy poco en el 88.

FICHA DEL PARTIDO:

PONTEVEDRA CF (1): Edu Sousa, Garay, Churre, Mario Gómez, Héctor Hernández (Xabi Domínguez, min 66), Samu, Chiqui (Cambil, min 79), Dalisson, Yelko Pino, Iago Novo (Álex González, min 64) y Rufo (Charly, min 79) 

REAL VALLADOLID PROMESAS (0): rafús, Alin, Iago Parente, Ortuño (Gabriel, min 71), Hugo San, Frimpong, Verde, Pascual (Yago, min 60), Rulo (Neira, min 60), Sergi y Delgado (Mariano, min 71). 

GOL: 1-0, min 53: Rufo, de penalti.

ÁRBITRO: Sergio Álvarez Ordóñez, asistido en las bandas por Javier Gurpegui Güevea e Ismael Iraqui Rato. Amonestó al jugador local Dalisson y a los visitantes Verde y Frimpong.

INCIDENCIAS: 2.194 espectadores en Pasarón en partido correspondiente a la primera jornada de Liga de Segunda RFEF.