La incorporación de Leonor de Borbón a la Escuela Naval Militar vuelve a poner en el mapa al concello marinense que compartirá atención mediática con Sanxenxo
01 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Han transcurrido 156 años desde que una mujer ocupó el trono de España. Ha pasado ese siglo y medio desde que Isabel II fue destronada por la llamada Revolución Gloriosa, que gritaba «¡Abajo los Borbones!, ¡Viva España con honra!» para justificar la asonada que puso fin a su reinado. Desde entonces y hasta ahora, en pleno siglo XXI, estamos en ciernes de que otra mujer ocupe en un futuro próximo la Corona de la que es heredera y, por tanto, asuma la Jefatura del Estado. Es Leonor de Borbón y Ortiz, Princesa de Asturias y, desde la tarde del jueves, una de las 77 personas que se instruyen y forman en la promoción de tercer año de la Escuela Naval Militar de Marín. De entre ellas, solo 9 mujeres, incluida Leonor.
La llegada al concello marinense de la alumna que será futura Reina de España, tiene una trascendencia mediática y social extraordinaria que ya se viene percibiendo desde hace varios días. Solo hubo que ver el revuelo generado por los setenta y tantos periodistas acreditados por los diferentes medios de comunicación que cubrieron el jueves tarde la incorporación de la infanta a la academia de la Armada.
La alcaldesa de Marín, consciente de la repercusión añadida que existe este año, se adelantó a ofrecer el pasado martes una recepción a los alumnos (sin Leonor) que se acababan de incorporar al centro de instrucción, a los que felicitó por obtener plaza en la que definió como «nuestra Universidad» y a los que exhortó a convertirse en «vecinos de Marín». «Compartiréis muchas experiencias con nuevos vecinos que os recibirán de muy buen grado y con los que tendréis un aprendizaje que no olvidaréis». Y, ¡claro! María Ramallo no obvió que esas experiencias que tendrán los alumnos de la Escuela que cursan este año, tendrán un valor añadido por la coincidencia con una compañera, muy especial, que será futura Reina de España.
Estará bajo más presión
Obviamente la alcaldesa es consciente de que estamos ante una circunstancia histórica que ya ha tenido precedentes para Marín, para Pontevedra y para la Escuela. Antes fueron el propio Juan Carlos I y después su hijo, Felipe VI quienes realizaron allí su formación en la Armada. Tanto el emérito como el actual rey fueron alumnos de la Escuela que, como tantos otros capullos (sobrenombre con el que siempre se les ha conocido), vinieron hasta Pontevedra y compartieron tiempo de ocio y locales de copas con anteriores generaciones de jóvenes locales.
Evidentemente fueron épocas muy diferentes. Juan Carlos realizó su formación en el centro castrense de Marín en 1957, en plena dictadura franquista y, por tanto, con los medios de comunicación bajo un férreo control. Las anécdotas que se conocen de su paso por Marín y Pontevedra, están en el imaginario popular, pero no se reflejaron jamás en papel prensa.
Su hijo Felipe acude a la Escuela en 1986, con más visibilidad pública y bajo una cierta atención mediática, aunque nada que ver con la que actualmente sigue a los miembros de la Familia Real. El actual rey, salió y se divirtió tanto en Marín como en Pontevedra durante los cuatro meses previos a embarcarse en el Elcano. Afortunadamente para Felipe de Borbón, de aquella no había redes sociales y, por tanto, la presión era muchísimo menor de la que aguarda a su hija primogénita.
No creo equivocarme al vaticinar que será difícil, al menos hasta que baje el suflé mediático, ver callejear, de tapas o de copas, a la heredera junto a compañeras y compañeros de la Escuela, debido al celo que rodea su persona y como se lleva su formación. Pero le deseo que no la encapsulen de tal modo que la priven del contacto con la gente de la calle que tanto en Marín como en Pontevedra sabrán comportarse adecuadamente y respetar su privacidad. ¡Ojalá la dejen venir, al menos, de incógnito el próximo fin de semana, a disfrutar de la Feira Franca por las calles de la ciudad de Pontevedra!
El abuelo, enfrente
Es muy probable que durante los 120 días en que permanecerá la heredera en la Escuela Naval de Marín, coincidirá con algunas de las próximas estancias de su abuelo paterno en Sanxenxo. Uno a cada lado, en cada margen de la ría de Pontevedra, apenas separados por 30 kilómetros de carreteras y unas millas náuticas de navegación.
En breve, a finales de este recién iniciado mes de septiembre, el rey emérito regresará a participar —si su salud se lo permite—, pero al menos a presenciar en el Real Club Náutico las regatas de vela en las que concurrirá el Bribón. Si es posible, estará a la caña del barco, para defender el liderato que ostenta en la liga española de embarcaciones de 6 metros, junto a su inseparable Pedro Campos.
Será la sexta vez que el rey emérito acuda a Sanxenxo desde su autoexilio en los Emiratos Árabes. La frecuencia de los viajes realizados este año, denotan que la presencia de Juan Carlos de Borbón cada vez se normaliza más, sobre todo para los medios informativos nacionales, ya que la prensa gallega y la ciudadanía de Sanxenxo lo tienen más que asumido. Sigo pensando que probablemente el último deseo del anterior monarca será establecerse en Sanxenxo para pasar sus últimos años al lado del mar y con sus amigos. Creo que no se le puede negar, pese a los numerosos errores que opacaron el final de su reinado.