Abrir o no en festivo, el debate del autónomo en diciembre: «Probé el 6 y me salió redondo. Pontevedra estaba a tope»
PONTEVEDRA CIUDAD
Las cadenas trabajan todos los días y algunos comercios locales van tras ellas. Cristina y Celeste, con tiendas en la ciudad del Lérez, toman decisiones distintas: «No te vas a hacer rica por trabajar los domingos», dice la segunda
09 dic 2023 . Actualizado a las 20:14 h.Abrir o no abrir en festivo o en domingo, esa es la cuestión. Ese es el debate al que se enfrentan cada mes de diciembre miles de autónomos, propietarios de comercios locales, que ven cómo las grandes cadenas trabajan casi ininterrumpidamente del 1 al 31 de diciembre (exceptuando Navidad) mientras que ellos si siguen esa corriente acabarían exhaustos, porque en muchos casos no cuentan con empleados para poder hacer turnos. Y, aunque en algunos casos realizan contrataciones, no siempre hay caja suficiente para contar con más manos durante los días extras de este mes. Hablamos con Cristina Quintana y Celeste Barros, propietarias de dos tiendas de ropa en Pontevedra. Ellas tienen clara una cosa con respecto a los horarios: «Hay que ver lo mejor para cada negocio», dicen casi con la misma voz. Luego, cuentan sus historias y queda claro que sus decisiones son distintas en cuanto a las aperturas.
Cristina Quintana abrió una tienda de ropa hace algo más de dos años en Pontevedra llamada Trulock. Lo hizo en la calle Riestra que, si bien está ubicada en el centro, no se encuentra en el meollo comercial. Hace unos meses trasladó su comercio a Manuel Quiroga, en el corazón de la zona monumental. Cristina, cuyo apellido es Trulock y es el mismo Trulock que corría por las venas del escritor Camilo José Cela, que era su tío abuelo (su abuelo y la madre del literato eran hermanos) y que le llamaba China por sus ojos achinados, siempre exhibió tanta personalidad como la del premio Nobel en cuanto a decisiones sobre su tienda. El año pasado, en plena ola de calor, plantaba un cartel avisando de que, por las tardes, abriría el negocio a partir de las 19.00 horas y que no cerraría hasta entrada la noche. Y decía: «Si hace el calor de Puerto Banús, habrá que abrir como en Puerto Banús». Entonces, señalaba que le daba resultado esa operación porque antes de esa hora las clientas estaban en la playa y no de compras por Pontevedra.
Cristina reconoce que hasta este mes de diciembre no se planteó realmente lo de abrir o no los festivos porque en la calle que estaba ubicada antes la tienda no era habitual que hubiese movimiento los días no laborables. Pero este año la cosa ha cambiado. Está la zona histórica, donde la Navidad de Pontevedra muestra su cara más bonita, así que sí se hizo esa pregunta. Y se contestó a sí misma, que atiende el negocio en solitario, que, al menos, iba a probar suerte con los festivos de este puente. Así que el día 6 cambió el descanso por una jornada laboral más. Su idea no era tanto atender a la clientela, que pensó que no habría mucho, sino aprovechar para etiquetar el aluvión de ropa que había recibido. Pero apenas pudo realizar esta actividad. Pontevedra se abarrotó en el primer festivo del puente de la Constitución y ella tuvo la tienda llena a lo largo de casi todo el día: «Probé el día 6 y me salió redondo porque Pontevedra estaba a tope. Fue algo impresionante porque hice una caja muy buena esa jornada, mejor que muchísimas otras. Me quedé realmente impresionada», indica Cristina.
Su idea era no abrir más festivos, pero tras esa experiencia inicial del miércoles se animó y este viernes, que tiene también una sesión de fotos con algunas modelos, va a levantar la persiana: «Aquí estoy dándolo todo», señala con su alegría habitual en este festivo de la Inmaculada Concepción. ¿Y los domingos? No descarta trabajar, pero cree que le costará lo suyo: «Puede que acabe petando, porque el descanso también es necesario. Me pasó con Halloween, que estuve en la tienda el sábado trabajando como una loca y las clientas me pedían que abriese el domingo... no pude hacerlo. Tuve que dormir todo el día por el cansancio acumulado».
«No te vas a hacer rica por abrir los domingos»
Celeste Barros es una de esas caras bien conocidas del comercio local de Pontevedra. Regenta desde hace una década una de esas tiendas que es imposible que pasen desapercibidas al ojo de quien camina por la plaza de A Verdura o la calle San Román, en plena zona histórica de Pontevedra. Se llama Marilyn y es todo un homenaje a la actriz rubia más famosa de todos los tiempos. En Marylin están los vestidos más provocativos y la ropa para quienes quieren lucir distinto. Celeste, con su pelo rojo y su estética roquera, tiene muy claras las cosas en cuanto a las aperturas en domingos o festivos: «No, no y no», señala. Luego, añade: «Me sacrifico todo lo que puedo por mis clientas, pero abrir los festivos me parece una locura, el descanso es necesario. En la tienda estoy yo y me ayuda mi marido, tenemos que atender al negocio físico y a la tienda digital, que es un segundo negocio en toda regla. No hay tiempo material... el descanso se necesita. Y hay que disfrutar de la familia y de los amigos, no creo que sea necesario estar abiertos siempre».
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Marilyn es mucho más partidaria de trabajar en momentos puntuales en los que ve que puede haber clientela que en ir a la carrera para seguir a las grandes cadenas. De esta forma, señala: «Puedo poner un ejemplo fácil. Nosotros estamos en plena plaza de A Verdura y además hace ya tiempo nos trasladamos a vivir encima del negocio, precisamente, para poder atenderlo mejor. Nosotros estamos en casa y si vemos que hay mucho ambiente y nos parece oportuno, sea el día que sea, abrimos. Si vemos que no hay gente, descansamos, que es necesario». Indica que da toda la flexibilidad del mundo a sus clientas, que siempre tienen a mano su teléfono por si un día las tiene que atender fuera del horario comercial. Pero cree que los autónomos no pueden ser esclavos de sí mismos: «No te vas a hacer rica por abrir los domingos. Tengo amigas que trabajan en centros comerciales o en cadenas y durante el mes de diciembre están agotadas, no pueden más. Así no se puede trabajar. Hay que escuchar al negocio y a uno mismo», concluye Celeste Barros.