Rufo, máximo goleador del Pontevedra CF: «Yago Iglesias me está enseñando otro tipo de fútbol»
PONTEVEDRA CIUDAD
El delantero madrileño cumple 100 partidos y se siente protagonista después de un año de lesiones
15 nov 2023 . Actualizado a las 17:49 h.Rufo cumple un centenar de partidos con la camiseta granate. Llegó en enero del 2020, un par de meses antes de que la pandemia suspendiese la competición. Aterrizó en el Pontevedra tras ser el máximo goleador del Internacional de Madrid. Desde aquella incorporación que entusiasmó a los granates han pasado casi tres años y cien partidos. Tras una temporada marcada por las lesiones en la que no tuvo suficiente protagonismo, Rufo ha vuelto a la primera línea de la ofensiva granate. Y a sus casi 36 años sigue aprendiendo de fútbol y siendo el pichichi del equipo. «Yago Iglesias me está enseñando otro tipo de fútbol, me da indicaciones. Más que de 9 referencia, el míster me hace jugar más con el equipo, bajarme a recibir y abrir espacios para que otros compañeros los aprovechen», explica el delantero, que advierte de que «nunca es tarde para aprender y me parece estupendo. Cuanto más cosas me enseñe, más completo seré y aunque sea mayor, todavía tengo tiempo para poder utilizarlas y que se beneficie todo el mundo».
Para Rufo es un «orgullo» llegar al centenar de partidos en un año en el que el se ha vuelto a reencontrar con el gol. El curso pasado tan solo jugó diez partidos como titular y sumó dos goles a su cuenta. Las lesiones fueron mermando su capacidad y abrió las dudas de si podría volver a ser el mismo. Le costó coger esa confianza. Tras fallar el primer gol en el partido con el Langreo, pensó que no sería capaz. «Estaba costándonos un poco en la pretemporada y no se puede decir que sea exactamente presión, pero uno intenta exigirse siempre lo máximo y en mi puesto, lo que tengo que hacer es meter goles. Y luego, ayudar al resto», recalca.
La apuesta más que evidente del míster le ayudó a asfaltar ese camino de regreso al éxito. «Ese tipo de temporadas son muy duras y este verano he intentado trabajar para solucionar esos problemas. Eso, unido a la continuidad que estoy teniendo, me hace encontrarme súper bien y quiero que siga así», apunta Rufo, que siente cierta liberación.
Ese año casi en negro, en la que tan solo jugó un millar de minutos, estuvo marcado desde el inicio por los problemas de espalda y más tarde, la rotura del sóleo. «Parece que no levantas cabeza y cuando estás bien, vuelves a caer», recuerda. Atrás quedan esos fantasmas que lo tuvieron en el banquillo. Ahora es el protagonista de la delantera granate.
Le debe mucho a la forma de jugar de Yago Iglesias. Se beneficia de ese esquema de cinco defensas que visita con frecuencia Pasarón y convierte el trabajo en grupo en el secreto del Pontevedra. «Gracias a eso tengo ocasiones y puedo ayudar al equipo con mi trabajo, que es marcar goles y también ayudo con movimientos para que otros compañeros actúen», comenta Rufo.
Las goleadas que encadenaron en el mes de octubre los convirtió en la bestia negra de los rivales. Pero el delantero madrileño advierte de que eso no es motivo para tener una posición de superioridad frente al rival. «Tenemos el aura que genera golear, pero hay que ganar todos los domingos y no es tan fácil. Están viéndose equipos muy grandes que han bajado a categorías inferiores y por muchos jugadores y nombres que tengas, no lo tienen fácil», recalca Rufo, que cree que la única clave para optar al ascenso a Primera Federación es seguir exigiéndose al 100%: «Si no es así, cualquier equipo te compite y te rasca puntos».
El Pontevedra de Yago Iglesias tiene varias caras, la de ese equipo súper goleador que deja inmóvil al rival o el que pelea y es capaz de llegar infinitas veces a puerta sin anotar, como ocurrió en el último partido en casa frente al Rayo Cantabria. «Tenemos que seguir buscando el equilibrio y si no entra el gol pronto, que nos beneficia mucho, hay que tener esa calma y aguantar porque se puede ganar en 90 minutos. Es una liga complicada», concluye el máximo goleador del Pontevedra en su aniversario.