Más de dos mil personas marchan en Pontevedra para que la investigación en cáncer sea una prioridad

PONTEVEDRA CIUDAD


















Dos pacientes con tumores de baja supervivencia, Teresa y María del Carmen, leyeron el manifiesto en una abarrotada Plaza de España que se tiñó de verde
09 oct 2023 . Actualizado a las 12:14 h.Si el año pasado la marea fue rosa, este 2023 fue verde. Más de dos mil personas (2.104) participaron este domingo en Pontevedra en la quinta edición de la marcha contra el cáncer que organiza la AECC para recaudar fondos para la investigación de esta enfermedad. Antes de la salida de la prueba, 6,75 kilómetros que se podían hacer corriendo o andando, se llevó a cabo un multitudinario calentamiento en la plaza de España, centrado en la movilidad articular. La monitora explicaba que calentar es importante para prevenir lesiones. «¡Venga, no seáis vergonzosos!», les gritaba. Poco a poco asistentes vestidos con las camisetas verdes se iban acercando al escenario mientras sonaba la pegadiza Another one bites the dust, de Queen. Entre los participantes, gente de todas las edades, familias con niños, personas con mascotas ataviadas con los pañuelos de la AECC y un grupo grande de alumnos de la Escuela Naval Militar de Marín, que destacaban por sus camisetas blancas. Uno de los puntos más concurridos a esa hora de la mañana era el Polaroid Bus, donde fueron muchos los que entraron para retratar el momento. El pasacables que cruzaba un tramo de la plaza provocó la caída de una mujer, que rápidamente fue atendida por personal de la AECC y sanitarios.
Anjara y Alicia, dos jóvenes de Pontevedra, cuentan en medio del calentamiento que es la primera vez que participan. No lo hacen solas, sino acompañadas de varios familiares. Van a hacer la marcha a pie y tienen claro por qué se suman a la iniciativa: «Es por una buena causa y hay que contribuir. Varios familiares murieron por cáncer, alguno muy joven como un tío. Por desgracia, a todos nos puede tocar». Además del avituallamiento, ya preparado en la plaza, también se montó la carpa Ciencia para todos, donde Carmen García, psicóloga y coordinadora de voluntariado de la AECC, relata que harán actividades para niños durante toda la mañana. Entre ellas, un taller sobre la enzima aceleradora, un laboratorio para colorear y para ponerse calcomanías. El speaker avisa que los asistentes que vayan a correr tienen que situarse detrás del arco verde, mientras que el azul es para los que hagan la marcha a pie.
A las diez y media, el protagonismo es para dos mujeres, dos pacientes con cánceres de baja supervivencia que dan lectura al manifiesto. Alternándose, Teresa Vilar, que tiene un cáncer de páncreas, y María del Carmen Rodríguez, con uno de mama metastásico, ponen el foco en la investigación. «Los tumores de baja supervivencia suelen ser aquellos más silenciosos, donde en la actualidad no hay herramientas de cribado y son identificados en estadios más tardíos o no hay suficiente investigación para su tratamiento específico», contó Teresa. Como pacientes, ellas reclaman las mismas oportunidades que el resto a la hora de afrontar la enfermedad. María del Carmen, en esa línea, subrayó que la investigación «es la mejor herramienta para aumentar las cifras de supervivencia y para ello es necesario que los investigadores de España tengan el mismo apoyo y las mismas oportunidades que los de países donde la investigación es una prioridad».
No dudaron en agradecer el apoyo brindado por la Asociación Española Contra el Cáncer y por acompañarlas durante todo el proceso con sus servicios. Se despidieron con un «Hoy nos ponemos en marcha contra el cáncer y por la investigación. Solo así podremos conseguir nuestro reto: alcanzar un 70 % de supervivencia en el año 2023». Teresa y María del Carmen cortaron la cinta junto a las autoridades, entre ellas, el alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, y el presidente de la Diputación, Luis López. Así se llegó a la cuenta atrás «10, 9, 8, 7, 6.....» con la que se dio la salida a los corredores. Poco después lo haría una marea verde a pie. Casi sin tiempo para que los voluntarios recogieran las cajas con el material promocional, llegaba a la plaza de España el primero de los corredores, Ignacio, un chico de 20 años de la Escuela Naval que participaba por primera vez. Era lo de menos en este día, pero fue él el primero en cruzar la línea de meta.