Caminar por Pontevedra este sábado, ver y escuchar a la gente en las calles, plazas y establecimientos ha resultado un experimento antropológico divertidísimo
25 sep 2023 . Actualizado a las 12:09 h.Una estampa mil veces repetida en Pontevedra, durante esta inolvidable semana que hemos vivido, es la de numerosos visitantes con móvil en mano, con aplicaciones como Google Maps, orientándose por calles y plazas de la ciudad. Algunos, los más analógicos, echaban mano de los mapas que obtenían en la recepción del hotel o en la oficina de información turística. Pero todos, digitales o «prehistóricos», se movían con el propósito común de conocer, pasear y disfrutar del paisaje urbano que les hemos ofrecido, aderezado con una meteorología que, salvo un rato el jueves, ha respetado estas World Triathlon Championship Finals 2023.
En las vísperas, antes de la divertida y concurrida ceremonia de inauguración del pasado jueves, la ciudad ya era un torrente de visitantes que ha desembocado en un mar de gentes, nacionalidades y razas que nos ha deparado una imagen multicolor y un abanico de sonidos y acentos.
Aunque la cifra de participantes haya estado por debajo de la expectativa más optimista (2.600 frente a los 3.000 anunciados), resulta indiscutible que la ciudad ha rebosado. Caminar por Pontevedra, ver y escuchar las calles y cuantos las caminaban, ha resultado un experimento antropológico divertidísimo para comprobar la convocatoria que tiene el deporte entre personas de múltiples condiciones, creencias y procedencias. Nuestra ciudad, para orgullo de todos, ha conseguido confirmar esa capacidad.
Millones de imágenes
Además del retorno económico que se haya producido (15, 30 o 40 millones de euros según las diferentes estimaciones, que ya comentábamos hace una semana), uno de los intangibles más valiosos que nos dejan estas Series Finales del Mundial de Triatlón 2023, son los millares, mejor dicho, millones de imágenes de Pontevedra y sus rincones que los participantes, acompañantes y visitantes han plasmado en instantáneas que han subido a Instagram, WhatsApp, Facebook o X (antes Twitter).
Reseñas, fotos, selfies, vídeos y stories han propagado en esas redes sociales, una infinita cantidad de vivencias que han puesto a Pontevedra en el mundo. En los cinco continentes han leído y oído hablar de esta ciudad en los últimos días. Si esto hubiera que pagarlo en publicidad… ¿cuánto nos costaría al erario público semejante campaña de promoción?
Está claro que los casi 3 millones de euros que se gastan el Ayuntamiento de Pontevedra, la Diputación Provincial, la Xunta de Galicia y diversos patrocinadores privados (como Inditex) en la organización de esta Gran Final Mundial Triatlón, son una excelente inversión frente al coste tremebundo que tendría pagarse en formato de spots publicitarios con semejante promoción de nuestra ciudad en televisiones de todo el mundo.
Televisión
Especial resultó ayer tarde la retransmisión de la final élite masculino que realizó RTVE, a través del canal Teledeporte. Fue impresionante. Con el apoyo de un helicóptero, las imágenes fueron apabullantes. Era espectacular ver las márgenes del río Lérez, atestadas de espectadores, siguiendo el desarrollo de la primera parte de la prueba: natación. La transición a la bici, para la segunda parte del triatlón, absolutamente igual. El circuito dispuesto por la avenida de Compostela, inmediaciones de Pasarón, Pabellón Municipal de Deportes, el Puente de las Corrientes, Orillamar y Puente de los Tirantes, ¡una pasada!
Y para rematar, la tercera parte de la prueba, la carrera a pie, en un circuito dispuesto por el centro histórico y con remate en el Estadio de la Juventud, fue la guinda del pastel, con las calles atestadas de público, entregado y animando a los participantes.
Lejos de acomodarnos en la autocomplacencia, Pontevedra y las instituciones que participaron de la organización de estas Series Mundiales, deberían tomar nota de una serie de demandas que una vez atendidas, seguro, mejorarán nuestra capacidad para albergar este tipo de eventos que volveremos a recibir en un par de años. Lamentablemente la excepcional triatleta paralímpica, nuestra paisana Susana Rodríguez Gacio, fue víctima de alguna de esas deficiencias a mejorar.
A mejorar
Según contó la deportista viguesa, uno de los lombos existentes en el recorrido de la prueba en la que competía, propició una caída que sufrió. Pero no solo fue ese percance. Un error en la disposición de los puestos para las diferentes transiciones, ocasionó una penalización que le costó a la triatleta el título de campeona mundial.
Otra de las cuestiones a mejorar es la señalización de tráfico y la disposición de alternativas para la circulación de automóviles. De poco vale blindar de tráfico la ciudad, si convertimos tal protección en un obstáculo insalvable. Se han repetido atascos innecesarios en Orillamar. Tanto para cuantos nos visitan, como para quienes vivimos, trabajamos y circulamos en la ciudad.
Un ejemplo: solo en la avenida Reina Victoria, en el tramo que permanece cerrado al tráfico y pésimamente señalizado, esta semana se han multiplicado los vehículos que, siguiendo sus navegadores, entraban a contramano y se veían obligados a dar vuelta cuando se topaban con el par de bolardos y la señal de prohibido que languidecen allí. ¡Qué el éxito no se nos suba a la cabeza! Aún podemos hacerlo mejor.