Álvaro López Redondo, director de «Cadeas»: «A los fanáticos del thriller y el terror seguramente les guste por sus numerosas referencias»

PONTEVEDRA CIUDAD

CAPOTILLO

La opera prima del director pontevedrés se proyecta en el FICBueu y fue seleccionada para el Love & Hope Film Festival de Barcelona

17 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras su buena acogida en festivales como Cans o FanCince de Lemos, el cortometraje Cadeas, dirigido por Álvaro López Redondo (Pontevedra, 1998), se presentará este miércoles (11 horas) en la sección Escolas Galegas del FICBueu y acaba de ser seleccionado para el Love & Hope International Film Festival de Barcelona: «Es una obra que tiene mucho cariño detrás. Es un cortometraje que nació como trabajo fin de grado de la Facultade de Comunicación de A Coruña y lo realicé junto a Pablo Piñeiro, que es el guionista. Escribimos juntos el guion. Yo tuve la idea original, pero juntos le dimos forma. A los fanáticos del thriller y el terror seguramente les guste por sus numerosas referencias, por la construcción de la historia y por los numerosos giros que tiene a pesar de que son quince minutos. No es mucho tiempo, pero aún así nunca sabes hacia dónde va a llevar».

—¿Qué supone el haber sido seleccionado para el Love & Hope International Film Festival?

—Es un festival internacional y estamos seleccionados en la sección de mejor cortometraje de terror español.

—¿Esperaba está repercusión?

—Cuando tú lo realizas tampoco te esperas una repercusión. Creo que, al final, el cine hay que hacerlo por amor al arte y porque es lo que realmente vale para promover un poquito el consumo de la gente. Estuvo muy bien la posibilidad de poder presentarlo aquí en el Teatro Principal de Pontevedra, que lo conseguimos llenar con amigos, familiares e, incluso, compañeros de la facultad. Esperar, no te lo esperas nunca, pero, sobre todo, la satisfacción más grande fue llegar a festivales como este de Barcelona o el FanCine, donde fuimos nominados y estuvimos seleccionados con grandes cortometrajes, como O neno sardiña, de Lucía Estévez, o Compañeiros, de Fernando Tato, que fue el ganador. Estar nominado con gente que lleva ya años en el sector está muy bien, es una gran sorpresa.

—Habla del sector, ¿el cortometraje sigue estando tan maltratado?

—Hoy en día, el cortometraje tiene un poquito más de visibilidad. Este año empezó una iniciativa, El corto es cine, de la que se habló muchísimo en los Goya e, incluso, en muchos festivales como el de Málaga la gente llevaba pegatinas y chapas. Pero creo que sí. Está maltratado. Es verdad que cada vez hay más ayudas y más dinero, pero siempre se tiene esa idea como que el cortometraje es una manera de llegar a hacer un largo. Y yo creo que también hay que valorar, que el corto es un medio. Así como existen cuentos que son pequeños historias, un corto, puede llegar a ser un cuento igual de válido que una película larga.

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—En todo caso, estamos hablando de su opera prima.

—Tengo hecho cosas pero son mucho más amateurs. Las hacía con dos amigos y nos grabamos haciendo tonterías, a veces en estilo de found footage —metraje encontrado— de grabar con tu móvil, pero con un equipo grande, en el que éramos veinte personas, sí fue mi primera toma de contacto.

—¿Y se afronta con cierto miedo o hay más respeto que temor?

—Siempre tienes como cierto respeto. Al final, es complicado que lo que tú tienes en la cabeza salga tal y como quieres, pero es una satisfacción que cuando sale todo guay. Es muy satisfactorio poder hacer ese tipo de cosas. Pero siempre tienes esa parte de respeto de a ver si has hecho bien tu trabajo, saber si estás comunicando bien, pero creo que Cadeas ha quedado bastante guay.

—¿Y el futuro de «Cadeas»?

—Aún es pronto. Lo normal en un corto suele ser dos años en circuito y este ha sido su primer año. Estoy bastante contento de como nos ha ido. Fue el primer proyecto que desarrollamos en la en la facultad y ahora mi compañero Pablo Piñeiro, junto a nuestro director de fotografía, Alexander Rúas, estamos en la ECAM de Madrid y estamos llevando ya a cabo proyectos nuevos. Hemos rodado este verano un cortometraje, Tremor, y la verdad es que tenemos muchas ganas de llevarlo a la fase de postproducción y distribuirlo. Es un proyecto muchísimo más cuidado que Cadeas, con unos estándares más profesionales, por así decirlo, un funcionamiento en equipo mucho mejor y eso es todo por el aprendizaje de este año en la ECAM.

—¿Se plantea dirigir un largo?

—Es pronto, pero nunca diría que «no» a rodar un largo. Un largometraje es un sueño. Siempre crecemos viendo películas, siempre tienes las ganas de comunicarle al público las necesidades con un largo y me encantaría, pero creo que es pronto. Aún me queda mucho recorrido y, sobre todo, entender el medio. Creo que es lo importante para poder llegar a realizar un largo. Hoy en día, con la inmediatez de las cosas, necesitas crear tu propio estilo, tu propio cine y es complicado.