Un vecino de Pontevedra descubre que es víctima de una estafa al solicitar un préstamo

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

GUARDIA CIVIL

El autor del fraude realizó cargos en una tarjeta de crédito a nombre de la víctima, por lo que la Guardia Civil alerta de que una de cada cuatro contraseñas de las tarjetas es fácilmente adivinable

15 sep 2023 . Actualizado a las 14:46 h.

Los agentes del Equipo de Investigación Tecnológica (EDITE) de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra han identificado e investigan al supuesto autor de sendos delitos de estafa y falsificación de documento público mediante el uso de una tarjeta de crédito.

Desde el instituto armado precisaron que esta investigación comenzó a raíz de la denuncia interpuesta en octubre del 2021 por la víctima, quien descubrió que, al tratar de contratar un préstamo en una entidad bancaria, había sido incluida en un fichero de morosos. De este modo, la entidad se negó a concederle el préstamo toda vez que les constaba que tenía contraída a su nombre una deuda de cuatro mil euros correspondiente a una tarjeta de crédito de la que, al parecer, es titular y con la que se habían efectuado diferentes pagos.

Estas informaciones dieron inició a la operación Golden Express. Los investigadores determinaron que los cargos se correspondían al pago en establecimientos de comida rápida, así como en una clínica veterinaria. «Una vez realizados los estudios pertinentes sobre los datos de conexión, líneas vinculadas, aportan sin ningún género de duda la identidad del autor, por lo que, se procede a la investigación de un vecino de Valladolid de 25 años de edad, que deberá presentarse ante la autoridad judicial cuando sea citado», añadieron desde la Guardia Civil de Pontevedra.

La seguridad de las tarjetas

Desde este cuerpo añadieron que el fraude con tarjeta de crédito engloba toda operación ilegal encaminada a «obtener beneficios sin pagar por ellos u obtener fondos de la cuenta por medio de la extracción no autorizada de dinero». Es por ello que insistieron en la necesidad de que los usuarios conozcan conocer todos los sistemas de seguridad que ofrecen las tarjetas para protegerse cuando se realizan compras o se emplean.

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Entre estos sistemas de seguridad se encuentra el chip electrónico, que sustituyó a las bandas magnéticas y que está implantado en la mayor parte de los países de la Unión Europea y en otras partes del mundo. Además, disponen de un PIN de seguridad, una clave de cuatro dígitos que «solo el titular de la tarjeta debe conocer y que se solicita cada vez que se hace uso de la tarjeta de crédito». Con respecto a este número, «se recomienda siempre asignar un pin que no sea de números correlativos o en los que se repita el mismo número», añadieron.

En este sentido, advirtieron de que, a la hora de escoger estos cuatro dígitos, se tiende a elegir alguna fecha o dato fácil de recordar. Y es que, «un análisis descubrió que los usuarios tienen una asombrosa falta de creatividad. Casi el 11% de los 3.4 millones de números de pin analizados correspondían a la serie 1234, seguidos de 1111 (6%) y 0000 (2%). Pero el dato más interesante es que el 26 % de todas las contraseñas se podían adivinar, tratándose solo de 20 combinaciones de números de cuatro dígitos».

Código de verificación

De igual modo, la Guardia Civil alude al código de verificación o CVV, que «es posiblemente el dato más importante que figura en la tarjeta. Se trata de un número utilizado en las transacciones que se realizan a través de Internet y que se escribe en los formularios de compra online. El mismo se encuentra al dorso de la tarjeta y consta de 3 números».

A este respecto, remarcaron que «bajo ningún aspecto debe facilitarse este código a nadie. Si se cuenta con el número de tarjeta, el nombre del titular y el CVV, nada frenará que otra persona realice compras por Internet sin la autorización expresa del titular de la tarjeta».