Setga: la empresa de Pontevedra que cuida la salud con la iluminación

PONTEVEDRA CIUDAD

CAPOTILLO

La firma espera llegar a los 20 millones de facturación y crear una veintena de empleos en el 2023. Apuesta por la economía circular y proveedores próximos para crecer

19 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando vas por la calle de alguna capital es fácil que las farolas que iluminan su paseo tengan la firma de Setga, una empresa lumínica de Pontevedra que nació hace 35 años como una ingeniería que buscaba iluminar de forma sostenible. Hoy, con una facturación que espera alcanzar los 20 millones de euros en el 2023, trabaja transversalmente con universidades, físicos, arquitectos, diseñadores e incorpora un importante componente humanista para hacer una iluminación respetuosa con el entorno.

Esa es la filosofía que imprime su director, Ángel González, en una firma que nació para dar luz de forma sostenible, pensando siempre en la persona. «Una iluminación no apropiada produce daño en nuestro sistema de visión», apunta el responsable de Setga. Esa hoja de ruta que marcaron en sus comienzos es cada vez más sólida. «Nuestra vista dispone en la retina de unas células con funciones distintas a las de captar imágenes, que se relacionan íntimamente con nuestros ritmos circadianos, reloj biológico y en definitiva con nuestra salud y bienestar», explica González. Han llegado a un nivel muy sofisticado de control de luz que permite replicar los ciclos naturales del sol eliminando los efectos nocivos. «Creemos que la sociedad debería incorporar a sus preocupaciones la cultura de la luz como fuente de salud», señala el director de la compañía lumínica.

Tras consolidarse como un referente en el sector, Setga camina en este 2023 hacia el desarrollo de cuatro nuevas luminarias que entrarán en producción el próximo verano. Pero también mantienen su oferta a distintos ayuntamientos españoles. De hecho, su firma está en los semáforos de la Gran Vía madrileña. La ambición marca este nuevo año en la compañía lumínica, que incorporará farolas solares inteligentes a su catálogo. Los nuevos laboratorios que están diseñando les permitirán un control mayor de la luz, consiguiendo incrementar la eficiencia energética, el confort visual y una iluminación más saludable. Para sacar adelante estos proyectos, Setga espera finalizar la construcción del nuevo edificio corporativo que tendrán en el polígono de A Reigosa, de Ponte Caldelas. Serán más de diez mil metros cuadrados con espacio para implantar nuevos sistemas de producción, laboratorios, departamentos técnicos y administrativos. «Es uno de los retos para este 2023», apunta Ángel González, que ha ido tejiendo a base de trabajo una compañía que logró uno de los contratos más importantes de su historia. «Es indudable que haber ganado tres concursos internacionales en uno de los ayuntamientos más exigentes del mundo, como es Ámsterdam, es una acreditación de alto valor», explica González Calvo. Además, la firma tiene presencia en más de un centenar de municipios y con la humildad con la que ha llegado hasta aquí, su director general reconoce que «es rara la ciudad que no tenga instalado algún producto de Setga».

La compañía se ha apoyado siempre en unos valores férreos que han antepuesto siempre la calidad a la rentabilidad. El camino no ha sido fácil en un mundo globalizado donde la competencia asiática es fuerte. Reduce costes, pero también calidad. Setga apuesta por la economía circular como base de su negocio y siempre que es posible se nutre de proveedores del entorno más próximo. «Desgraciadamente en nuestro país y también en el resto de Europa se ha destruido mucha industria y lo que es peor, mucha cultura industrial», explica González, que recalca que «la sostenibilidad y el respeto» son valores que ellos mantienen firmes. «Siempre están presentes y fueron complementados por nuestra relación con los Países Bajos, donde llevan muchos años ejerciendo estos principios hasta el punto de puntuarlos en las licitaciones de la administración pública», afirma.

En su trayectoria de décadas, la empresa reconoce que fueron capaces de sortear la pandemia. «Hemos sido una empresa afortunada», subraya González. El covid coincidió con la adjudicación de un concurso internacional que le proporcionó carga de trabajo por dos años. A pesar de ese buen momento, sufren las consecuencias con el encarecimiento y la falta de algunos suministros. Pese a los contratiempos, está en crecimiento. Cuenta actualmente con cien profesionales en plantilla y espera que antes de cerrar el 2023 hayan superado los 120.