Martín García García, pianista: «Mantengo siempre la misma rutina tenga veinte o sesenta conciertos»

PONTEVEDRA CIUDAD

Íñigo Aguilar

Considerado como uno de los pianistas jóvenes con mayor proyección, ofrecerá mañana un concierto en el Teatro Principal

15 feb 2023 . Actualizado a las 18:17 h.

Organizado por la Sociedad Filarmónica de Pontevedra, el pianista Martín García García (Gijón, 1996) ofrecerá este lunes un concierto en el Teatro Principal (20.30 horas) de Pontevedra, el primero de este año en España. «Tengo muchas ganas, la verdad, porque se me hace eterno desde la última vez que estuve en España y tengo muchas ganas, especialmente, en Galicia. Es casi como mi casa. De hecho, la familia de mi abuelo es de Vilagarcía de Arousa, donde tocaré ahí un poco más tarde. El de Pontevedra es un concierto especial», señala.

—¿Es complicado lo de ser profeta en su tierra?

—Dicen que es muy difícil, pero me llena de ilusión, orgullo, escuchar esa frase, pero, bueno, le doy tiempo. Con el tiempo se verá bien.

—La crítica especializada le considera como el joven pianista con mayor proyección internacional. ¿Esto es una responsabilidad, un reto...?

—(risas) La verdad es que suena muy bien dicho por sus bocas. Sinceramente, no le presto mucha atención a esas críticas. Sientan bien, pero no llevan a nada en particular que hagan mejor mi proyección sobre el escenario. Estoy aquí para ir hacia delante, para mejorar. Está claro que es un orgullo, llevo trabajando mucho para estar aquí y es una felicidad que digan esto, pero yo me fijo, más bien, en lo que puedo coger para mejorar, para el futuro. Si no para que sirvo yo tocando...

—Retornando al concierto de este lunes en Pontevedra, ¿qué repertorio interpretará?

—Creo que va a ser una primera parte de Chopin, con la Barcarola y unos valses, y en la segunda tocaré los estudios sinfónicos de Schumann precedidos de Tres piezas de fantasía, también de Schumann.

—Tras Pontevedra, conciertos en Madrid y Vilagarcía, y, de nuevo, gira por el extranjero.

—Efectivamente. Tengo dos conciertos en Estados Unidos. Es un no parar.

Íñigo Aguilar

—A la vista de sus conciertos, se presenta una temporada extenuante. ¿Cómo se prepara?

—La verdad es que no es tanto prepara para las giras como mantener una rutina. Mantengo siempre la misma rutina tenga veinte conciertos o sesenta, lo que permite que no haya un diferencia si hay un concierto nuevo. No conlleva un estrés, sino que conlleva una ilusión de presentar lo que ya tengo estudiado, lo que ya tengo aprehendido. Eso proyectado hacia el público no importa que sean veinte que sesenta. Y luego, claro que es verdad que tengo un cuerpo y si son muchísimos conciertos, es extenuante. Dentro de un límite, es mi vida, mi ilusión.

—¿Es muy distinto el público extranjero?

—Tan distinto como si ponemos a dos personas de dos ciudades distintas a hablar entre sí. Es algo que ya se ve por el acento, la manera que tienen de conversar... Es todo distinto siempre y es bonito verlo. Cada cultura, cada ciudad tiene su manera de operar, su manera de relacionarse con los demás y es algo que se ve muy claro. Y eso también se ve en el arte. Por eso, todas las piezas de música son distintas. Quieren decir algo pero de maneras distintas y es algo que se ve.

—¿Y un pianista tiene que adaptar su repertorio en función del público?

—No suele influir. Es cierto que cada público tiene más ganas de escuchar una pieza en concreto o un compositor en concreto, como Chopin, pero no se suele adaptar nada por el lenguaje de la música. Lo que queremos expresar en las diferentes culturas es lo mismo. No importan las palabras. Con diferentes palabras, con diferente forma de expresarse, pero es lo mismo.

—Es por ello que se dice que la música es un lenguaje universal.

—Sí, lo es.