«¡Este cacharro es nuevo!»: Renfe complica la venta de billetes obligando a retirar número en una máquina a pocos metros de la taquilla

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

En Pontevedra, la máquina para pedir número antes de acceder a la taquilla se instaló hace unos tres meses.
En Pontevedra, la máquina para pedir número antes de acceder a la taquilla se instaló hace unos tres meses. María Hermida

«Solo nos ponen barreras, esto es ridículo», dice Mercedes, una pontevedresa de 69 años que esta mañana se topó por primera vez con el aparato y no era capaz de retirar su cita

02 feb 2023 . Actualizado a las 15:14 h.

«Para ser atendido é necesario retirar número». Ese es el cartel que se encontró Mercedes, de 69 años y vecina de Pontevedra, esta mañana de jueves cuando llegó a las puertas de la taquilla de la estación de trenes. Aunque viaja bastante en ferrocarril a Santiago porque tiene allí citas hospitalarias, nunca antes se había tropezado con el letrero ni con la máquina expendedora de tiques que hay al lado. Así que nada más verlo le salió del alma una frase al aire: «¡Anda, este cacharro es nuevo!». Arrugó la mira y dándole a la cabeza en señal de descontento se dispuso a retirar su número. Le dio varias veces a la pantalla táctil donde pone «sin cita previa» a ver si le otorgaba una vez que le permitiese comprar su billete. Pero la pantalla seguía a lo suyo, sin hacerle caso. Hasta cinco veces le dio. Al fondo, mientras ella pulsaba la pantalla, dos trabajadores de la estación permanecían tras el mostrador, únicamente separado de la máquina por unas puertas de cristal y pocos metros de distancia. Uno estaba ocupado con otro cliente. El otro no tenía a nadie en su ventanilla. Una ciudadana socorrió a Mercedes. Tocó a la pantalla, tuvo más suerte y salió el tique. Ella no daba crédito a lo ocurrido: «Solo nos ponen barreras, esto es ridículo. Me parece un sinsentido tener que sacar número para que me atiendan ahí al lado», decía Mercedes, mientras era avisada de que estuviese atenta porque tenía que ver en una pantalla en qué momento le tocaba entrar para poder comprar su billete. 

Detrás de Mercedes llegó otro pontevedrés que peinaba canas. Entró embalado a la taquilla, sin reparar ni en el cartel ni en la máquina. Pero tuvo que desandar el camino. Uno de los trabajadores le informó de que tenía que retirar el pertinente tique. El hombre no protestó y se fue directo a la máquina en cuestión. Tecleó lo que le pedían y se hizo con el papelito de rigor a la primera. Pese a salirle bien la maniobra, señaló: «Cada día es una traba, la gente mayor parece que no puede ni andar por la calle». 

¿Desde cuándo hay que sacar número para comprar un billete o hacer cualquier otra gestión en la taquilla y en el departamento de atención al cliente de Renfe? Un trabajador explicaba que en Pontevedra estrenaron este sistema hace unos tres meses, de ahí que algunos viajeros todavía no se hayan acostumbrado. Quizás sea cuestión de tiempo. O quizás no. Porque solo hace falta pasar unos minutos delante de la máquina para comprobar que a un buen número de personas no le resulta fácil retirar su número, trámite para el que hay que contestar a dos preguntas en la pantalla táctil. Primero, la máquina te interroga sobre si vienes o no sin cita previa. Cuando se le dice que sí, que sin cita previa, se accede a una pantalla en la que se pregunta si se va a viajar ahora, en otro momento o si se acude a hacer otras gestiones. Por ejemplo, para poner una reclamación habría que pedir la cita de otras gestiones. A partir de ahí, toca esperar a que en la pantalla aparezca el número asignado. Así, en cada visita a la taquilla, con o sin prisa por ir a coger el tren. Salvo que se usen otros métodos, como la aplicación de Renfe, la página web o las máquinas expendedoras de billetes. Pero, para ser atendido en persona, no queda más remedio que pasar previamente por «el nuevo cacharro», como lo bautizó Mercedes.