Un pódcast para saber que a la pontevedresa Elvira solo le perdonaron la vida cinco días

PONTEVEDRA CIUDAD

A ella la mataron en Pontevedra en 1936. A Sol y Luna las asesinaron en el 2009 en la misma ciudad. Sus historias y las de muchas otras mujeres se pueden leer, escuchar y ubicar en el callejero
23 ene 2023 . Actualizado a las 21:46 h.Todo empezó el 12 de diciembre de 1936, en un capítulo que pasó a la historia como los Sucesos de Salcedo, una parroquia de Pontevedra. Allí, unos hermanos llamados Consuelo y Ramón Acuña tenían escondidos a su cuñado, Manuel Méndez, y a un compañero de este, Manuel Gómez Corbacho. Ambos, por su militancia política, llevaban huidos desde el mes de julio, cuando el bando franquista dio un golpe de Estado contra la legalidad democrática de la Segunda República. Hubo una batida de guardias civiles y cívicos —una organización paramilitar compuesta, en su mayoría, por civiles falangistas— y encontraron a los escondidos en un galpón. No tuvieron miramientos; quemaron la choza con ellos dentro. Luego fueron a por quienes les habían dado cobijo. Mataron a los hermanos Consuelo y a Ramón dos días después y apresaron también a Elvira. Ella era la mujer de Manuel Gómez Corbacho. No la mataron el 14 de diciembre, junto al resto, porque alegó que estaba embarazada. Parecía que en aquel juicio de parodia que les hicieron a todos había un poco de piedad. Pero era un gran mentira. El 19, solo cinco días después, ella también era asesinada. Dejaba aquí a dos huérfanas, Manolita y Pilar, que siendo niñas tuvieron que seguir caminos distintos y que nunca pudieron reencontrarse.
Ese jarro frío de historia es uno de los relatos que incluyen unos pódcast hechos por el Concello de Pontevedra que permiten recorrer el callejero descubriendo la Historia das Mulleres. Esas narraciones, que se ofrecen tanto en versión sonora como para ser leídas, están a disposición de quien quiera toparse con ellas en la página web www.dogrisaovioleta.gal y también se encuentran en versión pódcast a través de las plataformas iVoox y Soundcloud. Las rutas permiten, desde luego, conocer la ciudad de una forma muy distinta. Y ponerle nombre de mujer a muchos rincones de la urbe del Lérez. Hay cuatro propuestas diferentes. Y va una advertencia de antemano: casi ningún relato es fácil de digerir.
Roteiro das represaliadas
La imagen imborrable de Custodia en la Peregrina. La ruta para recordar la historia de las mujeres represaliadas en Pontevedra es, sin duda, la más dura de todas las que propone el Concello. Fue diseñada por Montse Fajardo, una autora vilagarciana que tiene callo en rascar en ese pasado terrible que fue el golpe franquista y el tiempo que vino después. Ella sitúa en las calles de la ciudad a algunas mujeres ya conocidas como Josefina Arruti, pero también a otras cuya historia no es tan popular. Ofrece una imagen escalofriante que se emplaza entre la Peregrina y la casa consistorial. Ese recorrido tuvo que hacerlo una y otra vez una mujer llamada Custodia Gama. A ella la apresaron porque no eran capaces de dar con sus hermanos, que se habían significado políticamente. A ella la torturaron durante 40 días en el cuartel y, después, la raparon y la obligaron a barrer en ese recorrido citado con un cartel en la espalda en el que se leía la palabra comunista. No llegó a delatar a sus hermanos, aunque al menos uno de ellos fue fusilado igual.
Roteiro en San Amaro
De las víctimas de la violencia machista a la niña actriz. Otro de los pódcast que ofrece el Concello de Pontevedra, en este caso diseñado por la empresa Etnoga, se centra en el cementerio de San Mauro y en las mujeres que allí yacen. Se propone visitar sus tumbas. Hay audios con la historia de grandes maestras, de escritoras como María Victoria Moreno, de comerciantes o empresarias —como la la dueña del Balneario Virxe de Cuntis— y también relatos curiosos. Lo es, por ejemplo, la historia de la niña María Eva Pontamari, nacida en A Coruña y enterrada en Pontevedra con poco más de cinco años, en 1897. Hija de un italiano que era maestro de esgrima y que luchaba por la incorporación de la mujer al deporte, esta pequeña fue actriz infantil. También está ahí la historia de otra intérprete, Marina Fonseca, que fue la actriz de la película Miss Ledya. La represión franquista está presente de nuevo en este recorrido, donde se propone visitar las tumbas de algunas mujeres torturadas o paseadas, y también se recuerda en otros audios a víctimas de feminicidios como Sol y Luna, las dos mujeres chinas a las que mataron en Pontevedra en el año 2009. O se trae a la memoria el caso de Lupe Jiménez, a la que asesinó su marido en el año 2014 y que también está enterrada en el cementerio pontevedrés de San Mauro.
Roteiro en femininio
De las acusadas de brujería a la benefactora Teresa. En esta ruta, diseñada por María Xesús López Escudeiro, el caminante ubicará en la ciudad a mujeres que dejaron huella en la historia de la urbe y de Galicia, como la escritora Aurora Vidal, y a otras que se quedaron para siempre en la memoria colectiva, como María la del Carrillo de A Ferrería. Ahí se recogen muchas otras biografías de féminas, a las que se va ubicando en las distintas calles. En Curros Enríquez, por ejemplo, vivía Teresa Pérez Fiota, que estando viuda donó el dinero para hacer el Hospital del Cuerpo de Dios, provisto de catorce camas y destinado a personas sin recursos. En esta misma ruta para hacer a pie mientras se escuchan los audios o se leen las historias de mujeres también se descubre la vida de Vasquida García, Ana Rodríguez y Leonor da Fonte, que sufrieron terribles castigos por parte de la Inquisición, que las acusaba de brujería.
Roteiro da Moureira
La memoria marinera y el burdel de la Mimitos. Hay un recorrido sonoro, escrito y sobre el callejero de uno de los barrios más genuinos de Pontevedra: la zona de pescadoras de A Moureira. Este pódcast le descubre a quien lo escuche la importancia que tuvo esta zona de la urbe como punto de descarga de pescado. Y, sobre todo, lo fundamentales que resultaron las mujeres para la actividad marinera. Porque, si bien los hombres iban al mar, ellas descargaban y subastaban el género. Se habla por ejemplo de Enriqueta de Raxe, que se encargaba de las pujas. También se cita a quienes recibían a las dornas que regresaban cargadas con la faena de la isla de Ons y a las pioneras que pusieron puestos de pescado, en la primitiva plaza de abastos, y lucharon a brazo partido para que sus condiciones fuesen mejorando. Tampoco se obvia que A Moureira fue también, a mediados del siglo pasado, un lugar conocido por albergar burdeles. Se bucea hasta los años cuarenta para traer a la memoria a la Mimitos. Ella era todo un mito erótico de la época, que ejercía como meretriz en la llamada casa de las columnas, un burdel de A Moureira. Se sabe que su vida fue bien difícil y que pasó de girar cabezas a su elegante paso por la urbe del Lérez a tener que marcharse despavorida y malvivir en Bélgica.