José Flores: «Mi vida siempre estuvo ligada al deporte. Es un gran somnífero»

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

José Flores, gerente del área sanitaria de Pontevedra, con varios pacientes de la unidad de rehabilitación cardíaca del CHOP
José Flores, gerente del área sanitaria de Pontevedra, con varios pacientes de la unidad de rehabilitación cardíaca del CHOP RAMON LEIRO

El gerente del área sanitaria de Pontevedra y O Salnés creció como médico en el 061. Echa de menos trabajar en emergencias, pero ahora afronta otro «reto»

15 ene 2023 . Actualizado a las 19:19 h.

No es de familia de médicos, pero el gerente del área sanitaria de Pontevedra y O Salnés siempre quiso serlo. José Flores Arias (Santiago, 1971) sintió esa vocación desde muy temprano y reconoce que no sabe explicar muy bien por qué. Hijo de un policía nacional que tuvo muchos destinos y de una profesora de EGB, siempre respondía que quería ser médico cuando le preguntaban de niño qué quería ser de mayor. Se define como una persona «muy perseverante» para todo en la vida y, aunque era buen estudiante, sacó la licenciatura en Medicina en la Universidade de Santiago (USC) sin ser un empollón. «Siempre compaginé los estudios con otras actividades como el deporte y le dedicaba tiempo, pero no era exagerado, no era el típico empollón».

En algún momento pensó en la especialidad de pediatría, pero al final se decantó por la de medicina familiar y comunitaria. Podía haber elegido cualquier destino en Galicia para la residencia, pero recaló en Pontevedra en una época en la que no existía el CHOP como tal y los hospitales Montecelo y Provincial tenían dos servicios de urgencias separados. «Me habían hablado de que se trabajaba muy bien, había profesionales de medicina de familia muy potentes. Tuve a Loló Molina como tutora», recuerda. Hizo su formación como médico interno residente (mir) entre Montecelo y el centro de salud de Lérez. José Flores hace hincapié en que uno no se hace facultativo en la carrera, sino después, y quizá echó en falta una formación más clínica desde el principio. Pronto supo que lo suyo eran las urgencias y trabajó como residente en este servicio de Montecelo. Cuenta que tenían mucha responsabilidad y que había menos de un adjunto por guardia. Todavía hoy se pelea por que se cree una especialidad de medicina de urgencias y emergencias, un campo en el que José Flores desarrolló su trayectoria profesional. «Llevo ligado al 061 toda la vida», recalca, aunque trabajó en las urgencias de Montecelo y O Salnés. En la Fundación Pública Urxencias Sanitarias fue de todo: médico coordinador, jefe de sala, subdirector asistencial, médico asistencial en la base medicalizada de Ferrol, jefe de la base medicalizada de Pontevedra, director asistencial y director hasta que fue nombrado gerente del Sergas. Puesto que ocupó antes de recalar como gerente del área el pasado agosto.

«Crecí como profesional en el 061, me gustan las emergencias, pero para esto no te preparan». Habla de trabajar en escenarios como una calle o un bosque. «Hay que ser empático y ayudar, en la medida de lo posible, a que la gente sea feliz». ¿Echa de menos esa medicina?, se le pregunta. «No te voy a decir que no». Y cuenta una anécdota ocurrida en Baltar, en Sanxenxo, el 5 de enero durante una visita al centro de salud. Les avisaron de que un señor se había desmayado en la calle. Al caer se dio un golpe, sangraba por una oreja y sudaba. Era un caso urgente y grave. El gerente lo atendió. «Me vi como en la ambulancia medicalizada. Tuvo una parada, pero se salvó». Aunque en seguida se corrió la voz, él resta importancia a su protagonismo. «Soy médico aunque por circunstancias y etapas de la vida esté ahora en este reto. Nunca me ha costado volver a mi puesto y no he pedido reciclaje porque no lo necesito», expone.

La tarea que tiene por delante en el área sanitaria es complicada. No obstante, dice sentirse cómodo para afrontarla, insiste, como un reto personal: «Que Pontevedra tenga la mejor sanidad gallega». Agradece la acogida de profesionales y sindicatos y ofrece una «línea de trabajo clara y transparente», además de capacidad de escucha para luego decidir. Confiesa que no tiene inconveniente en reconocer un error si le demuestran que estaba equivocado. Tenía «clarísimo» que Susana Romero y Marta Ocampo iban a estar en su equipo como directora asistencial y de atención primaria, respectivamente. Trabajó con ambas, conocía su valía y su perfil conciliador. «Quería un equipo compacto para poder delegar».

Fuera del despacho, familia y deporte es su binomio. Mónica, enfermera de profesión, es la mujer de su vida. Llevan juntos desde los 19 años. Tienen dos hijas: Álex, de 22, que hace un máster en Málaga tras terminar Criminología; y Martina, de 18, que acaba de empezar Medicina y fue cuatro veces campeona de España de squash. «Hacemos deporte los cuatro, pero ella es la mejor».

La vida del gerente siempre estuvo ligada al ejercicio físico. Bromea con que no puede probar más disciplinas porque a todas se engancha. Su base es el ciclismo, fue incluso vicepresidente de la Federación Galega de Ciclismo, pero también practicó squash, triatlón y ciclocrós. Ahora le pega al crossfit, una hora cinco días a la semana. «Es un gran somnífero el deporte». El cine en pantalla grande, la lectura, la música en directo y viajar son sus aficiones. Desvela que Mónica y él no era muy crédulos, pero descubrieron el pasado verano la experiencia de viajar solos en una caravana 15 días por Portugal. Seguro que repetirán.

José Flores, gerente del área sanitaria de Pontevedra y O Salnés, en la azotea del Hospital Montecelo
José Flores, gerente del área sanitaria de Pontevedra y O Salnés, en la azotea del Hospital Montecelo RAMON LEIRO