Almuiña, un histórico de la policía en Pontevedra que se jugó el tipo en los años duros de ETA

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

José Adolfo Almuiña, en un homenaje que le hicieron sus compañeros de la Ajupol en el año 2019.
José Adolfo Almuiña, en un homenaje que le hicieron sus compañeros de la Ajupol en el año 2019.

Natural del municipio lucense de Taboada y ligado también a Monterroso, fallleció en la ciudad del Lérez, donde vivió gran parte de su vida, a los 79 años

29 dic 2022 . Actualizado a las 18:57 h.

La Policía Nacional acaba de perder en Pontevedra a uno de los suyos. Se trata de José Adolfo Almuiña Vence, agente jubilado, que falleció en la ciudad del Lérez a los 79 años de edad tras una larga enfermedad. A Almuiña se le recuerda como un histórico del cuerpo, del que fue subinspector pero, sobre todo, se le tiene en la memoria por la gran persona que habitaba bajo el uniforme policial: «Era un cacho de pan», dicen quienes trabajaron codo con codo con él durante muchos años. 

Almuiña era natural del municipio lucense de Taboada y se casó con María del Pilar Carril, del vecino concello de Monterroso, también en tierras de Lugo. Ambos iniciaron una vida marcada por sus continuos cambios de destino. Así, como recordaba ella desde el tanatorio, Almuiña comenzó su trayectoria como agente en Barcelona y luego fue destinado a Madrid y Alcalá de Henares hasta que, por fin, pudo acercarse a la Galicia que tanto añoraba. Estuvo, primeramente, en Tui. Le tocó también jugarse el tipo en los años duros del plomo en el País Vasco, donde fue destinado a San Sebastián. Su viuda recuerda la dureza de aquel tiempo: «Era terrible ver las noticias y escuchar que estaban matando a compañeros y que él estaba allí y yo aquí, en Galicia, sola con las dos niñas». Porque, efectivamente, Almuiña y María del Pilar tuvieron dos hijas, Olga y Pilar, de las que él hablaba con un orgullo infinito. 

Tras numerosos años serpenteando el mapa nacional, Almuiña fue destinado a Pontevedra, donde formó parte de las patrullas del 091 y también trabajó en la oficina de denuncias. Pasó a la segunda actividad en el año 1998, cuando sus compañeros le hicieron un sentido homenaje para celebrarlo. Posteriormente, en el año 2019, le volvieron a hacer protagonista de un acto. En este caso, el homenaje se lo hizo la Ajupol, la Asociación de Policías Nacionales Jubilados de Pontevedra. Su portavoz, José Freire, le entregó una placa conmemorativa a Almuiña y le dedicó unas emotivas palabras. «Almuiña es una persona que, detrás de su semblante recio, esconde un hombre con sentimientos, honrado, leal, buen profesional y un gran compañero. Además de un buen esposo, padre y mejor abuelo». En esas cualidades redundaba también la viuda, María del Pilar, que señalaba que Almuiña fue el mejor compañero de vida posible, de ahí el dolor de este momento. Dijo también que fue un padre inmejorable y que estaba encantado en su faceta de abuelo de sus queridos nietos Nicolás, Sara, Álvaro y Guillermo

A Almuiña se le está velando este miércoles en el tanatorio de San Mauro, de donde partirá esta tarde la comitiva fúnebre con destino a la iglesia Virxe do Camiño. Allí, a las 16.30 horas, se celebrará un funeral. La incineración será en la intimidad familiar.