Manuel Gayoso, atleta pontevedrés en Múnich 72: «En el estadio veías para arriba y solo podías pensar 'y si nos meten un tiro desde los edificios'»

PONTEVEDRA CIUDAD

El corredor pontevedrés cumple 79 años en el 50 aniversario de su participación en unos Juegos marcados por los asesinatos del Septiembre Negro
19 dic 2022 . Actualizado a las 09:24 h.Manuel Gayoso cumple en unos días 79 años y desde que tenía 17 sale a correr casi a diario. Reconoce que empezó tarde en una disciplina en la que se convirtió casi en invencible. Tuvo que salir a una prueba de la selección nacional para encontrarse con alguien que lo igualase en la distancia de 800 y 1.500 metros lisos. Él era el rey de la pista cuando estas estaban hechas con ceniza. Lejos del tartán que es hoy. «Si llego a tener yo esas pistas, otra cosa hubiese sido. Nosotros entrenábamos en cuestas, yo iba mucho a una en el lago de Castiñeiras», reconoce Lolo Gayoso, que sigue siendo un referente para las nuevas generaciones de atletas en Pontevedra. Muchos de ellos se lo siguen encontrando en la Xunqueira de Alba, donde es un fijo cada día.
El atleta pontevedrés dejó el atletismo profesional hace 46 años, cuatro después de haber participado en unos Juegos Olímpicos que pasaron a la historia por un suceso muy alejado al deporte. La cita de Múnich 72 será para siempre la del Septiembre Negro. Un grupo de terroristas palestinos ataviados con ropa deportiva y simulando un equipo ciclista se colaron en la villa olímpica y asesinaron a once miembros de la delegación israelí. Tras ese incidente, cinco de los ocho palestinos perdieron la vida en un enfrentamiento con la policía alemana. Gayoso recuerda como si hubiese ocurrido ayer un acontecimiento que reforzó la seguridad en el deporte. «Fue casi al final de los Juegos. El último día, cuando estábamos todos en el estadio, solo podías pensar ‘y si nos meten un tiro’», comenta el atleta cuando desde la pista divisaba los edificios que superaban el cielo del estadio olímpico. Los deportistas miraban al cielo y temían por su vida. A pesar de las dimensiones de la tragedia, la villa olímpica era demasiado grande y no se enteraron en el momento. Sufrieron sus consecuencias, principalmente el miedo, el resto de los días y también el momento de abandonar Alemania en avión.
A pesar de que Múnich 72 se quedó en la memoria de la gente por los asesinatos de la organización Septiembre Negro, Manuel Gayoso lo recordará por haberse quedado a tan solo un puesto de la final en la distancia de 800 metros. Iba a ser finalista, pero los jueces había descalificado a un corredor keniano por supuestamente sobrepasar la raya desde la que ya se puede cambiar de calle con los dos pies, tal y como explicó en múltiples ocasiones el atleta pontevedrés. Y no contento con su participación en Alemania, Gayoso intentó acudir a la siguiente cita, Montreal 76. En esta ocasión, tan solo una décima lo apartó de volver a soñar.
«Daba la cara al final»
A pesar de quedarse fuera de la cita olímpica, el atletismo siguió marcando la vida de Manuel. Y sigue haciéndolo.
Poco antes de subirse a su bicicleta para ir hasta la Xunqueira de Alba y empezar a correr, este profesor reconoce que pese a la pérdida de energía que conlleva la edad, las ganas siguen intactas, igual que cuando era un chaval. Y recuerda esas mismas lecciones que aprendió siendo joven. «Los entrenamientos son subir escalones cada día, pero algunos se picaban cuando nos preparamos. Yo les decía ‘guardad para la carrera’. Siempre iba detrás y cuando cantaban la última vuelta, aceleraba, daba la cara al final». Esa fue la clave que lo llevó a despuntar de la mano de José Luis Torrado, O Bruxo, y más tarde ya en Vigo con Alfonso Posada. Fue este quien insistió para que la Federación Nacional le permitiese hacer unas pruebas selectivas. «Al llegar a San Sebastián para esa carrera, el entrenador me dijo ¡vaya coñazo con tanta llamada para que vieran a Gayoso! Y cuando me vieron correr se sorprendieron», recuerda como si hubiese sido ayer.
Ese fue el primer paso del atleta pontevedrés con tan solo 18 años. Diez años después formaría parte de la delegación española que competiría en Múnich 72. Tras una trayectoria impecable, vio como el exceso de preparación le pasó factura. «Tuve que hacer tantas pruebas para ir que llegué medio asfixiado», explica Manuel Gayoso, que como buena parte de los corredores pontevedreses pasó por las filas de la Sociedad Gimnástica. Este apasionado del atletismo sumó en su carrera seis récords de España y uno de Europa.
Aunque se retiró con 33 años, su registro de 46,2 en 400 metros lisos fue el récord nacional durante trece años. Volaba siendo un niño por las calles de Pontevedra, cuando corría por diversión. Con 12 años ganaba a jóvenes de 18. Cinco años después empezó a competir y ganó su primer oro internacional en el Europeo juvenil. Sesenta años después y con los tenis todavía enfundados, Manuel Gayoso reconoce que «el atletismo me cambió la vida y sigue haciéndolo».