Adiós a Joaquín Novás, el pontevedrés que vivió entre caramelos

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Joaquín Novás, delante de su tienda de Benito Corbal, junto a su mujer, Dolores Cousiño.
Joaquín Novás, delante de su tienda de Benito Corbal, junto a su mujer, Dolores Cousiño.

Orgulloso padre de siete hijos, fundó en Pontevedra un imperio de chucherías que luego extendió sus tentáculos a Vigo y Vilagarcía

22 nov 2022 . Actualizado a las 20:12 h.

Joaquín Novás Besada, que falleció en Pontevedra a los 85 años de edad, era un hombre tremendamente dulce, propenso siempre a la sonrisa y a la palabra amable. ¿Qué negocio podría montar alguien así? Sin duda, un imperio de chucherías. Y eso fue lo que hizo Joaquín. Él fue el fundador de Caramelos Novás, un paraíso para los niños que llegó a tener cinco tiendas y un almacén en Pontevedra, Vigo y Vilagarcía y que hoy, con esa dulzura heredada de su padre, tratan de defender sus hijas Loli y Yoli desde el local de la firma que continúa abierto en la calle Benito Corbal pontevedresa. 

Nació en Ponte Caldelas y era hijo de hijo de una maestra y un abogado. Se casó con Dolores Cousiño y juntos formaron una extensísima familia. Tuvieron siete hijos, a los que inicialmente criaron en el pazo familiar de Tourón (Ponte Caldelas). En el año 1962, Joaquín puso en Pontevedra la primera piedra del imperio dulce Novás. Inicialmente, no era una tienda solo de caramelos, sino uno de aquellos ultramarinos imprescindibles en la España que aún todavía no conocía los supermercados. Estaba en el mismo local donde ahora atienden sus hijas, en Benito Corbal. Entonces, Joaquín, cada mañana, conducía desde Ponte Caldelas a Pontevedra con sus críos, los dejaba en el colegio y luego abría la puerta de su establecimiento. Dolores, mientras tanto, permanecía en casa cuidando al último bebé que había nacido, porque en su casa siempre había un retoño al que criar. 

El negocio floreció y se fue especializando en caramelos y todo tipo de chucherías, así como abriendo sucursales en la ciudad del Lérez, donde además de en Benito Corbal estuvo también en las Palmeras y Castelao. Llegaron a tener locales en la ciudad olívica y en Vilagarcía. A mediados de los años setenta, la flota de furgonetas Novás era bien conocida en Pontevedra. Una docena de furgonetas salían continuamente del almacén que tenía la empresa en A Parda para recorrer las venas del rural pontevedrés ofreciendo tanto caramelos como alimentación. 

Joaquín nunca dejó de estar detrás del mostrador. Con su carácter afable, en Benito Corbal recibía a los niños con sonrisa. Y, una vez criados sus hijos, allí le acompañó siempre Dolores, su mujer y eterna compañera, con la que llevaba 61 años de unión. Emprendedor nato, nunca dejó de buscar cómo revitalizar sus tiendas. Fue pionero en la venta de disfraces (le encantaba el carnaval) o en contar con artículos para fiestas de cumpleaños. El día que sintió que necesitaba jubilarse llamó a su hija mayor, a Loli, para animarla a hacerse cargo del negocio. Ella no pudo decirle que no, porque se trataba del local que marcó su infancia, en el que su madre y su padre le daban a ella y a sus hermanos ricos bocadillos de chorizo o incluso de anchoas para merendar y donde vio felices a tantos niños. 

Loli y Yoli, otra de las hijas de Joaquín, tomaron entonces las riendas de Caramelos Novás, sucediendo a Joaquín. Las cosas ya no eran como antaño para el pequeño comercio y a Novás, tras ir cerrando locales, le quedó solo la tienda actual, la de Benito Corbal. Joaquín lamentaba siempre que a sus hijas les tocase hacer frente a competidores tan duros como los bazares asiáticos o la venta por Internet. Ya jubilado, el paseo habitual de él y de Dolores era ir hasta su tienda a charlar con sus hijas. «¿Cómo va la caja?», era su pregunta de rigor. 

Pese a algunos achaques típicos de la edad, tuvo buena salud y ánimo hasta hace poco, cuando sufrió una neumonía. Rodeado de los suyos, con su familia de siete hijos y trece nietos, intentó remontar la enfermedad. Pero esta vez, desafortunadamente, no pudo ser. Este martes está previsto darle el último adiós en Pontevedra. Su funeral será a las cinco de la tarde en la iglesia Virxe do Camiño.