Así fue el operativo que permitió decomisar desde Pontevedra el mayor alijo de crac de España del 2021

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Ramón Leiro

El Ministerio del Interior resalta en sus informes el alijo localizado en un casa-laboratorio de Meis

30 oct 2022 . Actualizado a las 18:57 h.

Los informes de aprehensión de drogas del Ministerio del Interior reflejan que, a lo largo del pasado año, se intervinieron en toda España algo más de 49 toneladas de cocaína, un 33 % más que en el 2020, 382 kilos de hoja de este estupefaciente y 238 kilos de heroína, pero también 2.101 gramos de crac. Es con respecto a esta última droga donde los documentos abren un inciso para matizar que «se debe al conjunto de varias incautaciones», de tal modo que «la mayor ha tenido lugar en Pontevedra con ochocientos gramos incautados».

Puede parecer una cantidad exigua, pero lo cierto es que el propio responsable de la unidad que llevó a cabo esta investigación, el Grupo II de la Udyco con base en la Comisaría de Pontevedra, ya dejó claro al dar cuenta del resultado del operativo que «es muchísimo». Por su parte, desde la Comisaría subrayaron que resultaba «especialmente relevante la aparición de una sustancia especialmente adictiva y peligrosa para la salud como es el crac, un derivado de la cocaína, poco frecuente en Galicia».

De hecho, en términos de rentabilidad, es un estupefaciente que supera con creces lo que pueden obtener las mafias con la cocaína, la heroína o el hachís, aunque lo cierto es que la presencia de la conocida en muchos países como droga de los pobres en Pontevedra, así como en resto de Galicia, no es muy habitual.

A este respecto, el mando de la Udyco reseñó, asimismo, que este decomiso «nos hace especial ilusión porque es una sustancia que no es muy frecuente. Nos ha encantado sacarla del mercado porque es altamente adictiva y peligrosa para la salud. Es una satisfacción mayor todavía».

Pero, ¿cómo se llegó a esta partida de crac? La operación Aceifa, aunque fructificó a principios de junio del año pasado, tiene su origen en unas informaciones recabadas meses antes que les terminaron conduciendo hasta una casa en Mosteiro, en el municipio pontevedrés de Meis, que albergaba lo que calificaron como un laboratorio para el procesado de droga. De este modo, ya por entonces, fueron arrestadas media docena de personas, cinco de nacionalidad española y una húngara, de las cuales dos ingresaron en prisión provisional en A Lama.

Estos arrestos llevaron aparejados la incautación de 110 kilos de cogollos de marihuana, kilo y medio de heroína, una cantidad similar de cocaína, los ochocientos gramos de crac, dos kilos de hachís, cincuenta litros de licor de marihuana y 35 kilos de sustancia con la que cortar los estupefacientes para su venta al trapicheo.

El inspector jefe de la Udyco de Pontevedra se mostró convencido de que «esta organización tiene plantaciones o las tuvo porque son cogollos ya secos preparados para la venta». Así, sospechaba que alquilaban «naves industriales para los cultivos [de marihuana] y, posteriormente, cuando están los cogollos, las dejan».

Organizados y jerarquizados

En cuanto a la importancia del laboratorio, esta se observa en que se intervinieron «todo tipo de drogas. Creo que quedan muy pocas drogas que no estén ahí»

De igual modo, refirió que los arrestados conformaban un grupo organizado y, hasta cierto punto, jerarquizado: «Cada uno desempeñaba un rol. Hay un máximo responsable, que es quien da las ordenes y coordina todo».

Por otro lado, el resto de sospechosos se encargarían, unos, de parcelar la sustancia estupefaciente y empaquetarla, mientras que otros asumirían la labor de prepararla, cortarla, cocinarla... «Cada uno se ocupa de su labor en un funcionamiento en cadena», añadió aludiendo a que tendrían capacidad para realizar todos los engranajes de la cadena productiva: «Introducción, cultivo, preparación y, posterior, distribución», corroboró, por su parte, Maica Larriba, subdelegada del Gobierno en Pontevedra.