El Partido Privado que nació en Pontevedra

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Hace 21 años, las protestas de los universitarios contra la LOU convirtieron a la ciudad del Lérez en una factoría de ideas canallas. Llegó a crearse un partido ficticio con un Aznar de guasa

04 oct 2022 . Actualizado a las 10:16 h.

Ni era mayo. Ni 1978. Ni tampoco la Sorbona. Pero en el otoño del año 2001 en Pontevedra se vivió una revuelta universitaria aún hoy recordada por aquellos chavales que la protagonizaron. En realidad, fue en toda España, donde el rechazo a la Ley Orgánica de Universidades (LOU) que tramitaba entonces el PP de José María Aznar causó una honda reacción social y las movilizaciones no se apagaron durante meses. Pero las algaradas de los alumnos de la ciudad del Lérez, exportadas luego a sitios con tanta tradición universitaria como Santiago, fueron especialmente rompedoras. Y, si en aquel momento existiese Twitter o cualquier otra red social, seguramente tendrían garantizado ser virales. Aquellos autodenominados parias de la Boa Vila contaban una organización digna de cuartel, ya que se montaban asambleas prácticamente diarias —a horas intempestivas— para decidir cómo ser originales con las movilizaciones. En ellas exhibían su músculo canalla los futuros publicistas y licenciados en Belas Artes pontevedreses. Y de ahí salió una descomunal ocurrencia: la creación del Partido Privado, cuyas siglas eran «PP». La parodia que se montó a partir de esa invención dio para meses de ironía y tirones de las orejas al entonces Gobierno popular.

Pongámonos en contexto. Con el siglo recién inaugurado, Pontevedra era entonces una ciudad universitaria casi de juguete, donde los jueves por la noche sobraban dedos de la mano para contar los locales de ocio nocturno que estaban abiertos. Nada que ver con aquellas riadas de estudiantes de Compostela que salían en manada a los bares y que solían ser la envidia de quienes estudiaban a orillas del Lérez. Sin embargo, había un vínculo importante entre los estudiantes de las distintas facultades pontevedresas. Y esa unión la habían logrado las históricas protestas en las que se vieron enmarañados. Desde la revuelta de los de Belas Artes cuando en 1994 se negaron a estrenar la facultad en el viejo cuartel de San Fernando porque el edificio no estaba bien dotado a las marchas de Publicidad para lograr que se construyese su actual edificio. Todo eso fomentó una cultura de la protesta creativa; había callo en montarla.

Así se llegó a las manifestaciones contra la LOU del 2001. En toda España se gritaba a la entonces ministra de Educación «Pilar del Castillo es hija del caudillo». En Pontevedra también. Pero en la urbe del Lérez se fue más allá. Principalmente por iniciativa de los alumnos de Belas Artes, se creó el citado Partido Privado, que claramente era una parodia del PP, con un eslogan en el que aparecían unos buitres. Se convirtieron entonces las protestas en mítines, en las que los líderes del Partido Privado, con un Aznar con careta a la cabeza, impartían sus dogmas y anunciaban que iban a «privatizar los espacios públicos», como se denunciaba que la LOU hacía con la educación. Así, antes de cada movilización, se utilizaba cinta de precintado y se le ponía a los bancos, fuentes, calles, etcétera... para meter al público en harina. Luego, venga de lanzar proclamas irreverentes por la boca: «Lo privado todos sabemos de quién es... pero lo público no es de nadie. Hay que requisarlo», vociferaba aquel Aznar.

Al principio, quienes no estaban en el meollo de la organización se quedaban perplejos. Pero la parodia se extendió como la pólvora entre el alumnado y, en cuestión de días, era el público el que berreaba en aquellos falsos mítines «España es una y no 51» o «viva el rey y el Opus Dei». Por no hablar de la creación de una policía especial del Partido Privado. Estos supuestos agentes, vestidos de negro y armados con porras, arremetían contra las «hordas comunistas» que se infiltraban en los mítines y que también formaban parte de toda aquella comparsa con la que en realidad se denunciaba las cargas policiales que se estaban produciendo por las movilizaciones de la LOU.

 En la Quintana y el Obradoiro

El Partido Privado formado en Pontevedra empezó a ser tan popular entre los universitarios gallegos que los pontevedreses decidieron llevar su cómica criatura hasta Compostela. El 28 de noviembre del 2001 se fletaron numerosos autobuses desde la capital del Lérez con destino a Santiago. A favor de aquellos chavales hay que decir que no eligieron un jueves para quedarse luego de fiesta —aunque a muchos les sirvió el miércoles para entregarse a los bares una vez cumplido con la causa—. Marcharon hacia el Obradoiro con todo su arsenal, precintando espacios públicos aquí y allí para asombro de decenas de ciudadanos, que no podían creerse que de los bancos de la calle colgase una cinta rojiblanca y un cartel que ponía «espacio anteriormente público, ahora privado». Y, haciendo el paripé, la policía del Partido Privado iba cargando contra los supuestos «comunistas». Fueron horas de parodia. Del Obradoiro se pasó a la Quintana, donde les cogió la noche soltando proclamas inauditas.

La LOU se aprobó el 20 de diciembre de ese mismo año por el Gobierno de José María Aznar. El PP de verdad la sacaba adelante. Y eso sí que no fue de broma.