Manolo, el dueño del restaurante Maky cuya muerte deja muda a su clientela

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Manolo, el hostelero del Maky fallecido, junto a su mujer, Carmen.
Manolo, el hostelero del Maky fallecido, junto a su mujer, Carmen. Cedida

Tenía 74 años, seguía regentando su local y sufrió un accidente mortal cuando trabajaba en una finca

25 sep 2022 . Actualizado a las 09:33 h.

El sábado, con todo el dolor del mundo, familia, amigos y clientes despidieron a Manolo Lusquiños Fernández. Él era el alma del restaurante Maky de Pontevedra, ubicado en la calle Herreros de Pontevedra. Manolo, de 74 años de edad y vecino de Poio, falleció el jueves tras sufrir un accidente cuando trabajaba con una maquinaria en una finca. 

Manolo y su mujer Carmen siempre fueron unos luchadores. Abrieron primero el Maky en la plaza Concepción Arenal de Pontevedra y años más tarde lo trasladaron al actual local de Herreros. Con una capacidad enorme de trabajo, los dos eran capaces de sacar adelante las comandas, aunque el negocio estuviese a tope, y siempre sin perder la sonrisa. Manolo, afable y educado, ni siquiera se enfadaba cuando le afeaban una derrota del Barça, el equipo de sus amores. Tenía trato de amigo con muchos clientes y nadie le recuerda un día de mala cara o cabreo. 

En los últimos tiempos, en el local les ayudaba también su hijo Carlos, encargado de las compras, y en la cocina su nuera Aurora. Con ellos habían hecho un equipo de cuatro capaz de atender a toda la clientela. 

Desde hace poco, habían decidido darse un respiro y librar los lunes y los jueves. En su último día libre, Manolo, trabajador nato, se puso a hacer una labor que le relajaba: limpiar una finca. Tuvo un accidente que resultó mortal. El sábado se le dio el último adiós en Poio, donde él vivía, y fue enterrado en el cementerio de San Salvador.