En casa con cuatro perros y cinco gatos: «Es mejor que tener hijos»

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

RAMON LEIRO

Vanesa Casal y Óscar Montero viven con nueve animales en una ciudad con más perros censados que niños

08 sep 2022 . Actualizado a las 18:23 h.

En una ciudad con más de 16.000 perros censados es fácil encontrar a alguien que tenga en su casa más de un animal. Este dato sorprende aún más si se pone en relación con los niños menores de 16 años empadronados en Pontevedra. Tan solo 11.487, un 14% de los pontevedreses. La casa de Vanesa Casal es una de esas en la que hay más ladridos que llantos de bebés. No tiene hijos, pero sí cuatro perros y cinco gatos que atiende como si fuesen niños. «Creo que es mejor que tener hijos», dice cuando se le pregunta cómo ve ella una ciudad con un censo canino superior al de los menores de 16 años. Esto no quiere decir que en el futuro no quiera tener críos, pero su tiempo ahora es para sus animales. Es su vida personal y profesional.

Trabaja a media jornada en la protectora de animales Os Palleiros y reconoce que estando allí no puede evitar encariñarse con los perros. «Con los animales no vives esa fase de colegios, pero tienen mucho trabajo, sobre todo cuando vienen de cachorros y tienes que ayudar a su socialización con otros animales», señala esta «mamá» de cinco gatos y de Pione, Tania, Abu y Fly. «Te ríes mucho cuando ves a los perros, tienen cada cosa que es divertidísima. De los gatos apenas te enteras porque son más independientes y solo se acurrucan a tu lado cuando te vas a dormir», comenta Casal, que sale con ellos al parque a jugar con frecuencia. Tal es la demanda que el Concello de Pontevedra, a través de la concejalía de Desenvolvemento Sostible y la de Benestar Social, de Iván Puentes y Marcos Rey, respectivamente, pondrán en marcha tres parques caninos. El primero de ellos se ubicará en Monte Porreiro, en las inmediaciones de la escuela infantil Galiña azul. Casi seguro que Vanesa y su pareja Óscar Montero llevarán ahí a sus cachorros.

«Sacamos a los perros tres veces al día y luego siempre cae algún paseo más», explica Casal, que como con los niños, sabe que cada perro tiene sus tiempos. «Tania no puede dar paseos muy largos porque no tiene la patita al 100 %. Toma una medicación que me cuesta 50 euros al mes para que no tenga dolor. Si no se la doy es imposible, no puede pasear más de 15 minutos», explica sobre este cruce de American Standford. El «abuelo», Abu, ya está mayor y solo puede salir un poco por la zona, mientras Pione, un pequeño bulldog francés, que «está como una cabra» está para lo que le echen, al revés que Fly, la última en incorporarse a esta familia. «Tiene miedo a las personas, llegó de cachorro a la protectora después de aparecer abandonada junto a su madre muerta. La habían envenenado», recuerda Vanesa. Dice que conectó con la perra, que sigue teniendo miedo a las personas, y se la trajo en acogida para casa.

La familia crece

No descarta seguir ampliando esa familia de animales que convierten su casa en un hogar y que empezó a aumentar cuando Vanesa y Óscar se fueron a vivir juntos. «Siempre tuve animales, pero cuando nos independizamos, empezamos con un gato», recuerda. Para «tener la parejita» adoptaron un perro, pero viendo que no acababan de entenderse para jugar, buscaron otro compañero para su felino. Así es como llegó a su casa el tercer gato.

A partir de ahí se sucedieron el resto de animales. Primero llegaron más gatos de la protectora de Marín y después el resto de perros. «Da gusto verlos a todos juntos», explica Vanesa sobre una familia en la que por el momento no tienen cabida los niños. «Llegarán, pero más adelante. Todavía tengo 26 años», explica esta joven que es todo corazón con sus cachorros.