De trabajar en alta mar a la freidora de la única churrería de Pontevedra

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

RAMON LEIRO

José Salgueiro y Rus Reyes abrieron en agosto un negocio solo de «take away»

02 sep 2022 . Actualizado a las 08:59 h.

José Salgueiro y Rus Reyes desafiaron al calor y abrieron una churrería en la calle Marquesa en agosto, en uno de los veranos más calurosos de los últimos años. Y se hincharon a vender churros. Es la única de la ciudad. Las colas en las fiestas de la Peregrina se sucedían y a pesar de que todavía está alto el termómetro, los clientes entran desde primera hora. El balance del primer mes es positivo. Lo certifican estos dos emprendedores que nada tenían que ver con este sector. Son hombres de mar al frente de una churrería. «Yo era mecánico de barcos y pasaba largas temporadas en las Maldivas, pero por motivos personales necesitaba un trabajo en tierra», explica José Salgueiro.

Este vecino de Marín es el veterano de este tándem que atiende Et Sucre. Quien hace los churros es Rus Reyes, que aprendió el oficio en el extranjero y cuando regresó a Galicia lo vio claro. «Pontevedra era el sitio perfecto, es un lugar peatonal y a mí nunca me gustó trabajar para nadie, prefiero tener mi propio negocio», explica Reyes, que cada día se pone detrás de la freidora para hacer los churros. Nada tiene que ver con la empresa del sector del mar que tenía su familia y en la que trabajó hasta el 2020.

Tras esa etapa, se fue al extranjero y regresó con la idea de impulsar su propio negocio junto a José Salgueiro. «Yo estaba buscando trabajo en ese momento, me lo propuso y me pareció interesante», apunta este hombre que despacha churros como si llevase toda la vida en harina. Le queda solo aprender a hacerlos para que Rus Reyes pueda tomarse un respiro, pero eso es un camino en el que todavía se está adentrando. «Hemos querido montar una churrería con servicio solo para llevar, hay cafeterías que ofrecen churros, pero aquí es un take away y en breve venderemos también chocolate», explica Reyes en un local decorado con mimo en el que todavía huele a nuevo. Abrir en verano les permite coger el ritmo de un día a día que saben que en Navidad los desbordará. «Esa será una etapa de muchas ventas, pero también lo fueron las fiestas», dice Salgueiro, mientras recuerda que este fin de semana se celebrará la Feira Franca y también los churros tendrán cabida en la Edad Media.

Lo que sí les ha sorprendido es la cantidad de clientes extranjeros, especialmente alemanes, que se vuelven locos con este producto típico español. Reyes, que vivió allá una temporada, asegura que «en Alemania hay más churrerías de las que creemos. Les encantan». «Es por el frío que hace», bromea Salgueiro, que se prepara para un invierno al que le pide una caída de los termómetros para que suba su caja.