José Manuel García, conocido como Elohim, otorga a sus obras una vida completa en movimiento y espiritualidad
31 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Para hablar del arte es necesario remontarnos a tiempos pasados. Una actividad tan milenaria que ha ido dejando huella, explicando y expresando los deseos, emociones y características de las sociedades en distintas etapas históricas, como pueden ser las pinturas rupestres del Paleolítico, expresadas a través de animales o rituales en las cuevas.
Como todo, los tiempos fueron cambiando y, con ello, el arte. Su evolución por distintas épocas permitió ofrecernos diferentes movimientos artísticos. Una transformación que no ha cesado y que, también, se ha ido adaptado a esta nueva era virtual. ¿Se imagina poder ver una obra de arte en movimiento? José Manuel García, más conocido como Elohim, es un pontevedrés que lleva años especializado en el arte digital, otorgando a sus cuadros un aura totalmente tecnológica, que parece evocar algo mágico. «Empecé a descubrir esa fusión entre el arte primitivo, pintado a través de las manos, con la nueva tecnología, y jugando con esa fusión, empezó este proceso», explicaba José Manuel García.
Todos sus cuadros están realizados y pintados con sus propias manos, ya que «para trasladar todas las emociones que hay en mí, el único vehículo que puede existir son las manos, que están en contacto directo en el lienzo». La particularidad de sus obras es que el mundo digital es su fiel compañero y coprotagonista de sus exposiciones. «Durante el confinamiento empecé a innovar y a jugar con mis pinturas y las tecnologías para estar entretenido, lo que me llevó a darme cuenta de que podría darle vida a mis obras», expresaba Elohim.
Con la ayuda de unas gafas de realidad virtual, este creador digital, ha conseguido otorgarle una vida en completo movimiento a todos sus cuadros, construyendo una exposición totalmente innovadora en el metaverso —entorno de experiencia virtual—. «Con Metaverso cósmico, a través de las gafas, se puede experimentar la energía de las pinturas en realidad virtual. Y me atrevo a decir que fui de los primeros artistas en solitario con pintura física pintada con las manos en conseguirlo», comentaba el creador.
Metaverso Cósmico es la vertiente de una anterior exposición, La Iluminación del Ser, con el que este autor introdujo el mundo del «cripto art» en Galicia a través de la IVigo Business Space, con unos 23 cuadros «tokenizados» —convertidos en títulos con certificado de autenticidad digital, conocido como el NFT, por el que la gente obtiene obras o colecciones únicas adquiriendo su total propiedad—.
«Mi sorpresa fue que, al crear estos metaversos cósmicos observados a través de las gafas de realidad virtual, otorgando de movimiento a los cuadros, veía como tanto niños y adultos, se emocionaban y hasta lloraban», contaba José Manuel García, que también se sirve de un ambiente espiritual para ayudar a que las emociones se expresen y se sientan con mayor facilidad. «La pintura no viene de la mente, sino del interior de nuestras emociones, y la meditación, el trabajo con el incienso y los cuencos tibetanos, me permiten calmar mi mente para que así no intervenga en la acción de pintar a través de mis manos. Sin la meditación, estas obras no existirían».
Irrumpe con fuerza
Este nuevo tipo de arte parece irrumpir con fuerza en estos nuevos tiempos, sobre todo, gracias a autores como Elohim, cuyos trabajos le han permitido viajar por el mundo y exponer en galerías de ciudades como Oporto, Braga, Ponte de Lima o Dubái. Es un innovador del metaverso que sigue con su taller en Pontevedra, porque para él «aquí hay el ecosistema perfecto y la tranquilidad necesaria para trabajar y crear, además de que es importante que la gente se de cuenta de que desde aquí se pueden hacer cosas».
Un trabajo en el metaverso con el que este artista sigue sumergido y que, tras dos años de esfuerzo, mañana La gran revelación sale a la luz. «Está considerada como la primera exposición del mundo en un museo submarino en el completo metaverso», señala. Se disfrutarán de más de 30 cuadros a través de la aplicación Koonstel y mediante un avatar, otorgando la misma experiencia virtual que se ofrecía en Metaverso cósmico.
«Esto es fantástico, pero tiene un precio. Muchas veces tienes que escuchar esa frase de ‘estas loco’, pero como dicen, ‘solo los locos son los que cambian el mundo’. Es fácil tirar la toalla, pero yo he seguido picando piedra hasta llegar hasta donde estoy ahora», terminaba Elohim.