Sole Gómez: «Pensé que el paciente había matado a mi compañero, fue muy duro»

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

La vigilante de seguridad Vanessa Álvarez, con la enfermera Sole Gómez (con camiseta de lunares) y dos compañeras del servicio de psiquiatría del Provincial
La vigilante de seguridad Vanessa Álvarez, con la enfermera Sole Gómez (con camiseta de lunares) y dos compañeras del servicio de psiquiatría del Provincial RAMON LEIRO

Reclaman más personal en psiquiatría del Hospital Provincial de Pontevedra tras una brutal agresión

19 ago 2022 . Actualizado a las 10:03 h.

Personal sanitario del servicio de psiquiatría del Hospital Provincial de Pontevedra y vigilantes de seguridad de este centro están acostumbrados a afrontar situaciones complicadas con pacientes. Se trata de un área muy sensible y casi forma parte de su día a día profesional. Pero lo vivido el pasado 3 de agosto, según relatan, fue un paso más allá. Quienes lo cuentan son la enfermera Sole Gómez y la vigilante Vanessa Álvarez. Ninguna de las dos es una recién llegada. Sole lleva 12 de sus 33 años de trabajo en el servicio de psiquiatría, mientras que Vanessa suma 20 como personal de seguridad privada.

La brutal agresión del 3 de agosto tuvo lugar por la mañana. La protagonizó un paciente menor de edad que estaba agitado y muy tenso. La situación se complicó tras una llamada telefónica cuando, fuera de sí, le puso a Sole un puño en la cara. «No me pegó, me insultó. Yo llamé a un compañero para que me ayudara, lo vio venir, la puso la cabeza en la barriga, lo levantó por el aire y cayó», afirma la enfermera. La víctima fue un supervisor de otro servicio que estaba cubriendo las vacaciones de la supervisora titular. «Perdió el conocimiento y sangraba. Fueron unos segundos que me parecieron minutos hasta que mi compañero reaccionó y me habló. Nunca hasta ahora había vivido una situación tan dura, pensé que lo había matado». Al lugar del altercado también acudieron los vigilantes de seguridad y una patrulla de la Policía Nacional. El trabajador recibió atención médica en urgencias y está de baja.

Ese mismo paciente protagonizó otro incidente el 3 de agosto por la tarde. Vanessa rememora lo que ocurrió en ese turno. «Yo estaba haciendo la ronda y me avisó el personal. Me mordió dos dedos de una mano, menos mal que llevaba guantes porque si no pierdo varias falanges, y tengo toda la espalda contracturada», comenta. A raíz del covid se reforzó el personal de seguridad con dos vigilantes de tarde en el Provincial, menos fines de semana y festivos. «La gente tiene que saber estas cosas porque estamos vendidos», subraya Vanessa, que incide en que psiquiatría es, junto a urgencias, el servicio que acumula más agresiones. El personal sanitario sí tiene la condición de autoridad en estas situaciones, no así los vigilantes, que pelean por ello. En este caso, Vanessa no denunció porque el agresor «es inimputable y está enfermo».

Sin respuesta del hospital

La dirección del CHOP no confirmó ayer si denunció la agresión sufrida por el trabajador en psiquiatría. Tampoco detalló el personal que forma parte actualmente del servicio, a preguntas de La Voz. Enfermeras y auxiliares se quejan de la sobrecarga de trabajo y del estrés añadido, aunque dicen que el hospital reforzó los turnos a raíz del grave incidente del 3 de agosto. «Se reforzó para que haya al menos dos enfermeras por turno a costa de los fines de semana», apunta Sole. Psiquiatría es, junto a urgencias, de los servicios hospitalarios que deberían mejorar cuando funcione el Gran Montecelo al disponer de modernos y más amplios espacios y medios. Ahora, en el Provincial, se dan situaciones como tener que levantar a pulso, sedado, a un paciente de psiquiatría porque la camilla no entra en la habitación, algo que sucede también en algunos cuartos con el carro para atender una parada cardiorrespiratoria. «Es un servicio con muchos recovecos y donde te puede salir alguien de cualquier sitio», ponen como ejemplo.