Las almejas de la ría de Pontevedra regresan a los mercados

Marcos Gago Otero
M. Gago POIO / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Moluscos en la lonja de Campelo, en Poio
Moluscos en la lonja de Campelo, en Poio Pablo Fariña

El marisqueo a pie y a flote trabajó este martes en el sector reabierto tras la marea roja

27 jul 2022 . Actualizado a las 13:10 h.

Las agrupaciones de a pie de las cofradías de la ría de Pontevedra y también el sector del marisqueo a flote volvieron ayer a trabajar después del paro forzoso por toxina decretado por la Consellería do Mar el pasado día 8. Los niveles de toxina de la marea roja están remitiendo en la ría y su descenso a niveles normales en el sector más próximo a Pontevedra permitió la reapertura de este ámbito. El patrón mayor de Raxó, Iago Tomé, aseguró que este martes se tomaron nuevas muestras de los sectores del medio y de la zona más exterior de las aguas pontevedresas y que confía que pronto se pueda recuperar su operatividad también allí.

La marea roja es un proceso natural del fitoplancton, los microorganismos de los que se alimentan los moluscos, y que se produce a lo largo del año cuando se dan una serie de condiciones singulares. El Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño de Galicia (Intecmar) realiza una supervisión semanal de los bancos marisqueros y de las bateas y así puede advertir la llegada o desaparición de estos episodios naturales.

Cuando los niveles bajan lo suficiente, como pasó ahora en el fondo de la ría, se puede retomar la actividad extractiva habitual. La patrona mayor de Lourizán, María del Carmen Vázquez, precisó que para las trabajadoras del sector de a pie se optó por adelantar un día el calendario laboral previsto, para compensar los días perdidos por la marea roja. Se fijó una cuota de diez kilos de almeja japónica por persona y día, que se cubrió bien. El producto se subastó por la tarde en la lonja de Campelo, rula que administran de forma conjunta las cofradías de Lourizán, Pontevedra y Raxó.

Por su parte, Iago Tomé aclaró que para el sector de a flote del fondo de la ría se amplió la variedad de especies que se podían recoger, por lo que por el parqué poiense pasaron sacas de almeja japónica —la más abundante en la ría—, así como de babosa y de berberecho.