Juan Carlos Rodríguez, jefe de medicina interna de Pontevedra-O Salnés: «El menosprecio a la especialidad es evidente ya desde la última década»

Cristina Barral Diéguez
Cristina Barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Juan Carlos Rodríguez, jefe de medicina interna del área sanitaria de Pontevedra y O Salnés
Juan Carlos Rodríguez, jefe de medicina interna del área sanitaria de Pontevedra y O Salnés CAPOTILLO

Aunque por el momento no piensa dimitir, subraya que los recursos del servicio han sido y son insuficientes por múltiples razones

01 jul 2022 . Actualizado a las 15:26 h.

Juan Carlos Rodríguez García (Vilagarcía de Arousa, 1959) es jefe de servicio de medicina interna en el área sanitaria de Pontevedra y O Salnés. Atiende tras una jornada de mucho trabajo y hace hincapié en el «menosprecio» hacia una especialidad que es básica en el cuidado de la población mayor. Por el momento no se plantea la dimisión, pero apoya a sus compañeros que han renunciado en Santiago y en Ourense.

-¿Cómo es la situación actual del servicio de medicina interna en Pontevedra?

-La situación de los dos últimos años, pero también previa como indicaré, es muy mala y no parece que vaya a mejorar por la falta de concienciación de la necesidad de esta especialidad, falta de personal y la gran presión asistencial. Asisto por ello con preocupación a los resultados que esto condiciona en los pacientes, así como al estrés que soporta continuamente la plantilla y aquí quiero incluir a todo el servicio: enfermería y resto de sanitarios y personal administrativo que hacen un trabajo imprescindible para que el servicio se mantenga. El servicio de medicina interna del área sanitaria de Pontevedra y el Salnés incluye 3 hospitales: el hospital comarcal del Salnés, Montecelo, y el hospital Provincial, en Pontevedra ciudad, conformando el Complejo Hospitalario Universitario de nuestra área.

-¿Cuál es la dotación de personal?

-Cuenta con un jefe del servicio de los tres centros en mi persona y un jefe de sección en el hospital Provincial con cargo de «jefe de sección de infecciosas» y una facultativa haciendo labores de coordinadora en Salnés (en gran parte, los tres, como es obvio con responsabilidades de gestión y administrativas que merman en gran medida nuestra atención a la clínica asistencial). La plantilla la conforma, por lo tanto, 24 facultativos en Montecelo y Provincial, 22 adjuntos, de ellos uno está dedicado a la gestión de la UTB (unidad de tuberculosis), siendo además el encargado de docencia y actual jefe de estudios del Complejo. Dispone de un médico en formación mir (médico interno residente), por año. El servicio tiene una asignación en torno a 130 camas en Montecelo-Provincial. El hospital del Salnés cuenta con 7 facultativos, uno de ellos realizando la labor de coordinadora, tiene 44 camas asignadas y dispone de 2 refuerzos de covid a punto de extinguir.

-¿Es suficiente ese personal? ¿Cuántos especialistas más necesitarían?

-Este es el número total de personal médico del servicio, «aspecto formal», pero no real, ya que de forma constante el servicio en Montecelo y el Provincial se ve mermado con 2, a veces 3 facultativos (los lunes) por estar salientes de guardia (y 1 en Salnés). Además en los últimos dos años hemos tenido de media 2 médicos de baja prolongada sin cubrir  y otros 2 están ausentes por estar en período de vacaciones, etcétera, además de las bajas temporales sobre todo por covid que han sido numerosas. Así detallado, el servicio cuenta con un número real de facultativos en Montecelo y el Provincial de 16-18 y no 24. Estos facultativos atienden a no solo 130 pacientes (ocupación formal) ingresados, sino a un número de pacientes enorme a través de interconsultas desde otros servicios médicos y quirúrgicos y desde Urgencias. Y atiende a una consulta completa de mañana que ocupa a 2-3 médicos diarios. También el servicio de medicina interna tiene que atender la ausencia por vacaciones, bajas, salientes, etcétera, del médico responsable del área de paliativos (ajeno a nuestro servicio, ya que solo dispone de un facultativo, a pesar de que la Gerencia se comprometió, en una reunión hace seis meses a solucionarlo). Sobre la «ocupación formal» de 130 camas, también se deben aclarar varios aspectos, ya que la ocupación real ha sido superior en la media anual desde hace años, y es desde el inicio de la pandemia en torno a 180 ingresados en Montecelo y el Provincial.

-¿Cuál ha sido el apoyo que ha recibido el servicio?

-En la primera parte de la pandemia, hasta diciembre del 2021, esta ha sido gestionada manteniendo al margen al servicio de medicina interna-infecciosas, y a partir de enero del 2022 con 2 médicos de apoyo en Montecelo de otras especialidades (en general de cardiología, neurología y nefrología, a los que quiero transmitir mi agradecimiento) y en hospital Provincial con un facultativo. Aumentando dicha cifra solo de forma muy ocasional. Facultativos que de forma incompresible, porque la sobrecarga y falta de personal a cubrir, incluso bajas, continúa, y han sido retirados desde hace unas semanas. En Salnés se han puesto 2 médicos de apoyo con la pandemia, como he indicado a punto de ser retirados a pesar de que también soporta una sobrecarga de trabajo enorme y debería mantenerse tal dotación. Destacar también en esta área, que medicina interna colabora con la atención a los servicios de paliativos y HADO al estar ambos muy limitados en personal, y que como ya he indicado, son servicios ajenos al de medicina interna.

-Ante ese panorama, ¿cómo se presenta el futuro?

-Como conclusión, el número de facultativos de refuerzo, el dimensionado del servicio en personal, así como la gestión de la pandemia han sido claramente insuficientes/inadecuadas. Destacar por otro lado, que el menosprecio a la especialidad de medicina interna, básica en el cuidado de la población mayor, atención al paciente quirúrgico y complejo y en la pandemia, es evidente ya desde la última década, dado que es obvio que los hospitales se llenan no solo por la pandemia, sino también por el envejecimiento de la población y sus comorbilidades. Y que esto continuará así en las próximas décadas, y que es el internista el que atiende a la mayoría de estos pacientes. Este aspecto se ha notificado de forma clara desde los responsables y sociedades de medicina interna, tanto a nivel local como autonómico, sin que hasta ahora se hayan puesto en marcha medidas adecuadas o compensadoras, que son urgentes desde nuestro punto de vista para que este grupo de población, tan importante en Galicia y España reciba una mejor atención.

-El covid repunta y se incrementan los ingresos. ¿Dificulta el día a día?

-El covid ha aumentado considerablemente el número de ingresos desde su inicio, en momentos casi duplicándolo y en la actualidad estamos ante una séptima ola, la «ola de la cronicidad», que afecta de forma muy predominante a nuestros pacientes, en su mayoría crónicos-frágiles y además a pacientes inmunodeprimidos de otros servicios en menor número. La situación desde el inicio de la pandemia está siendo muy difícil por motivos varios de gestión, entre ellos, una gestión inadecuada a nivel global del Complejo, que el servicio no ha compartido por su falta de transversalidad y ha puesto en conocimiento de estamentos superiores.

-El servicio está repartido entre Montecelo y el Provincial. ¿Es una dificultad añadida?

-Añado, y el Salnés. Gestionar tres hospitales es más difícil porque no podemos tener la colaboración humana que desearíamos, pero en este aspecto me gusta ser realista, «cervantino» y entender que así tiene que ser y esperar la ampliación y funcionamiento del Gran Montecelo. Por otra parte, la pandemia nos ha enseñado a innovar en situaciones difíciles y de forma muy importante a utilizar las herramientas de telemedicina, que ya han quedado con nosotros para siempre y que nos facilitan mucho el trabajo

-Han dimitido varios compañeros suyos en Santiago y Ourense al entender que no se puede afrontar una asistencia digna con los recursos actuales. ¿Lo comparte? ¿Ha pensado en dimitir como jefe de servicio?

-Lo comparto. Los recursos de medicina interna han sido, como he dicho, insuficientes por múltiples razones. Desde luego la dimisión de un jefe de servicio siempre es muy pensada y, por lo tanto, muy respetable. En tal sentido no dudo en afirmar que la capacitación de ambos jefes de servicio es de sobra suficiente y adecuada para dicho cargo. Sobre su decisión personal no puedo opinar en mayor profundidad al desconocer aspectos claves que me permitan hacerlo, referentes a dichos complejos y servicios. Sí puedo decir, por mi cercanía con el doctor Pose, que es un extraordinario internista y una persona de consenso y con el cual yo comparto mucha de su filosofía de la medicina interna. Puedo entender que tomar esta decisión le debió resultar muy difícil. En mi caso no he barajado dimitir por el momento, siempre estoy, desde que me hice cargo del servicio, a la voluntad de la plantilla y por supuesto bajo la posibilidad de ser cesado por la dirección del Complejo si así lo estiman.