Serxio Barral
«Las personas no gritan en Pontevedra o gritan menos. Con todo el tráfico, menos el más esencial, desterrado, no hay motores acelerados ni bocinazos, ni rugidos de motos, ni gente tratando de hacerse oír por encima del ruido. No es la banda sonora habitual de una ciudad española. Lo que se escucha en la calle es el piar de pájaros en las camelias, el tintineo de las cucharas de café y el sonido de las voces humanas».
Así arranca el periodista inglés Stephen Burgen su relato de los días que pasó en Pontevedra empapándose del modelo urbano. Lo publicó ayer en The Guardian, uno de los periódicos ingleses de referencia, y a media tarde era una de las noticias más leída en su web. Buena culpa de la repercusión la tiene el titular elegido por los editores de The Guardian: «Para mí esto es el paraíso: la vida en la ciudad española que prohibió los coches».