¿Podría la hostelería de Pontevedra adelantar los horarios de cierre?

Nieves D. Amil
Nieves d. Amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

CAPOTILLO

Los estrella Michelin gallegos y Sanxenxo recortaron horarios para facilitar la conciliación laboral y familiar

16 may 2022 . Actualizado a las 19:31 h.

La hostelería ha comenzado su pequeña revolución para dejar de ser el patito feo de las profesiones. La pandemia les ha dado el impulso que necesitaban para ver qué otra forma de trabajar es posible. El grupo Nove, integrado por cocineros con estrella Michelin, dio el primer paso para reducir horarios. Ese gesto simbólico de cerrar antes de la una de la madrugada el servicio de cenas lo recogió una semana después Sanxenxo, que amparado en la conciliación familiar y laboral añadió las cinco de la tarde como el horario tope para cerrar el horario de comidas. Es un paso. Sin duda. Pero, ¿se podrá aplicar a la hostelería de Pontevedra? Hasta el momento no hay ninguna medida sobre la mesa para la capital del Lérez.

La Asociación de Hosteleros Empresarios de Pontevedra (Hoempo) no ha llevado esa posibilidad a una mesa de negociación y cree que es un debate «complicado que esconde detrás la falta de personal, si no fuese así, no estaría en la calle», explica la portavoz del colectivo, Elena Vitoria, que reconoce que «en Pontevedra hay malas prácticas con respecto a la hostelería, tanto por parte de empresarios como de clientes». Ella es testigo del lado oscuro del sector, conoce esa cara oculta de la falta de personal y las jornadas interminables en verano. «El relevo generacional nos está enseñando ahora el dedo del medio, no están dispuestos a trabajar en jornadas interminables», señala Vitoria, que también defiende que es el momento de esa transformación. El presidente del colectivo, Daniel Lorenzo, ya no comprende que más allá de las doce de la noche se esté cenando, pero cree que el problema va más allá. «Es un mal global, mientras se salga de las oficinas casi de noche o el súper cierre a las diez es difícil cambiar», apunta sin pasar por alto que durante la época en la que había toque de queda, la hostelería trabajaba dando dos servicios de cena «mejor que nunca». ¿Por qué no se mantuvo? Es una incógnita para la que no tienen respuesta.

¿Funciona?

La reducción de horarios durante la pandemia permitió a la hostelería esa utópica conciliación a la que siempre aspiraban. Y funcionó. La medida de Sanxenxo es algo que ya se estaba haciendo en muchos locales, pero al anunciarlo de forma conjunta desde el Consorcio de Empresas Turísticas de Sanxenxo (CETS) refuerza la posición del sector. «Es una forma de dignificar la profesión, los que estamos en la punta de lanza tenemos que dar ejemplo, estamos en la obligación de dejar una hostelería mejor de lo las encontramos», explica el cocinero con estrella Michelin, Pepe Vieira.

Tanto él, como Iñaki Bretal, de O Eirado da Leña, y Pepe Solla lo estaban aplicando en sus restaurantes antes de que Grupo Nove tomase la decisión. «Es algo que llevábamos aplicando desde hacia tiempo, pero incluso me parece que es un poco tarde, yo iré rebajando más el horario para poder conciliar», comenta Solla, que es de los que cree que la pandemia les «hizo repensar» las condiciones y la escala de valores cambio. «Ahora dependerá de nuestra integridad para mantenerlo», advierte el cocinero de Poio. Bretal va más allá y reconoce que «o normal é que despois das doce da noite o comedor xa estea vacío».

Los horarios interminables y trabajar cuando la mayoría de la gente descansa es uno de los inconvenientes de un sector que quiere aprovechar el relevo generacional y la pandemia para reorganizarse. «Hay que entender a todas las partes, a lo mejor un restaurante grande no tiene problema, pero una tapería familiar aprovecha esa hora después de cenar para hacer algo de caja», subraya Dani Lorenzo para mostrar las dos caras de un sector en la que la mayoría de los hosteleros son trabajadores. «Estamos ante un cambio generacional y social que potenció la pandemia», advierte Pepe Vieira, que reconoce que el hostelero ya no exige como cuando él empezó.