La fiesta por el ascenso del Pontevedra se extiende del campo a las calles

Nieves D. Amil
NIeves D. Amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Siareiros Granates

Miles de aficionados arroparon al equipo sobre el césped y llevaron sus cánticos a toda la ciudad. El puente de O Burgo brilló a la medianoche. Pontevedra alcanza el éxtasis: Ya es plaza de Primera RFEF (salvo hecatombe)

19 may 2022 . Actualizado a las 11:50 h.

Pontevedra es granate. Lo llevaba siendo toda la semana, pero cuando el árbitro pitó el final del partido, la afición y el equipo se convirtieron en uno. Se cumplía un sueño para el que llevaban preparándose dos temporadas. Se quedó en el camino el año pasado y ahora tocaba una recompensa que se festejó como se celebran las gestas. Y esta era una. La fiesta saltó de la grada al campo y de ahí, a las calles de Pontevedra. No valieron de nada los continuos avisos por la megafonía de Pasarón para que no se invadiese el campo. Apenas un par de minutos después de acabar el encuentro, los aficionados saltaron las vallas y abrazaron al equipo como lo hicieron en el ascenso de la temporada 2014-15.

La fiesta por las calles empezó bien temprano, casi dos horas antes del partido, el ambiente en los aledaños del estadio era constante, como lo fue en las calles de la ciudad hasta el anochecer, especialmente en las plazas de Méndez Núñez y sobre todo, en la del Teucro. Cientos de aficionados se concentraron en sus terrazas para seguir entonando unos cánticos que ayer no tenían fin. Incluso, el entrenador del Pontevedra CF, Ángel González, se unió a algunos de ellos durante la tarde. A buen seguro, el míster confirmará lo que dijo en la previa: «Ojalá cuando saludes a los aficionados después del partido estén afónicos de tanto animar».

Y es que Pontevedra se tiñó de granate. No había rincón al que se mirase y no hubiese camisetas del Pontevedra o banderas ondeando en los balcones. Ya es equipo de Primera RFEF. «Están contentos e ilusionados, ellos lo van a celebrar y lo he autorizado, pero esperaremos hasta Palencia para certificar el ascenso», decía una Lupe Murillo muy cauta, que aplaudía la implicación del público: «Estas son las bondades del Pontevedra, es el equipo de todos, lleva nuestro nombre y hace sentirlo como propio». Tampoco el alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, quiso perderse el partido. Felicitó al Pontevedra por un logro «que merecía». «O fútbol é o deporte rei e por iso temos que estar máis arriba, o Cisne está ahí, o waterpolo o sábado 20-2, que xa era unha vergoña. Esta é a cidade do deporte», apuntó el alcalde, que vivió el partido junto a Ana Pastor y Lupe Murillo.

Tampoco la concejala de Promoción Económica quiso perderse la fiesta, como tampoco lo hizo el diputado Gorka Gómez, que fue el más cauto de los políticos. «Es una pena no poder celebrar plenamente el ascenso porque por ahora es solo virtual por esa diferencia de goles. Me alegro sobre todo por la presidenta que este año lo pasó muy mal. Pontevedra se merece tener un equipo en Primera RFEF», explicó.

Las celebraciones se extendieron por toda la ciudad. No quedó rincón sin vivir el sueño granate. La afición demostró estar a la altura de un club que pospone las celebraciones oficiales hasta la próxima semana, cuando se certificará el final de liga como campeones, una gesta que ayer unión aún más a la ciudad con el Pontevedra. «Ya nos lo merecíamos el año pasado», advirtió Murillo antes de abandonar el estadio.