Pontevedra alcanza el éxtasis: Ya es plaza de Primera RFEF (salvo hecatombe)

Pablo Penedo Vázquez
Pablo Penedo PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Martina Miser

El conjunto granate asciende con un empate a 1 con el Salamanca, con Álex marcando en el primer minuto de partido, y la derrota del Adarve

08 may 2022 . Actualizado a las 20:59 h.

Pasarón se transformó este domingo, 8 de mayo, en un sambódromo. En una gran fiesta del fútbol, con 8.500 gargantas entregadas a llevar en volandas, primero, y celebrar después el ascenso a Primera RFEF conquistado por el Pontevedra de Ángel Rodríguez a falta de la última jornada de Liga. Con su empate a 1 ante un Salamanca UDS al límite en su lucha por la permanencia y la colaboración necesaria de un Unión Adarve que cayó 2-0 en su visita a otro conjunto en la uci, el Marino de Luanco. Solo una hecatombe inimaginable para el 99,9 % de los mortales, con derrota granate sin goles propios en el campo del Palencia Cristo Atlético y victoria por al menos 15 tantos de ventaja del Unión Adarve en Madrid con el Llanera en la última jornada de Liga, en siete días, arruinaría la celebración a orillas del Lérez.

La fiesta montada en los aledaños de Pasarón más de una hora larga antes del inicio del partido se trasladó al césped del estadio granate desde el arranque del encuentro. Qué mejor forma de empezar una final que perforando la portería rival en el primer minuto de juego. Con las gargantas ya bien calentadas en los prolegómenos del choque, la afición del conjunto del Lérez estalló de júbilo al ver que sus chavales de corto iban tan en serio como habían advertido toda la semana en su llamamiento a la ciudad para contar con su aliento. Oier Calvillo, que relegó en tan magna ocasión a Rubio al banquillo, se apropió de un balón en disputa en el centro del campo que sirvió a Rufo en el carril derecho; el punta vio la carrera de Álex González y colocó con precisión el esférico en la testa del gran capitán para que subiese el 1-0 a media altura, pegando el cuero al segundo palo tras superar a su par.

El éxtasis alimentó el hambre de un Pontevedra que no se dejó llevar sin embargo por la sobredosis de adrenalina. Un acierto, por cuanto el Salamanca, lejos de venir de paseo a Pasarón, demostró con hechos su disposición a desplegar todas sus armas para intentar salvar in extremis su plaza en la Segunda RFEF. Frente a frente, dos equipos jugando con mucha tensión, pero no tensionados. Con los locales llevando buena parte de la iniciativa más a base de su presión asfixiante sobre el ejercicio del balón salmantino en su mitad de campo que por el control de la posesión pura y dura. Y así avanzó un duelo a base de golpes en ambos extremos del terreno de juego, con similar reparto de coqueteos muy cerca de acabar en romance con el gol.

La intensidad del Salamanca, física y mental, con su ya conocida línea de 5-3-2, le reportó un buen susto al Pontevedra en el primer córner del partido, en el minuto 7, con disparo frontal de Amaro y rechace que Murua no acertó a llevar al interior de la portería de Cacharrón. El guardameta granate tuvo que aplicarse más tarde para mandar a córner un remate de Manín tras disparo en el corazón del área de Murua en el 38, diez minutos después de que Manín se topara con la pierna de un zaguero en un tiro similar nacido de un centro por línea de fondo.

Por su parte, entre recuperación y recuperación, el Pontevedra pudo ampliar su ventaja. En el minuto 18, con Álex González aguantando hasta la llegada de Brais Abelenda viendo a Rufo en fuera de juego, con el coruñés obligando a parar en dos tiempos a Salcedo su golpeo seco en el área. Y en el 32, con el guardameta visitante salvando el 2-0 en un testarazo de Churre en un balón colgado por Yelko Pino.

La segunda parte pasó factura al desgaste de ambos equipos en la primera entre el fuerte calor reinante. Al Pontevedra, perdiendo a Seoane, que aguantó como un jabato 49 minutos, hasta que su maltrecho físico, forzando su salida prematura de una lesión, dijo basta. Rufo se retiró tocado en el 64, sin Charles, sancionado, para relevarlo en el verde.

La cosa pareció torcerse poco después de que Ángel Rodríguez diera un último empujón a las gradas de Pasarón brazos en alto. En el 54, un mal despeje de la zaga local en la prolongación de un balón en largo acabó con este a los pies de Telles, que en la media luna enganchó un disparo imposible para Cacharrón.

Sin embargo, el Pontevedra nunca vio peligrar el choque. Prácticamente al mismo tiempo que el Marino de Luanco le endosaba el 2-0 al Adarve, Brais Abelenda firmaba la otra única ocasión de gol de la segunda parte, nacida de un centro de banda de Rubio, abortada en primera instancia por el portero visitante y de segundas por la falta de puntería del delantero granate. El Pontevedra se lo podía permitir. El trabajo brillante de toda una temporada estaba hecho. Y una ciudad lo celebró a lo grande en Pasarón.

FICHA DEL PARTIDO: 

PONTEVEDRA (1): Cacharrón, Seoane (Alberto Rubio, min 49), Samu Araújo, David Soto, Churre, Oier Calvillo, Yelko Pino, Miguel Román (Javi Rey, min 79), Álex González, Brais Abelenda y Rufo (Romay, min 64).

SALAMANCA UDSA (1): Salcedo, Gustavo Carmona (Luis Martínez, min 80), Arencibia, Murua, Kristian, Álex Menéndez, Diego Benito, Amaro, Telles (Willy, min 85), Iban Ribeiro (Mikel Bueno, min 80) y Manín (Juancho, min 60).

GOLES: 1-0, min 1: Álex González. 1-1, min 54: Telles.

ÁRBITRO: Leandro Carvajales Gómez (Colegio Asturiano). Amonestó al local Samu Araújo; y a los visitantes Arencibia, Juancho y Kristian, expulsando con roja directa a Diego Benito (min 93).