El año pasado las de verano salieron adelante con unos «costes tremendos» debido también a las exigencias de la pandemia del covid, que obligaban a tener un monitor por cada diez niños y a establecer grupos burbuja. «Con 55 euros por quincena ya había muchas quejas de familias», dicen en la Fanpa. La federación defiende las ludotecas como un servicio de conciliación, pero también como un proyecto educativo de calidad. Una calidad a la que no están dispuestos a renunciar. Hasta hace dos o tres años, antes de la pandemia, las ludotecas ofrecían actividades diversas, piscinas itinerantes y salidas educativas. Quieren desterrar la idea de que el servicio se pueda realizar teniendo a un grupo de niños encerrados en un colegio.
Algunas ludotecas de verano empezaban su actividad el 20 de junio y se prolongaban hasta el 10 de septiembre. El convenio podría mantenerse si la concejalía llega a los 110.000 euros, según otras fuentes consultadas. Sin convenio, la Fanpa podría organizar algo paralelo, pero sin el Concello y con otros números y condiciones económicas.