Condenados en Pontevedra por enviar cocaína en paquetes postales camuflada entre juguetes y jarras de cerveza

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Imagen de archivo de una operación antidroga en la que se intervinieron 300 kilos de cocaína.
Imagen de archivo de una operación antidroga en la que se intervinieron 300 kilos de cocaína. DIRECCION GENERAL DE LA POLICIA

Los tres acusados aceptaron un año y diez meses de prisión, pena que se les ha suspendido a condición de que no delincan

06 abr 2022 . Actualizado a las 10:26 h.

A finales del 2013, un inusitado incremento en el envío de paquetes postales con cocaína procedentes de países sudamericanos a través del aeropuerto de Barajas hizo saltar todas las alarmas. La Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la Comisaría de Pontevedra, en colaboración con el Grupo XII de la Udyco-Central, iniciaron una investigación coordinada por el Juzgado de Instrucción número tres de Vilagarcía que se ha saldado, según ha trascendido, con un acuerdo de conformidad entre los tres acusados de nacionalidad colombiana —una mujer de 36 años oriunda de Bogotá y dos hombres de 51 y 60 años nacidos en Cali-Valle— y la Fiscalía.

De este modo, la Audiencia de Pontevedra ha confirmado las penas impuestas a los tres sospechosos de un año y siete meses de prisión, y multa de cuatrocientos mil euros como autores de un delito contra la salud pública referido a sustancias que causan grave daño a la salud en cantidad de notoria importancia, así como de tres meses de cárcel por integración en grupo criminal. En ambos delitos concurren la atenuante de dilaciones indebidas y la analógica de confesión.

La condena impuesta, en todo caso, no supondrá el ingreso en la cárcel de los sospechosos, toda vez que el acuerdo alcanzado con el ministerio público comprende la suspensión durante dos años de la ejecución de la pena de prisión. Esta medida, en todo caso, «queda condicionada» a que no vuelvan a delinquir en este tiempo, así como se advierte de la suspensión quedará revocada «si fuesen condenados por un delito y ello ponga de manifiesto que la expectativa en la que se fundaba la decisión de suspensión adoptada ya no puede ser mantenida».

De este modo, ha quedado acreditado que los tres acusados, «en colaboración con terceros cuya identidad no ha podido concretarse», establecieron un entramado «para el acopio y comercialización de sustancias estupefacientes, cocaína, que recibían a través de paquetes postales cuya remisión concertaban con sus proveedores empleando identidades supuestas o ficticias para hacerlas figurar como destinatarios, así como direcciones postales que controlaban personalmente y teléfonos de contacto».

Lenguaje críptico y velado

Con esta forma de proceder, podían hacer un seguimiento de los envíos por correo de los paquetes, «para así acabar recibiéndolos con el fin de derivar la sustancia estupefaciente al mercado ilícito de distribución lucrativa de la misma en perjuicio de la salud pública», añaden los magistrados pontevedreses. A la hora de comunicarse entre sí, empleaban chats de Blackberry en los que usaban seudónimos y un lenguaje velado y ocultador de su actividad. No obstante, el hecho de que combinasen este vocabulario con referencias explicitas a los datos identificadores de los paquetes postales con cocaína permitió interceptarlos a la Policía Nacional.

En su día, desde este cuerpo reseñaron que la red camuflaba la droga «en objetos tan dispares como juguetes, prendas de vestir, café o jarras de cerveza con estupefaciente en estado líquido». Además del arresto de los sospechosos, fueron intervenidos más de cuarenta kilos de cocaína.

Falsas valijas diplomáticas

Uno de los episodios más curiosos de este operativo se vivió el 13 de octubre del 2013 cuando las autoridades del Reino Unido comunicaron la interceptación en el aeropuerto londinense de Gatwick de cuatro envíos postales con unos dieciséis kilos de coca procedentes de Venezuela y con destino Madrid y Getafe. Los paquetes fueron enviados bajo la falsa apariencia de ser valijas diplomáticas estando precintado cada uno de ellos con un sello diplomático falso de la embajada de Granada y la advertencia en inglés «Alto. Valija diplomática. No abrir ni interceptar», así como se observaba un sello azul con el emblema de Caracas.

De este modo, y según el fiscal antidroga de Pontevedra, se buscaban «asegurar su libre tránsito evitando los controles e inspecciones a los que pueden ser sometidos los envíos postales ordinarios». La Policía Nacional orquestó una entrega controlado de la droga, pero se frustró.