La Escuela Naval, el CGTD y Marín, alternativas para reubicar a casi 500 nadadores tras el cierre de la piscina olímpica de Pontevedra

Nieves D. Amil
NIeves D. Amil PONTEVDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

RAMÓN LEIRO

La Academia Militar ofrece sus instalaciones a casi 160 deportistas durante las próximas cuatro semanas

15 mar 2022 . Actualizado a las 22:27 h.

El repentino cierre de la piscina de Pontemuiños el pasado viernes supuso un tsunami para los deportistas de élite de la ciudad, que de la noche para la mañana han visto como sus entrenamientos saltaban por los aires a las puertas de cerrar el ciclo de invierno y con él, los inminentes campeonatos de España tanto de natación, como de waterpolo o de sincronizada. Reorganizar las sesiones de casi 500 nadadores federados está siendo un encaje de bolillos para los responsables deportivos. «Es incomprensible, no entendemos bien la situación, pero desde que nos enteramos, nos centramos en buscar una alternativa», explica Carlos Touriño, presidente de la Federación Galega de Natación (Fegan), quien califica de «desastrosas» las formas de la concesionaria de la piscina.

Una de las primeras alternativas que consiguió la Fegan fue reubicar entre 150 y 160 nadadores en la Escuela Naval. Es una solución que se prolongará las próximas cuatro semanas, mientras se busca una salida al conflicto entre Supera, empresa encargada de al gestión de Pontemuiños, y la Fundación Rías do Sur, su propietaria, para poder recuperar la actividad en la piscina olímpica. «Hemos llegado a un acuerdo bastante aceptable con la Escuela Naval, son calles de 33 metros con una ratio de siete u ocho personas por cada una», explica Touriño.

A la piscina de la Academia Militar irán los nadadores del Club de Waterpolo Pontevedra y del Galaico. El director deportivo este último, Diego Pérez, reconocía ayer que después de unos días entrenando en seco, este martes volverán a la piscina gracias al acuerdo de la Federación con la Escuela Naval. «Estamos intentando buscar más opciones, pero no aparecen. Otros irán al CGTD y unos pocos a la piscina municipal de Marín, que hemos alquilado con fondos propios», explica Pérez. Han dado prioridad a los nadadores que tienen ahora el Campeonato de España Open y a deportistas, que aún siendo de categorías base, tienen las mínimas para competiciones nacionales.

El Centro de Tecnificación trabaja también a contrarreloj para reorganizar horarios y no dejar fuera a ningún club. «En Pontemuiños entrenaban las secciones de natación y de triatlón de rendimiento. Ahora lo hacen en nuestra piscina, pero ya cogimos al Galaico Sincro y estamos barajando dar cabida a una parte del CW Pontevedra y a nadadores del Galaico», explica el director del CGTD, Jesús López, que trabaja junto a la Secretaría Xeral para o Deporte en modificar los protocolos covid para aumentar el aforo en la piscina. «Ahora que se relajan las medidas, estamos viendo la posibilidad de que los clubes afectados por el cierre de Rías do Sur puedan compartirla temporalmente», señala.

En el CGTD entrena a diario la sección de triatlón, natación y sincronizada, tanto de tecnificación, como de rendimiento, pero a partir de las ocho de la tarde se reparten los clubes SAPO, Sincro Pontevedra, Triatlón Rías Baixas, CW Pontevedra y PonsVetus. «Es algo excepcional, pero no sabemos lo que va a durar», explica Jesús López, que recalca que todos los agentes implicados «queremos colaborar con seguridad».

Sin acuerdo entre la concesionaria y los propietarios

 

 

La Fundación Rías do Sur y la empresa Supera mantienen vivo el diálogo por una posible solución al cierre de la piscina de Pontemuiños. El pasado viernes, la concesionaria tomó esta drástica decisión porque, según explicó, no puede asumir los «desbocados costes energéticos». El presidente de la Fundación, Héctor Vilariño, reconocía ayer que «estamos abiertos a opciones, pero no hay nada nuevo». En plena negociación con Supera, asegura que estarían abiertos a estudiar la rescisión del contrato. «No sabemos el coste que podría tener esa resolución», apunta, pero todas las opciones están sobre la mesa.

Desde la concesionaria señalan, por su parte, que «la única opción es una aportación para cubrir los inasumibles costes energéticos que tenemos. Estamos hablando de incrementos del 300% y nadie nos asegura que no vayan a seguir subiendo». Según esta empresa, esos costes inasumibles se refieren a entre 25.000 y 30.00 euros al mes. Y recalcan: «Venimos de una pandemia, aún no se han recuperado los niveles de abonados que teníamos. A eso se le suman estos sobrecostes enormes, lo que hace inviable soportar los gastos de esa instalación».

A pesar de lo complicado de la negociación, la Fundación Rías do Sur sigue apostando por el diálogo con la gestora, pero no está dispuesta a asumir el pago de la luz de todo el complejo. Esa propuesta estuvo encima de la mesa el pasado lunes, pero no llegaron a un acuerdo. «Ahora mismo no sé cuál sería el mejor escenario. Quizás buscar un nueva empresa para que se pueda volver a trabajar normalmente», comenta Vilariño, que aclara que la explotación de Supera es por 30 años, de los que han pasado 16.

La empresa cerró por sorpresa las instalaciones el pasado viernes y solo dejó abiertas las que no requieren uso de agua. Esta decisión envió al ERTE a una docena de trabajadores.