La planta de tratamiento de residuos de A Canicouva, en Pontevedra, costará 10,3 millones

Serxio Barral Álvarez
Serxio barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Imagen de archivo del concejal de residuos, González Carballo, cuando presentó los contenedores del plan Composta
Imagen de archivo del concejal de residuos, González Carballo, cuando presentó los contenedores del plan Composta CAPOTILLO

Se incluirá en el nuevo contrato de gestión de residuos, que se licitará por veinte años a razón de 10,7 millones anuales

05 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El Concello de Pontevedra tiene prácticamente listo el nuevo contrato de gestión de residuos, que se pretende sacar a licitación en las próximas semanas y tener adjudicado este mismo año. El concejal responsable, Raimundo González Carballo (BNG), dio este viernes la cifra por la que se licitará el contrato: 10.702.000 euros anuales. Tendrá una duración inicial de veinte años y la empresa asumirá inversiones por 23 millones de euros a ejecutar durante los tres primeros años de vigencia del contrato.

Casi la mitad de este dinero, concretamente 10,3 millones de euros, se destinará a la construcción de la planta de tratamiento de residuos en A Canicouva, que será mucho más que una planta de compost, como se barajaba en su día. González Carballo señaló que la planta tendrá capacidad para tratar en torno a 15.000 toneladas de residuos anuales. Se prevé que la mitad sean biorresiduos procedentes de los contenedores marrones para la elaboración de compost. El resto será fracción seca, residuos que serán seleccionados y clasificados en la propia planta para su tratamiento, preferentemente reciclaje y reutilización.

El contrato especificará que la planta de tratamiento se ubicará preferentemente en la parcela que el Concello tiene alquilada desde hace varios años en terrenos de la comunidad de montes de A Canicouva. «Soamente se a adxudicataria demostra inviabilidade técnica ou económica para construír a planta neses terreos podería contemplarse que a fagan noutro sitio», señaló González Carballo, que insistió en cualquier caso en que «no prego de condicións a planta vai na Canicouva e está estudada para facela alí».

De 106 a 163 trabajadores

Cuando la planta de tratamiento esté a pleno rendimiento generará 25 puestos de trabajo permanentes que serán incorporados a la plantilla del servicio. Actualmente, son 106 los trabajadores que desempeñan labores de recogida, limpieza viaria y gestión de residuos en Pontevedra —no se incluyen los limpiadores de dependencias y colegios, cuyas tareas se incluyen ahora en otro contrato—, y la nueva adjudicataria tendrá que elevar esa cifra hasta los 163 empleados.

Vehículos «limpios»: camiones de gas y furgonetas eléctricas

El nuevo contrato de residuos de Pontevedra establecerá la obligación de que la empresa adjudicataria cuente con una flota de vehículos «limpios». A la renovación de todo el parque móvil y contenedores, maquinaria y otros enseres se destinarán más de diez millones de euros del total de inversiones previstas en el contrato.

Con respecto a los vehículos, al menos el 14 % de los camiones de hasta 25 toneladas tendrán que ser de energías «limpias». Dado que no existen vehículos eléctricos de estas características, tendrán que ser de gas. Ese porcentaje está por encima de lo que exige la nueva normativa ambiental, que fija el porcentaje de vehículos movidos por energías no procedentes de combustibles fósiles en un 10 %.

En cuanto a vehículos ligeros, el pliego de condiciones del contrato también establecerá la obligación de que la maquinaria de limpieza —barredoras, máquinas de agua— y al menos cinco furgonetas sean eléctricas.

A la hora de valorar las ofertas, tendrán mayor puntuación aquellas empresas que ofrezcan incrementar estas cifras de vehículos limpios, que son las que se establecen como obligatorias en el pliego de condiciones.

Pontevedra vivirá «unha auténtica revolución ambiental» con el nuevo sistema

En palabras de Raimundo González Carballo el futuro contrato de gestión de residuos supondrá «unha auténtica revolución ambiental», e implicará «o despregue da economía circular no concello e unha redución substancial da pegada de carbono».

Una de las diferencias con el sistema actual radica en que «até o de agora os residuos tiñan unha consideración negativa, pero hoxe en día é un recurso, porque se vai a volver a utilizar directa ou indirectamente». Además, mientras que la Unión Europa exige para el 2025 que se reciclen o reutilicen el 55 % de los residuos y para el 2030 el 30 %, Pontevedra prevé superar esos porcentajes.

La implicación de la empresa en la obtención o no de estos objetivos será primada o penalizada. «A empresa concesionaria será a primeira interesada en que funcione o servizo porque de non ser así, a súa retribución será menor. É dicir, non ten unha contía garantida» indicaba Raimundo González, ya que priorizarán los aspectos ambientales: más compostaje, más reciclaje, menos emisión de CO2… «Implicarán un incremento da retribución, é dicir, empresa terá a posibilidade de gañar bonus buscando a excelencia do servizo».

La empresa adjudicataria asumirá «a xestión integral de todos os residuos municipais». Las actividades contempladas en el nuevo contrato van desde la «pre-recogida» —establecer rutas, ubicar contenedores, papeleras...— hasta la recogida, transporte, selección y clasificación, control de composteros y tratamiento de los residuos.

González Carballo insistió en que no se contempla subir el coste del recibo que pagan actualmente ciudadanos y negocios.