Vuelven las barras a Pontevedra y Arousa con más brío que en su reapertura de septiembre

CH. CASARES / S. GONZÁLEZ PONTEVEDRA/ LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Ramón Leiro

El sector bendice la medida, pero acusa la falta de continuidad de los últimos meses

31 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

«Qué, ¿lo de siempre?». «Sí, y donde siempre». La escena, de este fin de semana en Pontevedra, revela que había ganas de retomar las barras en bares. En esta ocasión, el cliente habitual de mediana edad de un local céntrico de Pontevedra, con un café con leche, plantado en la barra. Pero quienes aprovecharon al máximo la reapertura el pasado sábado fueron los locales de ocio nocturno, en los que la barra es un elemento principal y dinamizador del consumo. «Sí, se nota, y facilita las cosas», confiesa un camarero.

La reapertura de las barras se ha tomado en la hostelería pontevedresa con más fuerza que en la reapertura de las barras del pasado mes de septiembre, cuando el desconocimiento de la normativa y las condiciones que debían cumplir los locales echó para atrás a muchos hosteleros de Pontevedra y O Salnés, ya acostumbrados a trabajar con sus barras cerradas y recelosos de que la apertura, como así acabó siendo, sería solo momentánea.

El fin de semana funcionó en Pontevedra con los nuevos horarios, que permiten ampliar el ocio nocturno. Todo ello influyó en algo más de facturación. Lo explica Rafael Rúa, propietario, tanto de cafeterías, como de la discoteca Lelé De Noite. «En las cafeterías no lo notamos tanto, pero en la discoteca sí que se vio un cambio importante», explica. Antes de las restricciones, este empresario del ocio nocturno podía ver cómo se llenaba su local con unas cuatrocientas personas. «De ahí se pasó a noches de no más de sesenta y he organizado guateques en los que no me ha entrado ni uno». Este sábado con las nuevas medidas logró atraer a doscientos clientes. «En la discoteca la barra se nota una barbaridad, le da mucho dinamismo». Son mejoras, pero el bache continúa. Lo notan en Pontevedra, donde los números aún no son los deseados, y en otros puntos de las Rías Baixas que testó La Voz.

Epicentro del ocio arousano

Hace ya un tiempo que el epicentro del ocio nocturno en la orilla sur de la ría de Arousa permanece en Vilagarcía. El complejo lúdico de la antigua explanada TIR es su máximo exponente. Allí funciona, entre otros, el pub Harbour, cuyo propietario, Félix Acuña, preside la Asociación de Hostaleiros e Iniciativas Turísticas de Vilagarcía (Ahituvi). El sábado, por primera vez en el último mes, el local abría sus puertas al hilo de la suavización de las restricciones frente a la pandemia. «Fue una noche, desde luego, tranquila, nada espectacular. Como mucho, un 60 % del aforo», resume el empresario.

La situación del sector que mejor trabaja las madrugadas es extremadamente delicada. «Podemos decir que de supervivencia absoluta. Sobrevivimos y poco más», reconoce Acuña, quien ni siquiera se atreve a pronosticar cuánto tiempo se mantendrán las medidas anticovid en un nivel que les permita seguir funcionando: «Quién sabe si nos volverán a cerrar, y con todos estos cierres acumulados las cosas se ponen cada vez más difíciles».

Las ayudas que deben cubrir el período de Navidad, fundamental pero perdido para el sector, todavía no han llegado. Lo que sí llegan son los gastos, que se incrementan hasta un punto también complicado.

«En estos momentos la prioridad es la seguridad. El control de las normas que deben cumplirse en el interior de los locales exige más gente trabajando y, por lo tanto, un mayor gasto». A todo ello se suma un mes de enero que tradicionalmente se pone cuesta arriba tras la explosión navideña. «Es cierto que siempre es un mes malo. Pero lo que estamos notando es que entre la gente hay mucha contención. No ves la alegría que sí encontrabas en verano», concluye el responsable del Harbour, que apunta ya al Entroido.