La calle pontevedresa de las segundas oportunidades

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

En pocos metros, tres tiendas de ropa, muebles o variopintos artilugios demuestran que comprar lo ya usado está en boga. Además, son negocios con historias especiales detrás

27 ene 2022 . Actualizado a las 15:12 h.

¿Quién dijo que segunda partes nunca fueron buenas? El que lo afirmase seguramente tendría que revisar sus palabras si visitase la calle pontevedresa Álvaro Cunqueiro, a tiro de piedra de la ría y del convento de Santa Clara. Es la calle de las segundas oportunidades, literalmente. Porque, en poquísimos metros, hay tres tiendas donde se vende ropa y artículos de segunda mano. Ojo, son negocios con historia detrás. 

Comenzamos por un local que hace esquina entre la citada calle Álvaro Cunqueiro y Santa Clara. Es de la asociación Boa Vida, una entidad benéfica con años de trayectoria en Pontevedra. Lleva la batuta del local en estos momentos Lourdes Bustamante, una mujer a la que la vida también empujó a reinventarse. De profesión abogada, tuvo que dejar Venezuela por la situación del país y volver a empezar en España. Voló desde Barquisimeto a Pontevedra y un día su espíritu inquieto se puso al servicio de Boa Vida, donde lleva tanto las tiendas solidarias como la empresa de inserción social, para la contratación de personas en riesgo de exclusión social. Así que en ese negocio del que hablábamos, al lado de Lourdes, trabajan personas que lo tenían muy difícil para insertarse en el mercado y a las que Boa Vida decidió dar un empujón. 

La tienda es especial por muchos motivos, entre ellos porque el objetivo principal es aprovechar, reutilizar y reciclar cualquier cosa que les donen (ellos no compran ni intercambian productos, lo que venden procede solo de donaciones o de limpiezas de trasteros por los que sí obtienen fondos para subsistir). Pero su labor más allá de colocar la mercancía donada y comercializarla. Le buscan segunda vida a todo. «Con los pantalones vaqueros que nos llegan rotos o inservibles, por ejemplo, hacemos bolsitos o bolsas grandes para ir a la playa. Los trozos de tela de alguna ropa que tampoco está bien para vender los cosemos y con ellos elaboramos cojines, que llenamos con el relleno que tienen dentro algunos muñecos de peluche que, por distintos motivos, tampoco nos sirven para poner a la venta», explica Lourdes con entusiasmo mientras enseña esos artículos doblemente reciclados. 

El objetivo de las tiendas solidarias de Boa Vida (tienen el citado local que da a las calles Álvaro Cunqueiro y Santa Clara y otro en A Seca, además de un tercero en Vilagarcía) es crecer para poder seguir contratando a personas en riesgo de exclusión. 

Pasemos al siguiente local. A tiro de piedra de la tienda de Boa Vida, en la acera de enfrente, está Astro Recogida, que debe su nombre al gusto por los horóscopos de su dueño, Daniel Otero. ¿Quién es él? Un autónomo que durante años se buscó la vida haciendo reformas y que se cansó del trabajo, principalmente, por los impagos que sufría. Así que decidió probar suerte vendiendo muebles y otros artículos de segunda mano. Y descubrió una auténtica pasión: «Me di cuenta de que disfrutaba un montón yendo a recoger trasteros o muebles y buscando luego la forma de reutilizar todo lo que se saca de allí». Explica que cobra o no por esa retirada de enseres dependiendo si va a poder revender lo que hay o si simplemente son residuos que tienen que ir a parar al punto limpio. 

Aunque tiene su local en la calle Álvaro Cunqueiro, lo va a trasladar en breve a la zona de Mollavao, a una nave. «El problema de estar aquí es que no hay aparcamiento ni facilidades para la carga y descarga y allí sí lo tendré». Estará en una zona muy próxima a la gasolinera de ese barrio pontevedrés, en la calle Rosalía de Castro. 

Daniel Otero cuenta que, en realidad, él puede abrir su local solamente unas dos o tres horas al día. Porque prácticamente todas sus ventas son por Internet. «Ahora mismo, donde más vendo es en plataformas como Wallapop, en tienda se mueve muy poco. Actualizo todo el tiempo el Instagram y ese es mi gran escaparate», sostiene. La tienda de Daniel también tiene un punto de altruismo. Cuenta con cajas en las que deposita libros, cedés o artículos a los que no le ve demasiado atractivo comercial y se los regala al que quiera llevárselos. «Viene mucha gente a por libros», indica. 

Y llegamos, unos metros más adelante, al Desván de Solvencia, la tercera tienda de segundo mano de la calle Álvaro Cunqueiro. En este caso, ropa y calzado conforman su oferta. Atiende allí Isaac Dopazo, que cuenta que el local, que se inició también como una asociación, dio sus primeros pasos en la Avenida de Vigo, para luego trasladarse a la ubicación actual. En sus estanterías y expositores hay muchos zapatos de segunda mano, vestidos de fiesta e incluso trajes de novia. ¿Qué salida tienen? «Nos compra mucho la gente de Bellas Artes y también personas migrantes que envían ropa a su país. Recientemente adquirieron bastante ropa para enviar a África, por ejemplo», indica. Con Solvencia se cierra la calle de las segundas oportunidades, la que lleva el nombre del genial Álvaro Cunqueiro.