Y llegamos, unos metros más adelante, al Desván de Solvencia, la tercera tienda de segundo mano de la calle Álvaro Cunqueiro. En este caso, ropa y calzado conforman su oferta. Atiende allí Isaac Dopazo, que cuenta que el local, que se inició también como una asociación, dio sus primeros pasos en la Avenida de Vigo, para luego trasladarse a la ubicación actual. En sus estanterías y expositores hay muchos zapatos de segunda mano, vestidos de fiesta e incluso trajes de novia. ¿Qué salida tienen? «Nos compra mucho la gente de Bellas Artes y también personas migrantes que envían ropa a su país. Recientemente adquirieron bastante ropa para enviar a África, por ejemplo», indica. Con Solvencia se cierra la calle de las segundas oportunidades, la que lleva el nombre del genial Álvaro Cunqueiro.