El adiós de un padre coraje y vecino comprometido de Pontevedra que murió trabajando

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

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Alfonso Rodríguez, muy conocido en su barrio de Monte Porreiro, murió a los 60 años. Él y su mujer cuidaban de sus hijos, sus nietos y su madre

21 ene 2022 . Actualizado a las 12:18 h.

«Se nos va un cachito de pan». Con esas palabras resumía una vecina de Monte Porreiro lo que supone para este barrio de Pontevedra la muerte de Alfonso Rodríguez Torres. Se trata de un vecino de 60 años de edad que falleció de forma inesperada, previsiblemente a causa de un infarto que le sobrevino cuando estaba, este miércoles, en plena jornada laboral. 

Alfonso Rodríguez era una persona bien conocida y reconocida en su barrio. Lo era, para empezar, como el padre coraje que siempre fue. Junto a su mujer, Carmen Sobral, sacaron adelante a cuatro hijos. Desafortunadamente, tuvieron que vivir el fallecimiento de uno de ellos. Actualmente, se encargaban también de dos nietos y asimismo cuidaban de la madre de Alfonso. 

Trabajador de una empresa de hormigones, en la que conducía un camión, Alfonso siempre estuvo comprometido con las inquietudes del barrio en el que vivía desde hace décadas. Formó parte activamente de una plataforma que denunciaba distintas cuestiones relativas a la falta de compromiso municipal con Monte Porreiro y que se oponía a la colocación de los composteros tal y como se había planteado.

Desde el año 2019, Alfonso formaba también parte de la comisión de fiestas del Buen Pastor. De hecho, el martes por la noche se reunió con sus compañeros para iniciar el petitorio de dinero por el barrio para las celebraciones que tendrán lugar, si el covid no lo impide, en el mes de mayo. Dicen sus compañeros de la comisión que, siempre que alguien estaba bajo de ánimos, Alfonso se encargaba de alegrarle el día. Señalan también que nunca le fallaban las fuerzas y que «cada vez que caíamos con algún proyecto él nos animaba a seguir adelante».

Más allá del barrio, en la ciudad de Pontevedra muchos conocían también a Alfonso porque tanto él como otros familiares formaban parte de la cofradía de Semana Santa ligada a la iglesia de Campolongo. 

Su muerte, tan inesperada como precoz, se produjo este miércoles en su puesto de trabajo. Al parecer, era habitual que comiese en el lugar donde operaba. Y, tras la comida, sufrió una indisposición que resultó decisiva. Está siendo velado en el tanatorio de Albia, desde donde la comitiva fúnebre partirá este viernes a las tres y media de la tarde. A continuación, se celebrará el funeral en la iglesia del Buen Pastor de Monte Porreiro y finalmente será incinerado en la intimidad familiar.