Abel Farto: «El ciclismo en Galicia se está muriendo»

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

RAMON LEIRO

El responsabel deTEam Farto-BTC, único equipo gallego en la élite femenina, lamenta que escaseen los ciclistas de carretera

12 dic 2021 . Actualizado a las 21:36 h.

Abel Farto (Pontevedra, 1977) está al frente del único equipo femenino de Galicia en la categoría continental y de un club que cuenta por cientos a sus deportistas. Haber llegado tan alto con el equipo que fundó en el 2011 tiene una cara y una cruz. La cara es clara. Su apuesta por el ciclismo lo ha llevado en volandas para buscar siempre retos más ambiciosos. Y los ha conseguido. El equipo UCI femenino es el más grande y por el que sigue peleando junto al director deportivo del Team Farto-BTC, Brais Dacal. Pero en la otra orilla de esta cara amable está la cruz, el lado más duro que se escribe con números que no siempre son como le gustaría. El mundo idílico que dibuja cada vez que se sube a una bicicleta se desdibuja cuando se pone delante del ordenador. Y en esta cuenta de resultados donde la emoción y los gastos se equilibran, Abel Farto reconoce que si sigue al frente es por los niños que tiene en el club.

Emplea palabras que suenan duras en un apasionado de este deporte. «El ciclismo en Galicia se está muriendo», apunta. Y no porque su equipo esté en problemas, sino por la falta de relevo generacional que ve sobre la bicicleta. «En montaña hay más movimiento que en el ciclismo de carretera. Antes, en un pelotón de juveniles salían ochenta corredores y ahora si hay 25 ya son muchos», apunta Farto, que recalca que «nos las vemos y nos las deseamos para hacer el equipo élite sub-23». Asegura que su objetivo es mantener el nivel al que han llegado, pero para hacer eso necesitan un esfuerzo cada vez mayor. «En las categorías masculina y femenina hay falta de corredores, pero en Galicia la situación es peor», explica el responsable del equipo.

En el Team Farto-BTC tiene una escuela de carretera, otra de montaña, un equipo élite sub-23 y el femenino, en continental. «Pasamos de largo del centenar de corredores», advierte. «Fuimos subiendo a medida que había posibilidades, nacimos como un equipo de cicloturismo y a partir de ahí montamos la escuela y los equipos, fuimos sumando categorías». Haber llegado hasta aquí, le asusta por lo que supone a nivel económico. El equipo femenino profesional se lleva cerca de 60.000 euros al año, pero para poner sobre el papel su humildad, compara este desembolso con el del Movistar femenino «que puede ser como de un millón de euros. Nosotros no le llegamos ni a la suela de los zapatos».

Abel Farto fundó el club en el 2011, tan solo un año después de haber montado su tienda de bicicletas en la avenida de Vigo. Animado por su grupo de amigos aficionados al ciclismo y su familia puso en marcha un club que «cada año va dando un pasito más». Y, ¿cómo lo saca adelante? «Nosotros necesitamos cada año cerca de 115.000 euros, que obtenemos de subvenciones, patrocinios y lo que aporto. La verdad es que llegado a este nivel, uno piensa, ‘¿vale la pena sufrir tanto?’», reflexiona Abel Farto, que vuelve a pensar en los más pequeños. Aunque a veces da esa visión algo catastrofista del ciclismo, la bicicleta la lleva en la sangre. Su padre ya era corredor y él y sus dos hermanos pronto se subieron a una. «David, el mediano, se sacó la licencia y así empezamos, acompañándolo a todos los sitios», recuerda Abel Farto, que gracias a la insistencia de ellos y de sus amigos, abrió la tienda de deportes hace casi doce años, cuando llegó de Benidorm.

Un día a día entre bicis

Vivió en la ciudad valenciana durante siete años. Motivos personales y profesionales le llevaron hasta allí durante una temporada en la que veía como los grandes equipos escogían esas tierras para entrenar. Trabajaba como soldador, pero cuando regresó comenzó una nueva vida laboral en la que todavía sigue inmerso. Relanzó esa pasión que tiene desde niño por el ciclismo y convirtió las bicicletas en su ocio y en su modo de vida. La falta de materias primas tiene también en jaque a este sector de cara a las fiestas navideñas.

Mientras saca adelante su negocio, diseña junto a Brais Dacal la próxima temporada. En esa línea que sigue de ir «pasito a pasito», toca renovar al equipo femenino. «Somos de los que pensamos que si se puede hacer, genial y si no podemos, pues nada. Ahora queremos dar otro salto de calidad y reforzar el grupo», subraya. Para hacerse una idea de lo que supone esta renovación, Abel Farto confirma que solo quedarán cuatro corredoras del año pasado y «abrimos mucho el abanico para que se nos conozca aún más fuera de España».

El ciclismo es un camino duro en lo económico, pero tan satisfactorio en lo personal, que da suficiente energía a Abel para seguir al frente de su pelotón.