—¿Cree que el público responde de la misma manera en un concierto nocturno que en uno al mediodía?
—Creo que sí. Quizás de inicio aún se estén quitando las legañas, pero cuando pasen tres temas se olvidarán de la hora que es... Lo bueno de la música es que, si te está gustando, te atrae y te mete en su onda expansiva. No tengo ninguna duda de que la hora no será un impedimento para disfrutar del concierto.
—¿Conoce Pontevedra?
—Sí, de ir a tocar. Es una ciudad que me parece un delicia. He tenido la suerte de poder quedarme después de tocar, poder sentarme y poder dar una vuelta... Para mí es una de las ciudades más bonitas de España.