Iria Cabo: «Buscamos que cada paciente reciba el tratamiento más adecuado para él»

Cristina Barral Diéguez
Cristina Barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

La neuróloga Iria Cabo, en su despacho del Hospital Montecelo, en Pontevedra
La neuróloga Iria Cabo, en su despacho del Hospital Montecelo, en Pontevedra CAPOTILLO

La neuróloga destaca que en la consulta de trastornos del movimiento del Chop disponen de un novedoso «holter de párkinson»

15 nov 2021 . Actualizado a las 10:59 h.

La doctora Iria Cabo López (Ourense, 1979) trabaja desde el 2009 en el servicio de neurología del Complexo Hospitalario Universitario de Pontevedra (Chop). Desde el 2020 está al frente de la nueva consulta monográfica de trastornos del movimiento (CTM).

—¿Cómo surgió la consulta de trastornos del movimiento? ¿Ya funciona?

—Desde 2009 trabajo en el servicio de neurología de este centro, y desde entonces, siempre he tenido una especial dedicación a los trastornos del movimiento, ligado a mi formación especializada en este campo. María Josefa González Palmás, la auxiliar de consultas externas de neurología de Montecelo, me ha acompañado siempre en este camino y ha acompañado también a nuestros pacientes, tanto durante las consultas presenciales como al otro lado del teléfono cuando los pacientes necesitan contactar con la CTM por cuestiones urgentes.

Hace un par de años, buscando la forma de poder mejorar la atención a nuestros pacientes, comenzamos a elaborar una serie de protocolos con el fin de poder agilizar que un paciente pueda llegar a la consulta monográfica de trastornos del movimiento (CTM), pueda recibir su diagnóstico y el tratamiento más adecuado para su caso. El año pasado arranca la CTM, pero desde este año 2021 está ya funcionando a pleno rendimiento.

—¿Dónde está ubicada?

—La CTM está ubicada físicamente en la zona de consultas externas del Hospital Provincial, cerca del hospital de día y de la planta de hospitalización de neurología, que es donde se instauran las terapias de segunda línea para la enfermedad de Párkinson avanzada. Es en la consulta donde se lleva a cabo la valoración, el diagnóstico y se inicia el tratamiento convencional, y donde se valora, en el caso de la enfermedad de Párkinson avanzada, la necesidad de tratamientos de segunda línea, como la derivación para valoración de la cirugía o las terapias de infusión continua que instauramos en nuestro centro. Además, también se realizan infiltraciones con toxina botulínica para diferentes trastornos del movimiento. Es en el hospital de día, donde se instaura de forma ambulatoria la infusión continua de apomorfina subcutánea. Y es en la planta de hospitalización de neurología donde se instaura la infusión continua de levodopa intraduodenal.

—¿Por qué es necesaria esta consulta monográfica?

—Los pacientes con TM deben ser diagnosticados, tratados y seguidos, siempre que sea posible, por neurólogos expertos en TM en unidades especializadas, porque se ha demostrado que una mayor formación y una mejor preparación para manejar situaciones complejas, sumado a un mayor tiempo de consulta, resulta en un mejor control de la enfermedad y una mayor satisfacción del paciente. Además, la CTM de nuestro centro dispone de un novedoso «holter de párkinson» que nos permite detectar las primeras complicaciones motoras de la enfermedad y caracterizarlas con mayor exactitud, lo que repercute en un mejor ajuste del tratamiento.

—¿Cómo pueden los pacientes acceder a la consulta?

—Los pacientes de nuestra área sanitaria pueden ser remitidos a la CTM desde su médico de atención primaria o desde otros especialistas hospitalarios, si así lo consideran oportuno. Existe un protocolo de derivación a la CTM creado para tal fin, donde se recogen los pasos a seguir por los diferentes especialistas.

—Al hablar de trastornos del movimiento, ¿a qué patologías concretas nos referimos?

—Pues a la enfermedad de Párkinson, por supuesto, pero también a otro tipo de enfermedades que cursan o bien con disminución o bien con exceso del movimiento (otros parkinsonismos, temblor, corea, tics..), así como a pacientes con patologías que se pueden beneficiar de tratamiento con toxina botulínica (como tortícolis espasmódicas, espasmo hemifacial, blefarospasmo, etc…).

—¿Cuál es su prevalencia en el área sanitaria de Pontevedra?

—Teniendo en cuenta que cada año hay cerca de 20 casos nuevos de enfermedad de Párkinson por cada 100.000 habitantes, en nuestra área sanitaria tendremos en torno a 50 pacientes nuevos al año. Se estima que en la provincia de Pontevedra hay unos 3.300 pacientes afectados por la enfermedad de Párkinson.

«Es importante exponer dudas para afrontar otras fases» 

Iria Cabo aborda el impacto de la pandemia y el papel que juegan las asociaciones de pacientes.

—¿Se han incrementado los casos de párkinson tras la pandemia?

—Los casos no se han incrementado especialmente desde el inicio de la pandemia, si bien es cierto que, algunos de los casos de reciente diagnóstico, han tardado algo más en llegar a nuestras consultas de neurología durante los meses que la pandemia atacó con más fuerza. Lo que sí hemos visto en pacientes ya diagnosticados de párkinson es que, a consecuencia del confinamiento domiciliario y posteriormente al cierre de centros como gimnasios, asociaciones de pacientes o centros de día, hubo un retroceso en su movilidad debido a la menor actividad física.

—Siempre recalca que hay que desterrar la idea que asocia el párkinson a los temblores. ¿Sigue esa percepción en la sociedad?

—Sí, cada día seguimos viendo en consulta pacientes que presentan temblor y están preocupados por si fuese párkinson, que no siempre lo es, y otros que, a pesar de tener lentitud, rigidez o dificultad para caminar, no lo asocian con la enfermedad de Párkinson porque no tienen temblor. Y aunque entre los síntomas principales de la enfermedad de Párkinson se encuentran la lentitud de movimientos, la rigidez de las extremidades y el temblor, no debemos olvidar que pueden aparecer otros muchos síntomas que nada tienen que ver con el movimiento, como trastornos del ánimo, del sueño, del olfato, dolor o trastornos de conducta, y que también pueden afectar a la calidad de vida del paciente.

—¿Cómo se debe enfocar desde el punto de vista familiar?

—La enfermedad de Párkinson no solo afecta a la persona que la padece, sino también a su círculo más cercano. A medida que pasa el tiempo, los familiares deberán irse adaptando a las necesidades del paciente. En el momento del diagnóstico es fundamental la labor de acompañamiento al paciente para que puedan afrontar el diagnóstico y sentirse apoyados. En estas fases iniciales es importante que tanto paciente como familiares soliciten la información que necesiten y expongan sus dudas en la consulta para poder adquirir las herramientas para afrontar los cambios en fases venideras. Es fundamental buscar información veraz, para lo que tanto el neurólogo como las asociaciones de pacientes podrán guiar a pacientes y cuidadores en la búsqueda hacia fuentes de información fiables.