¿Quién hace pintadas en las azoteas de Pontevedra?

Nieves D. Amil
NIeves D. Amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Ramón Leiro

El Teatro Principal aparece con un grafiti similar al que desde hace unos meses se ve en la plaza de España

26 oct 2021 . Actualizado a las 16:02 h.

Son muchos los que se preguntan quién se sube a las azoteas de Pontevedra para dejar su firma en forma de grafiti. La última en aparecer fue una en el último piso del Teatro Principal. Es idéntica a la que semanas antes se descubrió en la fachada del ático de un inmueble en la plaza de España. El origen de estos grafitis en las azoteas (rooftrop) nació en Francia y se extendió por las grandes ciudades europeas. Y también parece que ha llegado a Pontevedra. Esta delgada línea que separa el arte urbano del vandalismo está en debate en la ciudad, donde la policía espera pillar in fraganti a los autores. No está permitido pintar en la calle. A finales de verano un cartel en el barrio de san Antoniño avivaba este debate: «Esto no representa el grafiti, eres muy tonto». Y es que en la ciudad se han notado un incremento de pintadas en el centro histórico, unos actos que más tienen que ver con las infracciones que con el arte. 

Hace unos días, fue el Museo de Pontevedra el que denunció un grafiti en uno de sus edificios, que ya fue borrado de la pared de piedra por una empresa especializada y el viernes, la exposición Carteles para un Camino. 100 años de ilustración jacobea amaneció llena de pintadas. La única parada de la muestra en Galicia es la de Pontevedra. 

La intencionalidad de quienes pintan las paredes es dejarse ver y tener notoriedad. En una especie de código interno que tienen, no está permitido que se pinten por encima de sus firmas. En la ciudad hay dos o tres que aparecen en múltiples paredes. El riesgo de que los descubran es parte del ritual del grafitero, según explica en su tesis sobre arte urbano, el vigués Alberto Santos.

El pasado 11 de octubre el hermano de Juan Carlos Argüello, Muelle, pedía al Concello de Vigo que protegiese la única firma bien conservada de su hermano. En la década de los ochenta llenó Madrid con su rúbrica, pero también dejó huella en Vigo en los años de la movida. 

La eterna pregunta de si es arte o vandalismo  podría estar en los ojos de quien lo ve, pero lo que es incuestionable es que pintar en la calle conlleva una sanción judicial siempre que se atente contra el patrimonio histórico o una administrativa si se tipifica dentro del apartada de deslucimiento de bienes. Puede acarrear hasta 600 euros de multa.

La Policía Local identificó este fin de semana a un grafitero y se incautó del material que llevaba

La proliferación de pintadas en edificios de toda la ciudad, públicos y privados, es un hecho que preocupa en el Concello de Pontevedra, por lo que se ha ordenado a la Policía Local un control específico de este tipo de acciones de vandalismo. Fruto de esta vigilancia, este pasado fin de semana se localizó a un joven que portaba espráis y otro material para la realización de grafitis. Además de proceder a la incautación del material, se identificó al joven, que está domiciliado en Vigo.

La portavoz del gobierno local, Anabel Gulías (BNG) informó este lunes de la identificación de ese joven como parte de esa batida contra los grafiteros que atacan elementos patrimoniales como edificios públicos y privados o la exposición de carteles del Camino de Santiago en la avenida de Montero Ríos.

Además, esta labor de control hace que se esté ya «sobre a pista» de más autores de pintadas, según indicó Gulías. «Estase a traballar para dar coas persoas responsables dalgunhas das pintadas máis chamativas, e xa temos unha idea da autoría das mesmas», apuntó.

Desde el Concello se explica que la eliminación de las pintadas está incluido en el contrato de limpieza viaria, actualmente suscrito con Ferrovial Servicios. Pero se admite que es tal la proliferación de grafitis en los últimos meses que la concesionaria municipal no da abasto. Se da prioridad a la eliminación de los actos vandálicos cometidos en edificios públicos, pero actualmente las peticiones de limpieza de grafitis se acumulan sin que se pueda dar salida a todas.