Gracias, mamá

Por David Fernández Centeno PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Malena Centeno, con sus tres hijos, Ana, David y Joaquín, en una fotografía del año 2004
Malena Centeno, con sus tres hijos, Ana, David y Joaquín, en una fotografía del año 2004 CEDIDA POR LA FAMILIA

22 oct 2021 . Actualizado a las 20:38 h.

Tal día como hoy, un 22 de octubre, hace un año, marcado por la asoladora pandemia, nos dejaba Malena Centeno. 

Malena, en adelante, mi madre, era una mujer de 55 años, afincada en Pontevedra, madre de 3 hijos: Ana (Pontevedra, 2000; Psicología USC), David (Pontevedra, 2001; Lengua y literatura inglesas USC) y Joaquín (Pontevedra, 2002, Educación Primaria UVigo) y profesora por vocación, (lo cual probablemente se deba a su madre, mi abuela  Elena Pardilla, profesora de EGB y primaria en el colegio Campolongo) en el departamento de Física y Química (del cual era directora), del instituto Sánchez Cantón de Pontevedra.

Malena, o Male, para los más allegados, destacaba por ser una mujer elegante, pero sobre todo por sus valores: el respeto, la humildad, la cercanía… Y lo más importante, el estar siempre dispuesta a ayudar a quien lo precisase. Era una de esas personas que por donde pasa, deja una huella imborrable. 

Siento orgullo de haber tenido la suerte de tener a la mejor madre, la que todo hijo desearía tener. Prefiero decir tengo, en presente, porque siempre he pensado que la  existencia, no es algo plenamente efímero. 

Los recuerdos y las conversaciones sobre los que ya no están, son los que mantienen viva la imagen de las personas. 

Quería escribir este pequeño fragmento, como muestra de agradecimiento hacia ella, por haberme dado lo mejor durante hasta lo que ahora ha sido mi vida, los mejores valores y educación, que cualquiera podría desear, siempre desde el respeto, el amor, la  tolerancia… Y sobre todo, desde la humildad. 

Gracias por habernos enseñado tanto a Ana, como a Joaquín, como a mí, a ser personas y a luchar por nuestros sueños y metas, y desde luego, a no darnos por vencidos. «Lucha como un gladiador». 

Gracias a ti, podemos estar orgullosos de ser quienes somos. Y orgullosos estamos, de ser tu vivo recuerdo presente en cada una de nuestras particularidades. 

Nos acordamos de ti constantemente, y no podemos evitar el echarte de menos, ¡Cuánto nos gustaría que vieses lo grande y maduro que está nuestro «pequeño» Noi!... él también te echa de menos.

Sobran palabras, pero falta tinta, papel y tiempo para agradecerte y describir la maravilla que eres, mamá. 

Saudade 

Parece que fue ayer, 

Palabras vacuas. 

Tú ya no estás 

¿Es dolor lo que siento? 

 David Fernández Centeno (Saudade) 

«Da igual lo mucho que tengas, lo más importante, son las personas, es con lo que tenemos que quedarnos». 

«No se pueden eludir los problemas o fingir que no existen, por mucho que duela hay que plantarles cara. Es la única manera de sentirse bien con uno mismo. De hecho,  pienso que la felicidad consiste en eso, en estar a gusto con uno mismo» Mamá (Malena Centeno) 

Las buenas personas dejan una importante huella, que perdura durante el tiempo. Es una huella imborrable, y por mucho que el tiempo pase, seguirá ahí. 

Eres la estrella que más brilla de todo el firmamento cuando cae el anochecer. Muy orgullosos. 

Te quiero, mamá. 

Tu hijo, el mediano, David.