Ya ha empezado a tener los primeros contactos con otros negocios de la ciudad especializados en productos sin gluten, como las chicas de O Berce, en la calle San Román. «Estamos viendo cuál es nuestra capacidad de producción y nuestra demanda de pan», apunta David, que ya tiene planes a medio plazo. Por ahora las estanterías de su local de Rosalía de Castro solo tienen dulce, pero en los próximos días empezará a vender pizzas y empanadas, la otra gran petición de quienes se acercan hasta Daula. «Es un reto, estuve preparando recetas con mi profesor de panadería Manuel Patiño y cada día hacemos las cosas mejor», explica Carla Rivadulla, que hace cinco años fue subcampeona gallega de panadería. Y es que David Ferreira suplió la falta de conocimientos técnicos rodeándose de profesionales.
Por ahora abre solo por las mañana, pero al igual que el resto del negocio, se irá viendo con el tiempo. «La idea es cerrar por las tardes, pero todo puede cambiar en función de las necesidades», explica el propietario. Y es que en estos días han tenido tal aluvión de gente que ya empieza a pensar en ampliar la oferta. El servicio a domicilio está en el primer punto de sus prioridades. «Nos han preguntado desde Vigo si podemos servir allí», apunta David Ferreira, que está en el momento más dulce de esta nueva etapa. Los contratiempos los ve como oportunidades porque «cuando un emprendedor tiene un problema, lo supera con gusto, lucha por lo suyo», explica rodeado de los primeros panes del día y sin borrar la sonrisa de su cara.